Harleen Quinzel. Atrapada en una relación que jamás pensó que podría pasar en su vida. En su último año de la universidad, conoce a un chico (guapo, encantador, seductor y muy misterioso) de nombre, Jack. Deciden salir, pero no como una pareja norma...
Observó cómo se marcha, apenas dejando las huellas de las llantas contra el pavimento. Sujeto mi cabello y lo jalo con fuerzas, necesito golpear algo. Me acerco contra un auto y empiezo a golpearlo hasta crearle abolladuras. Le quitó el arma de fuego a uno de mis hombres y empiezo a disparar contra los cristales de los autos. Siento ira, furia, no puedo controlar esta mierda que pasa contra mi cabeza.
Es raro, pero no quería que se fuera. Quería que formara parte de mi plan. No olvido aquellos momentos, pasan por mi cabeza cada minuto, y me dan ganas de asesinar a alguien.
Me monto a la furgoneta negra, en el asiento del copiloto. Mi mayordomo arranca el auto mientras sujeto la pistola de fuego dorada.
-No puedo esperar.
Soy libre, es hora de cometer mis locuras.
~Dos Meses Después~
-Narra Harley-
No puedo creer que simplemente en sesenta y un días, logre tener esta vida. Ahora vivo en una casa blanca de dos pisos, rodeado de un gran campo verde. Tengo sirvientes obedientes, electrodomésticos de gran marca, ropa envidiable y un hermoso novio guapo que me ama.
Sigo en gotham, quería mudarme desde el principio, pero decidí quedarme, y no encuentro la razón del porqué. Apenas me levanto de la cama y hago mi rutina diaria por la mañana, me ducho primero antes de desayunar.
Escucho las pisadas en la primera planta. Es Héctor bilmen, mi novio. Es extraño en la forma en que nos conocimos. Simplemente estaba comprando ropa (apenas cuando empezaba el mes tenía un pequeño departamento), cuando me disponía a salir del centro comercial con varias bolsas de ropa entre mis brazos, alguien golpea mi hombro y pierdo el equilibro, lamentablemente no tuvo tiempo a sujetarme, caí directo al suelo. Al mirarlo fijamente, admito que me enamore, me ayudo a levantarme y se ofreció a ayudarme a llevar las compras. Me paso su número y entre los demás días, nos hemos ido reuniendo de vez en cuando hasta que finalmente me pidió ser su novia. Llevo cuatro semanas con él, y cada día fue perfecto.
Es raro que empezáramos a vivir en tan poco tiempo, pero le conté que simplemente tenía un departamento, y él una gran casa. Es extraño, pero soy feliz. Lo peor, es que nunca le conté que fui psiquiatra del asilo de Arkham. Hay noches en que sueño con el payaso. Joker. Nunca mantuve contacto con él, y ahora no sé dónde sea su paradero, pero no me importa en lo absoluto.
Después de una hora, termino de darme los últimos detalles con el maquillaje. Bajo las escaleras cuando escuchó de inmediato la puerta principal abrirse. Héctor, decidió hacer una pequeña reunión con sus empleados de la oficina, por lo cual me puse algo casual. Un simple vestido azul claro. Me coloco por encima de mi cabello los lentes oscuros y salgo al patio, donde la mayoría de las personas, empiezan a platicar alrededor de la gran piscina. Me quedo parada, recibiendo a las personas con una gran sonrisa. Se acerca Héctor con su elegante traje (Es alto, con poca barba y unos ojos de color café como el color de los troncos, su voz es gruesa, es lindo para mí).
-Harley, te presento a mi amigo de la secundaria. Jerry Thomson.
Estrecho la mano ante un señor gordo con un traje que veo que le queda ajustado.
-Un gusto señorita. Llámeme Jerry. -suelta mi mano.
-A mi Harley, es un gusto conocerlo.
Se retira para ir por una bebida. Héctor se coloca frente a mi mientras acaricia mis mejillas, sonrió tímidamente. Detrás de él, observo a un hombre que nos mira fijamente del otro lado de la piscina. Lleva puesto unos lentes oscuros y un traje negro, raramente me parece familiar. Veo que susurra algo mientras aprieta su oreja.
- ¿Estas bien? -me saca de los pensamientos y me limito a observarlo.
-Bien, estoy bien.
Me toma de la mano delicadamente y me conduce hacia sus amigos. Pero miro por un instante aquel hombre que nos miró.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Ya no se encontraba en su sitio.
Las horas pasaron, ya el sol se ocultaba por los edificios. Apenas alcance a ver el atardecer por mi ventana. Me aleje al escuchar a Héctor entrar a la habitación. Ambos ya estábamos en pijama, ya no teníamos planes, ya no recibiremos a nadie, solo queríamos estar cómodos. Lo abrazo con una ligera sonrisa, giramos un poco mientras una canción sonaba de fondo, una del famoso cantante Frank Sinatra.
Sus manos tocan mi cintura suavemente mientras poco a poco acerca sus labios contra los míos. Hago lo mismo, pero mi mirada capto algo por la ventana. Un hombre parado en nuestro patio con la mirada fija hacia nosotros. Me aparto de él y me pegó directo a la ventana y la abro tan pronto como puedo. No había nadie, ni una sombra, ni un rastro de alguna persona o algún animal.
- ¿Segura que estas bien, Harley? -suena preocupado.
Estoy imaginando cosas, debo de estar alucinando. Me doy media vuelta y le dedico mi sonrisa de siempre, mientras con mi voz tranquila, le contestó:
-Estoy bien. Vamos a ver una película.
Asiente y nos acomodamos en la cama mientras colocamos una película en una de las aplicaciones que tenemos en nuestra televisión.
-Narra Joker-
-Tenemos la ubicación de Harley Quinzel, señor.
-Perfecto, seguirla mañana hasta encontrar un momento perfecto para sobreactuar.
Cuelgo la llamada y la colocó con fuerza sobre la mesa de apoyo de la sala principal. Me incorporó del sofá mientras estiro un poco los brazos y el cuello para tronar los huesos. He estado planeando esto durante estas semanas, no puedo esperar. Necesito tenerla en mis brazos. Es algo raro en mí, pero he sentido la necesidad de verla, o tenerla ante mí. La quiero solo para mí. He pensado y sentido desde la última vez que nos vimos. No puedo pensar en otra cosa que no sea ella, Harley, siento algo raro, siento una gran obsesión con ella. Siento que la necesito, ahora mismo, la quiero solo para mí.
