8. Una vez más.🎩

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     El clima empezó a nublarse como por arte de magia. No me sentía seguro y mí omega interior suplicaba huir, huir de lo que fuera que ocurriera. Podía apreciar como mis manos sudaban. Era una sensación desagradable. En cierto modo grado estoy ¿feliz? Ahora sabía quién era "gravedad cero" pero... También no esperaba que el escritor fuera un asesino. No esperaba al menos eso, ¿quién lo esperaría?

—¿Qué es eso? —cuestionó Bill aún en la cafetería.

—Creo que es la mochila de Dipper. —le respondió Ford.

Mi corazón empezó a latir con gran velocidad. ¿Por qué estaba aquí? ¡Ah sí! La mochila. Dudé en seguir con el plan inicia. Ya no pude oír hablar Bill o Ford. Con sumo dolor en mi pecho de dejar mis hermosos libros con alguien que no fuera yo, me encaminé a casa con la cabeza agachada.
De todas la posibles personas del  universo, tuvo que tocarme un asesino, estafador y... Un sexi escritor, en realidad lo último no estaba tan mal. No sé cuanto tiempo caminé sin curso hasta llegar realmente a casa pero si se que tardé bastante.

—¡Dipper! ¿Por qué tardaste? —preguntó Mabel en el momento que puse un pie en la casa.

—B-Bueno...

—¿Dipper, estás bien? —me miró con aflicción, ella es mi hermana, y le estoy mintiendo de algo sumamente malo. Las mentiras empezaron a pesar sobre mi espalda. Ella me miraba con sus enormes ojos llenos de angustia y preocupación. Es obvio que no he sido muy yo últimamente, eso se debía a que encontré a mi alpha. Si hubiera sido un chico normal estoy seguro que ya le contaría a Mabel. —Regresé de casa de Candy y no te encontré. Papá y mamá se están alistando, dicen que vendrá una persona súper importante de la oficina de papá.

Continúa con la mirada baja, no me sentía muy feliz ahora como para tener una cena familiar. De hecho, no tenía humor para nada.

—Dipper, sabes que puedes contarme todo. —habló Mabel con mucho cariño.

—Encontré mí alpha. —dije con algo de dolor apoyándome en la pared. La cara de Mabel era digna para una obra de arte. Luego ella dio un grito tan agudo que casi hace explotar mis tímpanos.

—¡C-Cómo es! ¿Es guapo? ¿¡Más alto que tú !? ¿Chico o chica? ¿Ya lo hicieron? ¿Te dolió? ¿La tiene grande?  —me preguntó eufórica tomandome de los hombros.

—¡M-Mabel! —le grité nervioso. — Te contaré luego, tenemos que cambiarnos para la "dichosa" cena con el jefe de papá. —hice un par de comillas con mis dedos.

Ella hizo una expresión de tristeza, subí las escaleras hasta llegar a mi habitación. Me coloqué unos pantalones de mezclilla y una camiseta negra, no tenía ganas de nada, y tomé una de mis 20 gorras iguales de pino. El timbre sonó haciéndonos saber que el invitado había llegado. Seguro era un anciano de esos con canas hasta los brazos. Escuché como mi hermana se presentaba ante el invitado. Me quedé dudando si salir o no, mi buró y cama suplicaban "quedate, y ponte a leer", es sumamente tentador.

—¡Dipper! ¡Baja! Queremos presentarte a alguien. — oí la voz de mi madre llamándome.

Me coloqué la gorra con valentía y salí. Mi madre me tomó del hombro y me presentó mientras el señor se quitaba su chaqueta.

—Y el es nuestro hijo Mason Pines, Mason el es Bill Cipher.

Di un suspiro, claro... Bill... Bill Cipher, era casual, no pues... ¡Coño! ¡Bill!

—Es un gusto conocerte, Pines. —tomó mi mano besándola con lentitud causando una descarga eléctrica por todo el cuerpo. Se había cambiar de ropa por un traje blanco que le quedaba súper mega exquisito. Está mal que diga eso pero es verdad. La sangre se obstruía por mi cara. Su ojo dorado se fijó en mi, mirándome de píes a cabeza. Dejó salir una sonrisa descarada.

—T-También es un gusto. —traté de afirmar pero me era muy complicado, no sentía nada de gusto. Me había bebido como tres supresores para no necesitarlos en todo el día, pero creo que necesito otros diez. 

—Bueno, vamos a la mesa. —mis padres nos guiaron hasta el comedor, Bill justo a lado de papá. Mabel y yo atrás de ellos. Cipher varias veces miró para atrás para observarme, yo simplemente desviaba la vista o miraba mis manos.

—¿ocurre algo Dipper? —Mabel me detuvo antes de llegar al comedor.

—¡Es él Mabel!

—¿Q-Quíen? —me miró.

—¡Él! Él es mi jodido alpha. —le dije apuntando el comedor. Exactamente donde se sentó Bill.

—¿El señor Cipher? ¿Enserio? ¡Qué emoción! —exclamó dando pequeños gritos y saltos.

—¡No! No es nada emocionante. —me puse de brazos cruzados entrando al salón.

—¡E-Espera! —nos sentamos en nuestros típicos asientos, en otras palabras en los de la derecha donde los dos comemos solos, no era normal, al menos para Mabel y yo ver a nuestros padres comer con nosotros, siempre somos sólo Mabel y yo.

Ignoraba por completo la charla que discutían mi padre y Bill, no me importaba mucho la política de ahora, ya que todos son unos corruptos.

—¿dónde lo conociste? —susurró Mabel.

—Es una larga historia.

—me vas a contar, ¿cierto? —preguntó mirándome.

—C-Claro. —le dije nervioso.

—Querido. —llamó mi madre hacia mi dirección.

—¿Sí? —¿me llamó querido?, eso fue tan... Extraño... Normalmente es muy rezagada.

—¿Podrías traer más guarnición y un par de vasos? Por favor.

Me levanté de la mesa haciendo chillar la silla, ¡estupida silla! Eso provocó una risa burlona de Bill. Serví en un plato un poco más de ensalada, luego me dirigí a la alacena que se encontraba arriba del lavamanos, ¿por qué soy tan pequeño dios? Ahora sí necesitaba la silla. Ni de puntillas podía alcanzarlo. Me subí en el borde del lavamanos para alcanzar los vasos. Unos reconfortantes brazos atraparon mi cintura obligándole a bajar de mi momento ninja. Esas mismas manos bajaron tres vasos de vidrio que serían para mis padres.

—Eres muy pequeño para éstas cosas Pino. —me dijo burlesco.

—Y a ti que te importa. —contesté arrebatándole los vasos.

—Sabías que usar gorra en casa o en cualquier lugar con techo es de mala educación. —se acercó.

—¡Q-Que te valga! — Di un paso atrás.

—Claro que no me vale. —me tomó de la cintura mientras me miraba de nuevo buscando mis ojos, no sabia que hacer o dónde desviar mi vista.

—¡ah! —sus manos se adentraban por debajo de la playera que traía, rozaba mis pezones sin vergüenza alguna mordiendo con delicadeza mí oreja.

—Déjame llevarte al cielo, Pino.

Fin del capítulo 8.

-Créditos al autor de la imagen.

Mi Mafioso |BillDip| (Bill X Dipper) Gravity FallsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora