Capitulo 20 | Estrategias

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|Maraton 1/3 :b| 

-Narra Harley-

Me siento tonta al querer llorar por estas estupideces, ¿Por qué demonios me siento tan sensible hoy en día?, tal vez empecé a serlo desde que mi vida se volvió un desastre total, desde que empecé a vivir con el mismísimo payaso que todos temen, el único villano que Batman desea acabar. Entro a mi habitación, cierro la puerta tras mis espaldas y me quedo mirando por un rato la cama. Pienso y recuerdo; me acosté con el joker.

- ¡Soy una estúpida!, ¡Carajo! -grito con ira.

Pateo y clavo las uñas entre las sabanas con la intención de rasguñarlas como un gato. Ya no sé qué diablos debo hacer, estoy encerrada en esta mansión. No tengo planes, estoy presa; ya no puedo tener la vida de antes, ya no puedo corregir mis errores, ya es tarde para recuperar todo lo que perdí. Me equivoque en varias cosas, y me odio al sentirme culpable por lo que hice; ayude al joker, me enamore de él y fui su maldita puta.

Y no logro entender porque aún sigue enamorado de mí, habiendo tantas chicas en este mundo, ¿Por qué a mí? Y, pensar que justamente a causa del destino, me toco ser su psiquiatra. ¿Por qué diablos lo ayude?, yo por ingenua creyendo en sus mentiras, y quejándome de mi propio empleo y creer que tenía otro pase directo para tener una vida de ensueños como las propias telenovelas, soy tan ingenua que ya no soporto seguir aquí. La muerte es mi único pase para la paz, tranquilidad, finalmente felicidad.

Observo el mueble que se encuentra frente a la cama de madera fina, encima se encuentra aquella pistola negra que me regalo joker. No dudo en acercarme a ella y tomarla con ambas manos como la otra vez. Tiene seis balas, recargo y quito el seguro... ¿Sera en serio mis intenciones?, ¿Esto...será la solución?

-Narra Joker-

Salgo de la mansión a la vez que termino de ponerme el saco negro y sujeto con firmeza mi bastón. Veo por última vez la ventana de mi habitación, espero que Harley este durmiendo, aunque me siento devastado al pensar que llore por cosas tan tontas, pero sin importar lo que haga, su sensibilidad a las cosas...siempre la amare con todo el orgullo que tengo.

Subí a mi auto junto con mi mayordomo, me siento en la parte del copiloto y fijo la mirada a él.

- ¿Aun tienen el cuerpo? -Asiente sin expresión. -, bien. Tráiganlo y pide que nos sigan, ya sé cómo deshacernos de Héctor.

Pasan las horas y me reencuentro con el filántropo Rick Ross. Mi amigo, veo como me espera en el muelle, junto a su yate. Daremos un gran paseo.

-Señor j, me alegra que haya aceptado mi invitación.

-Traje a mi amigo, espero no sea una molestia. -señalo a mi amigo John.

-Para nada, vamos. Que la noche es joven.

Subimos a su yate, no sin antes indicarle a mis hombres que nos esperaran al otro lado de la ciudad donde se encuentra el otro muelle. Subimos y encienden el motor contra el agua.

Se nos da el lujo de ir en la punta del yate, los tres; Rick, John y yo. Admiramos las luces que iluminaban la ciudad, mientras más nos acercamos a nuestro punto donde crearemos nuestro golpe, el puerto. Donde específicamente se haría entrega de una carga de quinientos bloques de oro puro para nuestro humilde banco nacional de Gotham.

Veo mientras pasamos a un lado del puerto.

Veo mientras pasamos a un lado del puerto

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- ¿Listo? -me muestra un control con un botón rojo.

-Hazlo.

Presiona el botón y siento la vibración del suelo, resuena un fuerte ruido extraño para después hacerse presente una explosión. El fuerte calor invade mi rostro, pero lo soporto. Un cable que sujetaba un cargamento estalla para dejar caer la caja metálica grande.

- ¡Ahora, ya! -grita Rick.

Unos hombres que nos acompañaban en el yate, saltan al agua ya equipados con sus trajes de buzo y con grandes bolsas negras que sujetan alrededor de su hombro. Observo a Rick que me lanza una ametralladora y me apunta hacia el barco. Observo algunas personas que nos apuntan directo a nosotros. No dudo en apuntar y jalar del gatillo. Ambos disparábamos sin control y dejábamos marcas entre el metal oxidado. El fuego se esparcía mas y ya no nos dejaba ver con totalidad el puerto. Sentimos un fuerte movimiento del yate y nos percatábamos que los hombres subían las mochilas para después que ellos se montaran. Arrancamos u nos marchamos en dirección al siguiente puerto.

-Narra Harley-

Hare algo mejor, tengo una idea. No dejare que el payaso controle mi vida, no lo dejare. Escucho como varios autos se marchan del lugar, es hora de hacer alguna hazaña, la que sea, pero ya no soporto estar aquí.

Veo mi vestidor, hasta odio mi ropa. Solo son vestidos cortos y provocativos, ningún pantalón. Opto por usar un simple vestido negro con un escote de corazón, cosa muy provocativa que odio aún más. Me pongo unos tacones y, antes de salir, agarro la pistola. Salgo de la habitación.

Por lo que veo, ningún hombre se encuentra en la primera planta, camino hasta las escaleras y al bajar escalón por escalón, se escucha fuertemente mis pasos al bajar. Ante ello, aparecen unos hombres enmascarados sujetando armas con ambas manos, más largos que propio brazo. Ignoro sus miradas y sigo bajando hasta tocar el piso de baldosas.

- ¿Y joker? -dirijo mi palabra hacia uno de ellos.

No me contesta, simplemente mueve la cabeza señalando muy fácilmente la seña de "No". Paso de su lado y camino en dirección a la puerta principal, pero alguien se cruza frente a mí.

- ¡Déjame pasar!

-No puedo, órdenes del señor J.

Su voz se escucha baja por la máscara, pero logro entenderlo. Enarco una ceja y lo miro con una expresión de seriedad.

- ¡Déjame salir ahora!, ¡No soy su esclava! -doy un paso al frente, pero me empuja con brusquedad.

Al momento en que me empuja y hace que, de algunos pasos hacia atrás, sacó la pistola y me apuntó hacia la cabeza, coloco mi dedo entre el gatillo. No me percato que me encuentro en medio del lobby, rodeada de varios hombres que se ponen en guardia con sus armas. Esto se pondrá de lo peor.

Extraña Obsesión | Harleen & JokerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora