Harleen Quinzel. Atrapada en una relación que jamás pensó que podría pasar en su vida. En su último año de la universidad, conoce a un chico (guapo, encantador, seductor y muy misterioso) de nombre, Jack. Deciden salir, pero no como una pareja norma...
Extrañas voces se escuchan en mi cabeza, varias que incluso no puedo soportarlas, son de hombres y mujeres, todos se dirigen a mí; algunas me parecen familiares y otras son desconocidas para mí.
No veo nada, estoy atrapada en una habitación oscura que no tiene puerta o alguna ventana, me siento claustrofóbica, que hasta el silencio me hace sentir sola. Nunca logré pensar en todo lo que acabo de hacer, en las cosas que jamás pensé y simplemente las realice sin motivo alguno. Quiero imaginar que esto es una pesadilla, pero mi conciencia hace razón en que mi realidad es tan diferente al de las demás personas.
De niña tenía miedo a que cerraran la puerta de mi habitación, miedo a que algún monstruo estuviera conmigo en el cuarto, que sólo aquello pudiera escuchar mi respiración agitada mientras me tapo con las cobijas. Pensé que solo eran cuentos que mi mente creaba. Ahora. Nunca me imaginé que conviviría con un verdadero monstruo, que me hace sentir vulnerable, me hace sentir de la peor forma, ya que saca otra personalidad mía. Joker es la sombra que me sigue a todas partes, cada vez que trato alejarme, siempre estará entre mis espaldas, susurrándome tantas cosas, haciendo que mi mente quede perturbada con la realidad que saca esta ciudad. Él me vuelve loca, rara, extraña. Y ahora, lo estoy ayudando. No sé cuáles son mis intenciones, no sé qué trato de hacer, no sé porque me involucro a mí, soy su punto fijo, soy aquella presa que deseo cazar y colgarla en su habitación. Tiene una obsesión conmigo. Esto no es amor, esto no es vida.
Abro los ojos tan pronto como puedo, intenté moverme, pero un ardor invade todo mi cuerpo que me impide mover algún musculo. Me siento asustada, perdida, confundida. Trato de encontrar el recuerdo de lo que pasó. Veo humo en mis recuerdos, me sentí nerviosa, con ansiedad, alguien me golpeo, varias veces hasta que me dejó inmóvil. Héctor. No sé cómo me habrá dejado el rostro, pero veo grandes moretones que recorren mi brazo, mientras la otra, se encuentra enyesada.
Respiro hondo, los tubos que están introducidos por mis fosas nasales me causan cosquillas. Estaba claro que ahora estoy en un hospital, pero; ¿Qué pasará conmigo?, ¿Soy libre?, ¿Joker me dejo?, la última pregunta creo que es cierta. Si hubiera actuado él antes, creo que no estaría aquí.
Veo directamente al frente, escucho la puerta rechinar. Al momento en que abre paso a una persona, apenas tengo tiempo de observar su rostro. Me siento aliviada y siento que una preocupación desapareció. Se trataba de Johan Lilien, mi amiga de Arkham. Recorrió la cama y en tan solo segundos, nos envolvimos en un abrazo.
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Escucho como solloza entre mi oído, también tengo ganas de llorar. Me siento tan aliviada al saber que ella está bien, ya sentía gran culpa, si ella estuviera muerta, nunca lograría vivir en paz.
Se separa un poco y me analiza con sus ojos verdes con brillo ante las lágrimas, sus manos aprietan levemente mis hombros mientras se sienta en el borde de la cama, aun con el rostro iluminado al verme.
