Capítulo 10 | Reencuentro

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|Maraton 3/3|

-Narra Harley-

Al día siguiente fue algo normal, no del todo. Me sentía diferente, de cierta forma, me sentía observada a cada segundo, cuando me duchaba, cuando desayunaba, y en especial cuando me vestía. Ya no me sentía cómoda en esta casa. Héctor fue a su trabajo, como siempre en las mañanas, nunca logró despertarme a la misma hora que él, para simplemente darle un beso de despedida.

Termino de vestirmecon un simple vestido color blanco. Decido ir a la ciudad para comprar algo.Llamó un taxi y salgo de la casa en la espera del auto. Minutos más tarde, pagoel taxi y bajo mientras sujeto mi bolso donde técnicamente llevo las cosas que másutilizo, las más simples. Camino entre las calles en busca de alguna tienda dezapatos. Cuando el semáforo se pone en rojo, camino entre el paso peatonal paracruzar del otro lado. Cuando doy algunos pasos, un auto frena de golpe muycerca mío, me detengo y mi corazón no tarda en latir rápido por el miedo.    

- ¡¿Qué demonios te pasa?!-observó al conductor.

Es el mismo, el quien vi en la fiesta, sigue con sus lentes oscuros y su traje negro. Me mira, no logro ver sus ojos.

-Discúlpeme señorita. -me habla fuerte y claro.

Quería gritarle más cosas, pero no quiero armar un gran alboroto. Me quedo callada y sigo mi camino.

-Narra Joker-

Sigue tan delicada, como siempre. No puedo creer que no me haya visto. Simplemente me oculte por debajo de la guantera. La observamos, cómo camine en dirección a las tiendas y desaparece entre la gente. Es tan blanca, apuesto a que su piel debe de ser tan suave como la seda.

- ¿Hacemos ahora el plan, señor?

-No. Todavía no, ya les diré cuándo será el momento.

Apenas observo su cabello rubio entre la multitud.

-Narra Harley-

Tarde aproximadamente como cinco horas, no conté el tiempo en que estuve en tienda en tienda. Llego a mi casa con un saco rojo que me compre tan barato, me fascina. Al dar los primeros pasos a mi humilde casa, grito con voz ligera.

- ¡Amor, ya llegué!

No obtuve respuesta, ni siquiera mi sirvienta me dio la bienvenida. Cuelgo mi bolso y dejo las comprar en el suelo, me dispongo a ir en busca de Héctor. Me imagino que estará en su oficina trabajando en ese gran proyecto que le prometido a sus empleados. Subo las escaleras poco a poco mientras intento escuchar algún ruido, pero al parecer el silencio inundo la casa, simplemente mis tacones apaciguan el sonido.

Camino por el pasillo y entró al despacho de Héctor. Miro sus manos apoyadas en el escritorio, me está dando la espalda, está sentado en esa silla negra que apenas me deja observar aquel gorro que raramente está usando. Con una sonrisa, camino hasta llegar a un lado de la silla. Lo miro de inmediato y mi alma se cayó directo al suelo. Joker.

-Hola cielo.

Me alejo de inmediato pero unos brazos me sujetan con fuerza por la cintura y me colocan algo en la boca, intente evitar respirar, pero aquel aroma, que se inunda entre mis fosas nasales, hacen que pierda la conciencia, mi vista se vuelve borrosa, lo último que observo, es aquel hombre de piel pálida y de cabello verde frente a mí.

Me despierto, con un impulso que mi cerebro recibió. Apenas observo lo que hay a mi alrededor. Intento moverme, pero rápidamente captó que estoy amarrada de los pies y las muñecas. Un pedazo de cinta adhesiva está pegado a mis labios. Respiro por la nariz descontroladamente, apenas intento controlarme, pero en pánico me invadió. Unas personas se encuentran en la misma habitación donde estoy, se encuentran armados mientras mantienen las miradas fijas en alguien. Observó al frente y justamente aparece la persona quien me causo pesadillas constantes.

-Harley quinn. Me alegra verte de nuevo. No sabes lo mucho que te extrañe.

Pega su mano y acaricia mi frente  con brusquedad.

Pega su mano y acaricia mi frente  con brusquedad

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Mi pecho se mueve al ritmo de mis latidos, no puedo soportar sentir esto. Es igual que estar ahogándote, no encuentras la forma de ir a la superficie, el agua te alcanza no te queda más que patalear sin que tenga algún resultado. Estoy atrapada, con la persona que menos quería ver. Este es un maldito reencuentro que pensé que jamás pasaría, pero ahora, lo veo ante mis ojos.

-Nunca pensé llegar a estos límites, pero si supieras cuanto me hacías falta. Pues felicidades, ahora formas parte de mi plan.

Ríe, su risa ahora está en mis pesadillas, como si entrara a un circo y un payaso se burla de mí, esa risa es la que escuchó entre la oscuridad, como si fuera un eco que se repite constantemente en mis oídos, apenas logró soportarlo. Ni me imagino escucharlo cada día, por el resto de mi vida. No quiero eso. Niego ligeramente ya con los ojos cristalizados.

No quiero llorar frente a él, pero estas sensaciones que me causa, no puedo evitarlo; siento miedo y furia. Quiero matarlo, lograré encontrar un modo de escapar. No me quedaré con este maldito.

- ¿Te quedarás conmigo, harleen?

Me arranca la cinta adhesiva, aguanto el grito por el semejante dolor. Cierro los ojos para soltar las lágrimas, caen por mis mejillas y siento su pulgar entre mi piel.

-No llores. No, no Harley.

Acerca su rostro muy cerca del mío, nuestros ojos se reencuentran nuevamente. Susurra claramente:

-Si estás conmigo, nunca dejaría que lloraras, nunca más. Te divertirás como nunca lo habías hecho. Sí te unes a mí, podrías enamorarnos como los viejos tiempos.

- ¡Nunca estaré contigo, maldito! -grite con rabia.

Se incorpora mientras cambia su expresión. Mira a uno de sus hombros y le hace una seña para que viniera. Se para firme aun lado de él y muestra entre sus manos una Tablet donde muestra la imagen de Héctor, amarrado por los brazos y piernas, y le están apuntando en la cabeza, fácilmente puedo ver el miedo que está sintiendo.

-Ha-Harley, ¿Dónde...dónde estás? -su voz tiembla.

Observo a joker y me muevo con desesperación de la silla con tal de quitarme estos amarres y ahorcarlo hasta la muerta. Claramente, aunque lo piense, no ocurrirá.

- ¡Suéltalo!, ¡Él no tiene nada que ver con esto!

-Oh, claro que sí. Él está involucrado. Él se robó a mi chica.

- ¡No soy tuya maldito payaso! -era un debate de gritos y rabia.

-Bueno, si tú lo dices.

Truena sus dedos y nuevamente observo la pantalla. La persona que sujeta el arma se dispone a quitar el seguro y colocar muy bien el dedo en el gatillo.

- ¡No!, por favor. No lo maten. -las lágrimas salían cada vez que gritaba. - ¡Hare lo que sea! -respire hondo para recuperar el aliento. - solo déjenlo en paz, por favor. -implore.

El silencio apareció, me puse cabizbaja, me sentía sin fuerzas que dar. Estaba sumamente agotada. No puedo creer que esto pase, es la peor tortura que estoy recibiendo, ni quiero imaginar cuáles serían las peores.

Joker muestra su sonrisa y acaricia mi mentón. No hago nada, ni siquiera reacciono ante eso.

- ¡Ya decidió ella!, ¡Suéltenlo! -se aleja el hombre quien sostiene la Tablet.

- ¿Qué quieres de mí? -alzo la cabeza y lo miro fijamente.

-Te quiero a ti. 

Extraña Obsesión | Harleen & JokerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora