1. Mío. 🎩

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Hay una leyenda muy tonta si alguien quiere saber mi opinión respecto a eso, donde dice que todo omega nace con el nombre de su "pareja predestinada" en alguna parte de su cuerpo, pues esta ayudará a encontrarse en un futuro cercano, para mí eso era algo incoherente, carente de lógica, ¿por qué cojones vas a tener marcado en tu cuerpo el nombre de un Alpha? Es como si nos reclamaran desde antes de nacer, como si fuéramos simples artefactos o cosas.

¡Ah! Pero al creador se le dio la increíble idea de no ponerme el nombre de alguien, ¡gracias a dios!, sólo tenía un triángulo con lo que parecía ser un ojo en la parte superior del brazo derecho, obviamente nadie se iba a llamar "triangulito de un ojo", "dorito" o "iluminati", lógicamente imposible, bueno para mí eso me beneficia ya que no dejaría escapar estúpidas feromonas que "cautivaran" al Alpha. Tal vez era rencor porque tenía cero experiencias en relaciones amorosas, sin embargo, no era como si fuera un anciano de millones de años.

***

Me encontraba sumiso en mi lectura donde el escritor que se hacia llamar "Gravedad Cero" narraba una nueva versión de Alice in wonderland, todas sus novelas o historias eran hermosas, sublimes, te elevaban a lo más alto en distintos lugares y temáticas. Él hace honor a su apodo, su nombre original es de paradero desconocido.

-¡Apurate Dipper! Llegaremos tarde al colegio por tu culpa.

-Voy. -tomé el libro metiéndolo en la mochila. Bajé las escaleras donde Mabel me recibió con un exagerado abrazo.

-¡Felicidades por ser más viejo! -ella me extendió una pequeña bolsa. Por mi parte, yo le di una caja ligera.

-Igual tú. Aunque solo tenemos 16. ¿Y nuestros padres? -pregunté colocándome la gorra decorada de azul con blanco y un icono de pino en ella.

-Mamá aún dormida y papá... Ya sabes ¿no? Trabajando.

Ella bajo considerablemente la cabeza, hoy no, no dejaría que nuestros padres arruinarán nuestro día.

-Oye, no pongas esa cara, acuerdate que tenemos en la tarde una fiesta con tu amiga Grenda, no queremos ser unos aguafiestas ¿cierto? Tu odias los aguafiestas. -le sonreí.

-¡Tienes razón! ¡Es más! Puede que encuentre a mí dulce y tierno omega, ¿no creés hermanito? -ella me sonrió pícara pues sabíamos lo que conlleva encontrar a tu omega o en mi caso, Alpha.

-Si lo que digas, tu sólo espera a que su olor te embriague. -salí de la casa seguida de mi hermana, tomamos un autobús mientras comíamos los dulces que nos dimos de obsequios.

-¡Bienvenidos a Gravity Falls! -una estudiante nos entregó un par de folletos ya que seríamos de nuevo curso.

Las clases pasaron rápido y sin novedad alguna, agradecí pasar desapercibido todo el día.

-Vamos Dipper, llegaremos tarde.- Me reclamaba Mabel.

-Adelantate, iré a darle una hojeada a la biblioteca. - tomé mi mochila y corrí al otro lado del edificio donde se encontraba el paraíso.

-¡Pero no tardes! -alcancé a escuchar por parte de mi hermana.

***

Me hundí por completo por la primera fila de libros que encontré en la biblioteca, no tenía idea de la hora que era. Miré el reloj donde me indicó que pasaban de las 7 de la noche.
Debía ir a casa de la amiga de mi hermana lo más pronto posible. Me encaminé al atardecer leyendo el libro que pedí prestado.

Retiré el libro de mí vista, podía apreciar perfectamente el atardecer, por alguna razón los colores naranja y amarillo me llenaban con una absorta melancolía. Me tallé la cara con frustración.

Todo ocurrió demasiado rápido como para que pudiera actuar. Ya no miraba expectante la puesta del sol, mis pies ya no eran sujetas a la gravedad. La bolsa que rodeaba mi cabeza hacía difícil el simple hecho de poder respirar. Traté de forcejear pero las cuerdas con la que amarraban mis manos hacían arder ambas muñecas.

-Calla niño, si el dueño que te compra es rico tendrás una vida buena. -vocalizó alguien amarrando mis piernas. Traté de gritar pero mis lamentos fueron callados con una horrible jeringa incrustada en mi pierna dejándome dormido.

Unas luces fluorescentes estamparon mis ojos, la cabeza me daba mil vueltas dejándome unas asquerosas ganas de vomitar.

-¡Y por aquí! ¡Tenemos un dulce y tierno omega! ¡Sin marcar por supuesto! ¿¡Quién da más!? -gritaba un hombre con máscara ubicado a lado de mí. Me logré sentar aún muy aturdido del frío suelo. ¿Por qué sentía tanto frío? Una bata, sólo eso traía puesto, una jodida y ligera bata. Mi estómago empezó a dar vueltas dejándose un claro mensaje, estás en celo. Se hizo un escándalo al parecer enfrente de donde me ubicaba. -¡Apurence que el omega se calienta! ¿Quién da más? -el tipo golpeaba su mesa colmando mi paciencia.

El calor dominaba mi ser, ¿qué mierda sucede? ¿Dónde cojones estoy? Aún mi celo no debería llegar, ¿cómo es posible que se me halla adelantado? Imposible e inaceptable. De un momento a otro una inmensa oleada de calor a comparación a la de hace un instante alarmó mi cuerpo. Me hice bolita, suprimía cualquier sonido que pudiera salir de mí boca. Nunca me había pasado esto, este celo es tan doloroso. Mi aroma se perdía en donde sea que estaba. Gritaban cifras y cantidades de dinero ostentosos.

Mí instinto sumiso animal pedía a gritos a alguien, quien sea que estaba entre toda esa muchedumbre. Un abrazo, un rose para calmar este insoportable dolor.

-200,000 dólares. -gritó alguien cerca donde me hallaba. No miraba con exactitud. Ya no podía suprimir los gemidos de mis labios. ¿Por qué a mí?

-¡Vendido! -gritaron a todo pulmón. -Todo suyo señor Cipher.

No sé cuando me tomaron del cuello e inyectaron algo en mí, no lo sé claramente, pero pareció que ese acto hizo enojar a cierto tipo, no podía mirar su rostro con exactitud. Detonaba molestia. Después todo volvió a ser negro.

Fin del capítulo 1.

Mi Mafioso |BillDip| (Bill X Dipper) Gravity FallsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora