Voz metálica- (Cazadores de sombras) (LCM #2)

Noche indecisa

  A mi pesar, he de admitir que la iluminación de la ciudad por la noche es preciosa. Hay luz en la calle, en los restaurantes, los edificios... Hasta juraría que en algunas zonas también han iluminado el Támesis.

-Es aquí.-Indica Sam.

  El local al que hemos llegado no es demasiado grande, pero el ambiente que se respira es bastante amigable. Subterráneos de toda clase charlan entre sí y, por primera vez desde que estoy en este mundo, ninguno me mira como si fuera un bicho raro. Nos abrimos paso entre la multitud hasta llegar a una mesa donde están sentados Donie y un hombre quien, supongo, es un vampiro.

-¡Sophie!-Exclama mi amigo nada más verme.-¡Menos mal que estás bien! Estábamos muy preocupados.

-Si, ya me lo han dicho. Pero ya ves, estoy de una pieza.

-Y menos mal.-Suspira aliviado.-Ya que estáis aquí... sentaos. Él es Conan. Es un, digamos, experto en demología y veterano de guerra. Estábamos hablando sobre cuál sería la mejor estrategia a seguir para en frenarnos al posible ejército del hada ese.

-Tú eres humana.-Acusa el vampiro, clavándome unos afilados ojos verdes con un ligero brillo rojizo.

-Algo así.-Responde Sam por mí, ofreciéndome una silla entre él y el mago.-Es nefilim, aunque no practicante.

-Curiosa forma de decirlo. Me alegra volver a verte niño.-Dice vaciando el contenido de un vaso de licor el su garganta.- Pero estoy seguro de que ella también puede hablar.

-Él ya lo ha explicado muy bien.-Digo, tratando de sonar amable.

  Horrorizada, veo como Conan llena de nuevo su vaso.

-Como quieras.-Responde, dando otro trago.-En cuanto al otro asunto: si ya sabéis lo del padre, que el hierro daña a las hadas y todo eso. ¿Para qué habéis venido?

-Ya te lo he dicho.-Donie se remueve en su silla.-Tienen un ejército. Y por muchos que logremos reunir, no creo que lleguemos a superarlos en número. Por eso necesitamos una estrategia.

  Lo ojos verdes del vampiro miran desganados al mago a través de unos rebeldes mechones pelirrojos. Y, de nuevo, vacía y llena otro vaso.

-Mira, si hablásemos de demonios comunes, la estrategia esa de la que hablas y que por alguna razón estás convencido de que yo tengo sería fácil. Pero hablamos de uno de los Príncipes.-Y otro trago al canto.-Eso no es tan fácil.

-Pero algo podrá hacerse, ¿no?-Pregunta Sam esperanzado.

-Tenéis dos opciones: o bien tenéis una suerte del copón y todos se ponen malos ese día o...-Baja uno de los dos dedos que tenía subidos.- ...los destruís desde dentro.

  Un escalofrío recorre mi espina dorsal. A todos se les ensombrece la mirada, y Conan vuelve a vaciar otro baso. Desde luego, o lo ha pasado de Peña en el pasado o tiene una resistencia al alcohol alucinante. Claro que al no estar vivo no me extrañaría.

-Entonces...-Comienzo a preguntar.- ¿Uno de nosotros tendría que infiltrarse?

-Y hacerlo creíble para que no sospechen de esa persona.-Puntualiza el vampiro.-Eso es muy jodido, yo no lo haría ni loco. Además, tendría que pasarse una buena temporada para preparar el ataque y eso.

-Eso si no lo toman de prisionero.-Murmura Caliel, aunque de forma que todos lo oímos.

-Correcto.-Asiente Conan vaciándose el baso en la garganta e incorporándose de su asiento.-Y ahora, si e disculpáis, he quedado con dos amigas para... Bueno, ya sabéis.

Vemos cómo se marcha y, pasado un rato, seguimos ese mismo camino hacia la salida. Todos estamos sumidos en nuestros pensamientos. Sin el apoyo de la Clave y con un ejército tan reducido, no podemos prescindir de nadie. La única a la que aceptarían sin muchas pegas sería a Valadía por su condición de hada. A no ser...

  Una disparatada idea pasa por mi mente. Aunque pensándolo bien... no es tan descabellada. Y podría funcionar. Claro que, de nuevo, tendría que separarme de mis amigos.

  Aunque, esta vez, no me iría sin dar una buena explicación. Sé de ante mano que no estarán de acuerdo con la idea, pero sabrán tan bien como yo que es lo más conveniente.