Carecía de sensibilidad en las piernas, ¿y cómo no? Fui secuestrado, drogado y vendido. Y ahora iba a morir, probablemente. Los tiroteos resonaban desde el exterior, y cada vez se oían más cerca.
—Sujetate mocoso. —su voz grave aclaró mis oídos.
—¡Hey! ¡No soy un costal de papas! — el rubio me tomó de la cintura con fuerza. Por la ligera bata que traía puesta sentía un aire revelador en mi trasero. Entonces me di cuenta que este idiota esta apunto de saltar por la ventana. Recordé un libro de la saga de libertad que hizo Gravedad Cero, el protagonista salta tratando de salvar su vida y la de su mujer, pero al final este muere desparramado en el suelo, ¡ay dios mío! Jamas terminaré ese libro si muero ahora.
—¡Deja de moverte! — Pedía Bill.
—¡Nunca! ¡No quiero morir! ¡Ayuda! —empecé a reclamar, el azote de una nalgada hizo que cerrara la boca. —O-Oy...
—¡Sh! Si vuelves hablar tendrás otro. —tragué saliva ocultando mi miedo, tristemente parecía mi cuerpo no entenderlo y así empecé a temblar.
—Tranquilo... Será rápido.¡Joder! Lo sintió. Todo era extraño, tenía miedo pero al mismo tiempo me sentía seguro. Era como un "sí pero no".
—Agarrate mocoso.
¡Ay! ¡Padre nuestro que estás en el cielo te prometo regresar todos los libros que tome "prestado" de la biblioteca si no muero hoy. Los balazos se oían cada vez más cerca.
Vi casi unos 40 pisos por debajo, me aferré al saco de colores llamativos de Bill. Cuando creí que moriría, Bill me sentó en un asiento. Se oía la hélice de un helicóptero.
—¿Ya estás más tranquilo? —preguntó. —Me encantaría que me enterraras las uñas, pero no de ésta manera. — me di cuenta que me estaba aferrando a su camisa, la solté con lentitud, por alguna razón sentí tristeza al ver como se alejaba.
—¿Estás bien niño? —preguntó Cipher.
—No pues, al menos no morí como el protagonista de Libertad . —calme mi corazón respirando fuertemente. Bill me miró con curiosidad.
—¿Libertad? La saga del creador de Gravedad Cero ¿cierto?
—Ah...si.
—Pero el protagonista no muere, recuerda que el despierta de un coma, lo que su mujer le narraba eran historias de un libro.
—¡No! ¡No! ¡No! —grité enojado tomándolo de la corbata.
—¿Q-Qué? —el rubio me miró ligeramente asustado.
—¡Me spoileaste el final del libro! ¡Eres un monstruo! —sabía que me encontraba en peligro, también que no conocía nada de este tipo, pero ahora sentía que lo más importante era que este hombre me contó el final de una novela que aún no terminaba, ese el peor castigo que le pueden otorgar a un lector.
—Oye tranquilo. Yo no sabía eso.
Mire la ventana del helicóptero, se podía mirar el mar ¡el mar!,
¿Dónde estoy?—Dime por favor que seguimos en California. —le miré.
—Seguimos en California. —dijo indiferente sentándose a lado de mi.
Este hombre me tiene de los...
—¡Pero que sea verdad! —reclamé, es obvio que eso era falso.
—¡ah! No pues, entonces no puedo, mejor sientate y relajate.
Di un grito eufórico, estaba harto y cansado. Quería levantarme y no podía, quería regresar a casa y no podía, quería desaparecer y no podía...
—¡Niño! —el rubio pareció preocuparse ¿por mí?, me llevó a su lado colocándome en sus rodillas. —duermete. —Quería quejarme, ¿quién era él? ¿Por qué huimos? Y más importante, ¿por qué se preocupa tanto por mí? Sencillamente no lo sabía, pero me sentía tan bien junto a él. Y así quedé dormido.
***
—Pino, despierta. —susurraban divertido a mi oído. —Pino despierta. —repetían. —Pino despierta o te desvirgo.
—¡¿Qué hay de comer, Mabel?! —me levanté con la mirada extrañada del rubio.
—¿Mabel? Lamento decepcionarte pero soy Bill.
¡Oh cierto!
—¿Dónde estamos? —tomé el vaso de limón que Bill me extendía, no era tan malo como me amaginaba de un alpha.
—En Rusia. —Casi muero ahogado, de acuerdo, me equivoqué. —Quiero un baño. —pedí.
—El hotel consta con tres baños. —señaló una puerta ubicante a lado de la cómoda. Recuperé la sensibilidad y me dirigí al baño.
Me fijé en el espejo del lavamanos, fácilmente pensarían que yo soy Mabel, si no tuviera la nariz tan carmesí. El agua caía fría, deje escapar un quejido de molestia a causa de eso. Sentí frío y calor, necesitaba algo pero aún no me quedaba claro. De mis labios escapó un gemido pequeño. Era malo. ¿Por qué? Por qué ahora. Aún faltaba un día, al menos que halla dormido demasiado.
Otro gemido salió al sentir dos brazos cálidos detrás de mí. Los labios de Bill trataban de calmar mis extrañas urgencias como omega. Sus labios son tan suaves y carnosos, me miraba con lujuria, una lujuria que también deseaba, su cercanía a mí es tan exquisita. Gemí al sentir la lengua de Bill en mis pezones.
Se escuchaba cada chupete que dejaba en mi pecho. Debía parar esto, él es un desconocido, un completo desconocido, besaba con dulzura mi brazo derecho donde se ubicaba esa estúpida marca. Un chillido se escapó de mis labios al sentir como la mano de Bill tocaba mi miembro.
—Tu aroma es tan dulce, Pino. Tú eres mío.
Entonces me di cuenta, el triángulo que tengo en mi brazo derecho es una metáfora en el nombre de la existencia de Bill, como si el mismo universo supiera que el leer iba a ser una de mis pasiones en mi joven vida.
Bill es mí alpha.
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Mi Mafioso |BillDip| (Bill X Dipper) Gravity Falls
FanfictionDipper es un omega con cero experiencia en el amor ya sea con un alpha o beta, un simple día que salía del colegio una banda de desconocidos lo obligan a meterse en un auto. Ahí conoce a Bill Cipher. Quien lo confundirá más de una vez en si mi...