Un sentimiento de alegría mezclado con miedo ardían en su interior. Su corazón palpitaba en el silencio, pero algo le decía que el Alfa, sin duda, podía escucharlo a pesar del ruido urbano.
Su mirada azul chocó con la castaña y sí, hubo una colisión que los dejó lívidos, estáticos y tontos, mirándose el uno al otro por unos instantes luego de los cuales Lucifer trató romper mediante la charla, al tiempo que sudaba frío, con las manos sudando y las mejillas rojas, por lo que apegó más la bolsa de papel a su cuerpo y guardó la manzana acaramelada en ella.
Carraspeó incómodo.
—Señor Alastor —pronunció el Omega, intentando calmar su emoción inminente. Una suave y discreta sonrisa se trazó en sus labios—. No esperaba encontrarlo por aquí —dijo con honestidad.
Alastor lo observó a través de sus dilatadas pupilas.
—Digo lo mismo, dulzura. Aunque ciertamente te ves mejor ahora que no ha pasado algún evento catastrófico —dijo él, ensanchando su sonrisa. Ladeó un poco la cabeza, curioso— Pero por alguna extraña razón, te encuentras solo como un niño perdido... ¿A qué se debe, querido?
Lucifer arqueó las cejas a la perfección.
—¡Oh, no! N-No vengo solo... Mi amigo y yo decidimos salir a dar un paseo, pero creo que tuvo un pequeño percance y lo estoy esperando —respondió, aunque se le veía inquieto. Desvió la mirada hacia un costado, con la esperanza de ver caminar a Stolas, pasando de la risa a la preocupación una vez que se diera cuenta que lo dejó solo y Lucifer, aunque estaba molesto, le tranquilizaría y le pediría que pasaran a la tienda de juguetes por un patito de peluche.
Pensándolo mejor, eso no era propio de él. ¿A dónde se iría sin importarle dejarlo solo?
El Alfa frente a él también miró hacia la misma dirección, atento.
—Hmm, me parece que es muy desconsiderado de su parte dejarte así, a merced de que cualquiera se aproveche de ti —chasqueó la lengua, y movió la cabeza con desaprobación—, especialmente en una zona peligrosa de magia...
Le dedicó una mirada de rencor a la tienda de artilugios vudú, directamente al letrero como de antigua imprenta que leía: Mama Dupont, la reina del vudú. El nombre resaltaba en elegantes letras doradas sobre una pintura color verde botella.
Su expresión se ensombreció momentáneamente y su sonrisa se tensó, casi a punto de perderla.
—¿Entraste a ese lugar, cariño? —le preguntó Alastor con voz pesada, acercándose lentamente al contrario, tanto que Lucifer inconscientemente dio varios pasos para atrás.
—No fue mi idea. Fue de Stolas, él quiso que entráramos y yo-... —trató de justificarse, sin comprender por qué de repente se sentía culpable.
¿Era por su amigo? ¿O era por Alastor? El susodicho suspiró sonoramente, se le veía molesto pero el Omega creyó ver un rasgo de preocupación en su mirada.
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BEATIFUL PROBLEMS ➞ APPLERADIO | RADIOAPPLE
Fanfic( BEAUTIFUL PROBLEMS ¡! ) Alastor E. Haworth lleva una vida que podría considerarse digna y tranquila, aunque muy solitaria. Es un locutor de radio altamente famoso y respetado por la mayoría de los grupos sociales, aunque hay un pequeño detalle; s...