CAPÍTULO 8

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¿Quién es ella?

El hombre se levanto con pereza de la cama. Apenas si había dormido, paso la mayor parte de la noche en el hospital. A duras penas se dirigió al cuarto de baño para darse un ducha, era lo único que podría despertarle después de solo dormir cuatro horas.
No duro mucho en el cuarto de baño, si a caso siete minutos y después salió con solo una toalla enredada a sus caderas. Matthew estaba por vestirse cuando su teléfono móvil comenzó a sonar. La pantalla de su teléfono brillo dejando ver el número.

«¿Hola?» 

«Señor Daddario. Habla la Doctora Anders»

«Doctora... ¿Cómo esta? ¿Sucedió algo? ¿Ella...?»

«No se preocupe señor Daddario. Alexandra esta en perfectas condiciones. En cuanto a mi estoy bien, gracias por preguntar. Le llamaba por que, como sabe le permitimos a nuestros pacientes hablar con sus familiares ciertos días y horarios de la semana.»

«¿Ella pidió hablar conmigo?» Pregunto. Un ligero aire de confusión y alegría sonó en su voz cuando hablo.

«Si. Justamente esta aquí conmigo. ¿Quiere tomar la llamada?»
Pasaron varios segundos en el que hubo silencio. El pelinegro escucho como la Doctora le llamaba desde la otra línea. El pidió que le esperara un momento. Dejo el teléfono sobre la cama y tomo su ropa. Se vistió lo más rápido posible para tomar de nuevo la llamada.

«¿Doctora? ¿Sigue ahí?»

«Si. Le comunicare con su hermana ahora mismo.»
Espero unos segundos y entonces escucho la voz de la mujer. Hace unos meses que no hablaba con ella.

«Matthew... hola...»

«Alexa... Hola, ¿C-Cómo haz estado?» La forma en que hablaba el hombre era un poco más suave y más dulce. No era cortante, tampoco se comportaba de forma fría como lo hacia delante de las personas. 

«Estoy muy bien, feliz de que respondieras. Creí que no querías hablar conmigo, por eso deje de insistir con las llamadas.»

«Tonterías. Han sido unos meses difíciles y... He tenido tanto trabajo.»

«Me lo imagino...»

«Realmente lo siento. No quería llamarte tampoco por que la Doctora Anders decía que no estabas en condiciones para...»

«He mejorado. La Doctora Anders a dicho que si sigo respondiendo bien al tratamiento pronto seré libre y mi cuerpo estará limpio.» Le interrumpió Alexandra.

«Eso esta muy bien.»
Un sonrisa se mostró en ambos hermanos. Que a pesar de no verse sabían que tanto el uno como el otro se sentían felices. Matthew estaba por decirle algo, cuando una segunda llamada entrante le interrumpió.
Dejo escapar un suspiro cuando vio que era Seaver, probablemente Harrington quiera reunirles a todos por el caso de Jessica Bowman.

«Oye, Alexa. Tengo que irme. Pero, esto no a terminado, en cuanto me desocupe iré a verte, ¿si?»

«Okay, no te preocupes. Adiós, te quiero»

«Yo te quiero más.»

Luego de eso la llamada se corto. Cuando atendió a Seaver, este le explico que Hewitt había despertado y se encontraba un poco mejor. En cuanto al caso de Jessica, no han conseguido hacer que hable. También menciono que Beckett había pedido que su padre el ejecutivo Bowman, accediera hablar con su hija. La agente pensaba que solo así lograrían que la mujer hablara.
Cuando salio del hotel en donde la unidad se estaba hospedando por el momento en este caso, salio y se encontro con Beckett en la entrada.
Estaba al teléfono, parecía molesta y disgustada por algo. Quien quiera que sea la persona que le ha llamado, no esta nada contenta con lo que le haya dicho. Termino la llamada unos minutos después. Pateo el suelo con su bota y se llevo la mano a la frente. Echo su cabello castaño y largo hacía atrás. Cuando noto la presencía del pelinegro se sobresalto al verlo a tan solo unos paso detrás de ella.
—Daddario, hola. —Saludo. La chica rasco su nuca un poco nerviosa. Matthew le miro con ojos curiosos.
—Beckett. —Dijo en forma de saludo. —¿Todo va bien?
—Si. —Respondió. —Entonces, ¿A dónde ibas?
—Bueno, pensaba pasarme primero por el Hospital. Ya que Hewitt despertó.
—Ah, si. Yo también iba a pasar a verle. Ya que, bueno, fue mi culpa que este en esa condición.
—No es culpa tuya. Hizo lo que cualquier agente haría. Siempre nos enfrentamos a toda clase de situaciones. Y cada una es peligrosa.
—Si, tienes razón. —Asintió. —Bueno supongo que te veré en el hospital.
El agente no dijo nada más y luego de eso la castaña fue quien salió primero. 

WITHOUT A TRACE|Matthew Daddario|FIC #1|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora