Mi Mafioso |BillDip| (Bill X Dipper) Gravity Falls

17. Osadía restringida.🎩

——————–
♠ Dipper 📚♠
——————–

Yo era un tigrillo bebé ante los ojos de aquel rubio. Un pequeño gatito en donde en cualquier momento podía ser manipulado y devorado en menos de lo que canta un gallo. Soy igual de inútil como el protector de un celular marca Nokia. Seguramente sí no fuese por Bill ahora estaría muerto, no, si no fuese por mí, mí hermana estaría en casa con Pato haciendo cualquier otra cosa menos normal.

Pero no.

El rubio se había ido dejándome con la incertidumbre como compañía. Minuto a minuto, hora a hora, el reloj marcaba el tiempo y él no llegaba. Seguramente ya no tenía uñas por estar devorándolas. Había decidido tomar un baño, retiré las prendas las cuales olían un poco a sudor. El agua estaba fría, sin embargo, me parecía tan relajante cuando caía sobre mi cuerpo tratando extrañamente de eliminar toda frustración de mi mente. Tomé la toalla y salí del baño.

—¡Dónde está! —¡esa voz! ¡Esa cantarina, fastidiosa y perfecta voz! Las puertas se abrieron, ¡Dios! Sentí que pasaron décadas.

—¡Mabel! ¡Estás bien! —quería ser el primero en abrazarla, aunque fue ella quien llegó a embestirme con un fortuito abrazo. Sentí mis lágrimas de felicidad ser liberadas de las correas de incertidumbre y ansiedad. Tengo tantas dudas, necesitaba saber que fue lo que vio.

Nunca había sentido tal miedo de perder algo tan importante.

—¡DIPPER! ¡Joder Dipper! —Mabel se escondió en mí cuello, su respiración era pesada y podía sentir su miedo. ¡Maldita sea! Soy tan inútil. —¡Perdoname Dipper! ¡Perdoname! —me gritó. No entendía de que se disculpaba, pero como hermano, no podía evitar preocuparme.

—Mabel, ¿éstas bien? —me aventuré a preguntar. Seguía aferrada a mí cuello, me di cuenta que Soos estaba en la puerta mirándonos con sigilo, preparado para cualquier cosa, su mirar tan calculador casi como de asesino de películas de acción me causaba escalofríos. Trague saliva. Por alguna razón me sentí en peligro.

—Hermano, sabes que te quiero. —pronunció Mabel.

—Ah... Sí. Lo sé.

—Perdón.

No entendía, no entendida nada, y lo odiaba. Nada de lo que ha pasado he sido capaz de comprenderlo. Sentí la humedad en mí cuello, humedad proveniente de la boca de Mabel.

—¡Mabel! —Soos había tomado a mí hermana bruscamente del brazo para luego azotar su frágil cuerpo al piso. —¿¡QUÉ TE PASA SOOS!? —corrí a su dirección con mí sangre hirviente de coraje, ¿¡cómo se le ocurre tocarla!? —¡Demonios Soos! ¿Qué haces? ¡Basta! —sé que es inútil tratar de apartarla de su lado por el cambio descomunal de tamaños, pero ahora la ira me cegaba.

—¡Soos detente! —los tres observamos la costosa puerta, Cipher se encontraba parado rectamente en la entrada escondiendo sus manos en sus bolsillos. Parecía enojado. ¡Joder! ¿¡Ahora qué mierda pasa!? Siempre me siento tan ignorante en las situaciones. —Dejala. —sentenció.

El beta dejo finalmente a Mabel. Suspire aliviado de saber que no le había roto algo. Traté de acercarme, ella sacudía su falda e intentaba ordenar su cabello con la tiara. El chico pasado de peso salió de la habitación dando una última mirada hacia nosotros.

—Mabel, ¿estás bien? —cuando estuve a dos pasos cerca de ella, el brazo de Bill capturó mí cintura. —¿Qué haces Bill? ¡Dejame!

—No puedo Pino. Mí deber es protegerte. —me miró. —De lo que sea o de quien sea.

—¡Mentiroso! ¡Tú has puesto en peligro a mí hermano! ¡En peligro! ¡Te aprovechas porque es frágil! —chilló Mabel mientras se incorporaba, sé que lo dicho por ella es verdad pero me sentía ofendido.