-Eduardo, casi lo olvido, ¿Que querías preguntarme amor?
-Bueno; veras, ¿Cómo decirlo? Tú, bueno, este...
-Solo dilo amor y deja los rodeos.
-De acuerdo; ¿Alguna vez pensaste en casarte?
La mirada de Rebeca se abre, está sorprendida, es como si no esperara tal pregunta proviniendo de mí.
-Hay Eduardo, ¿Por qué preguntas eso?
-Bueno, curiosidad.
-La curiosidad no te trae a la cabeza preguntas así, dime amor ¿Que te ocurrió para que preguntaras algo como eso?
-Un programa en la televisión.
-Ja ja, ahora lo veo, puedo entender por qué te notabas distraído hoy por la tarde; apuesto lo que quieras a que te cuestionabas que respondería ante tal pregunta.
-Si hermosa, así es, pero no te preocupes, es una pregunta un poco incomoda, si quieres puedes dejarla a un lado y no contestarla.
-Oh ¿En serio?
-Si amor, lo siento, no es normal que este preguntando esas cosas.
Rebeca está sentada en el suelo se hace a un lado y me indica con su mano me siente, yo hago caso, me acerco a ella pero no me siento, en vez de eso me recuesto y utilizo sus piernas para acomodarme.
-Sabes Eduardo, toda mujer sueña con ese momento esperado, ese momento en el que un hombre le pida a una mujer se unan para siempre y formen una familia juntos; para serte sincera jamás pensé en ese momento, hasta...
-¿Hasta qué hermosa?
-Hasta que tú llegaste.
Mi pensamiento se inunda y mi cerebro se desconecta por un breve momento, estoy realmente emocionado y confundido al mismo tiempo, ¿Qué quieres decir Rebeca?
-¿Hasta que yo llegue?
-Así es Eduardo, contigo cambio mucho mi forma de pensar y no lo sé, si en algún momento pensáramos en hacer una vida juntos y tu hicieras la pregunta, mi respuesta sin dudarlo sería sí.
Reincorporo la postura y meto mi mano al bolsillo, tomo el dulce con forma de anillo y lo saco para mostrarlo a Rebeca.
-En ese caso, si tu respuesta es sí...
Tomo la mano de Rebeca y coloco el anillo, Rebeca sonríe y está muy desconcertada.
-Este amor mío es mi muestra de amor hacia ti, algún día bebe este mismo anillo que estoy colocando en tu dedo se hará realidad. Ahora dígame señorita Rebeca ¿Le gustaría ser mi futura esposa?
Rebeca ríe y llora al mismo tiempo, observa el dulce y suelta una carcajada descontrolada.
-Claro que si Eduardo, tu y yo en un futuro, ¡Me encanta!
Abrazo a Rebeca con todo el cariño posible, ella devuelve el abrazo y besa mi mejilla.
-Te amo futuro esposo mío.
-Te amo futura esposa mía.
***PASO 10: ODIO
-Identificación.
-Aquí tiene.
-Nombre.
-Eduardo.
ESTÁS LEYENDO
Del Amor Al Odio
عشوائيDicen Que Del Odio Al Amor Solo Hay Un Paso, Pero Del Amor Al Odio Cuantos Habrá?... -Una Historia Escrita Por Abdi Juárez Cáliz.-