En la boca del lobo

35 6 6
                                    


  Con una puntualidad alarmante, está de vuelta de esos recados, listo para acompañarme en mi supuesta visita para conocer la ciudad. Y, sin más remedio, tomo la mano que me tiende para ayudarme a levantarme y lo sigo por los caminos  que tan bien conozco.

  Como no podía ser de otra manera, me guía por las calles y los monumentos más turísticos y de interés. Pero, para mi sorpresa, no tarde en llevarme por lugares para nada turísticos y, a mi pesar, los más hermosos de la ciudad. Desde luego, jamás pensé que conociera tan bien el lugar, y menos que tuviera tanta paciencia para enseñármelo. Cualquiera podría pensar que es un natural de aquí.

-Lo conoces bastante bien.-Comento llegado un momento.

  No es que no me esté gustando la visita, pero nadie se conoce tan bien la ciudad si no es de aquí... o si no se la ha aprendido de memoria por algo. Y lo que menos me apetece en este momento es andar por la calle con un acosador.

-Bueno, de pequeño vivía aquí con mi padre y una hermana de mi madre.-Responde, restándole importancia al asunto.-Me gusta volver de vez en cuando.

-Eso es bonito.

-Bueno... Supongo que sí.-Responde. En su piel verde pálido, creo atisbar un pequeño sonrojo.- Por cierto, aun no nos hemos presentado.

-¡Es verdad!-Finjo estar sorprendida.-Soy Sophie.

  Ciertamente, me habría encantado darle un nombre falso, pero no habría servido de nada ya que me conoce.

Disimuladamente, toco la piedra de la pulsera que me regalaron por mi cumpleaños con la esperanza de que Valadía, la única que sabía que estaría aquí y que había aceptado mi decisión, escuchase su nombre para poder iniciar una investigación un poco más acertada de nuestro enemigo.

-Mance.-Responde, mostrando una dentadura perfecta con su sonrisa.-De la ladera norte de la Colina.

-Me temo que no he estado allí...

-Ni deberías.-Apunta él algo asustado.-Es donde suele estar la Reina Seelie, no es aconsejable estar por ahí. Digamos que puede ser algo...impredecible.

-Parece que no le tienes mucha estima.-Comento, intentando tirarle algo más de la lengua.

-Y no se la tengo.-Su semblante se ha oscurecido. No parece que tenga buenos recuerdos, pero aún así continua hablando.- Ella... Bueno, pertenece a mi familia cercana. Mi madre y ella estaban muy unidas, solían estar juntas siempre, pero cuando nací... Hubo un problema, y ella mandó matarnos a mi madre y a mí. Yo conseguí escapar, pero mi madre... Ella no tubo tanta suerte.

-Vaya, lo siento.

  Lo cierto es que no se me ocurre qué más decir, y me siento una auténtica hipócrita por estar pidiendo al Ángel de los nefilim que Valadía escuche esto. A mí no me gustaría que otra persona que no conozco se enterase de algo tan personal como supongo que es todo lo que me está contando.

-Es agua pasada.-Sonríe, aunque se nota en la mirada que todo aquello aún le duele.-¿Te apetece cenar algo?

-No pienso dejar que me invites.-Amenazó, a lo que él se ríe y asiente.-Genial, entonces vamos.

  Desconecto la conexión con mi amiga y lo sigo. Me va guiando por las calles de la ciudad, y poco a poco me doy cuenta de que nos vamos metiendo en las zonas menos transitadas y más alejadas del centro. Lo estoy siguiendo hacia su trampa.

  Comienzo a escuchar unos pasos que nos siguen.

-Créeme que en verdad lamento esto.-Susurra.

-¿Qu...?-Intentó preguntar, pero un fuerte golpe en la cabeza me lo impide.

  Lo último que logro ver, es una luz azulada en medio de la noche por donde mi enemigo desaparece...

Voz metálica- (Cazadores de sombras) (LCM #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora