CAPÍTULO 9 |MARATÓN 3/5|

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La cita era en media hora. La agente estaba tan nervioso que estaba lista desde hace una hora. El hombre pasaría por ella a las ocho, y ella ya estaba vestida. Maquillada no, además de que no le gusta el maquillaje, por esa causa no tiene ningún cosmético.
Se arreglo un poco su cabello el cual se aun estaba húmedo y se hacían pequeñas ondulaciones en el. Al pasar veinticinco minutos, salio del edificio. Paso por recepción y fue hasta la puerta de cristal y la empujo. Espero un par de minutos, esta muy nerviosa. Sabía  que era casual su salida. Pero como no traía ropa normal en su equipaje, opto por una camiseta de botones de color celeste y un pantalón negro con sus botas estilo militar. Arremango sus mangas hasta abajo del codo. Mientras esperaba jugaba con su anillo que tenía puesto en una de sus manos. El que le había regalado su hermana. La extrañaba demasiado, cada vez que intentaba  llamarla la contestadora sonaba. Quería saber si se encontraba bien, y estoy seguro de que ella quisiera saber el como estamos.

Un auto se estaciono enfrente del edificio, un caro sencillo, no sabía de autos, por lo tanto ella solo le pareció un auto bueno. Bien cuidado. El hombre bajo del auto y le dedico una sonrisa a la castaña. Ella le devolvió el gesto.
—Lamento la tardanza.
—No te preocupes, solo fueron... —Dijo viendo su teléfono. —Nueve minutos más.
—Realmente lo siento, puedo compensartelo. ¿A dónde quieres ir?
—Hum... Te seré sincera, hace tanto que no salgo a una cita, que no se que hacer exactamente...
El hombre esbozo una sonrisa, pero no se estaba riendo, parecía una sonrisa tímida, su mirada fue a parar hasta el suelo y luego miro de nuevo los ojos turquesa de la mujer.
—Yo tampoco.  
—Entonces... ¿Qué te parece si vamos al cine?
—Eso me gustaría, hace tanto que no voy. Yo invito.
  —Puedo pagarlo, en serio.

—Bueno, no discutiré con una mujer, podemos dividir el costo. ¿Qué te parece?
—¡Me parece más que bien! —Exclamo Arizza. El hombre, abrió la puerta del copiloto. En todo caso, no solo era guapo y atento, también un caballero.
Al llegar al cine el se apresuro a bajar para abrir la puerta de la chica. La castaña salio del auto y el hombre le tendió su brazo, el cual ella tomo.
Ambos entraron y miraron la cartelera, indecisos por cual película escoger.
—¿Ya te intereso alguna? —Pregunto Jeremy.  
—Pues, la del Rey Arturo, se ve que promete. ¿Qué dices?
—Yo estoy de acuerdo.
—Muy bien, entonces andando.
Los dos se colocaron en la fila, se tardaron en ella alrededor de quince minutos. Ahora solo faltaban una persona más para seguir ellos. A su costado se encontraba otra fila a lado de Arizza se encontraba una niña. Su cabellera castaña y ojos azules, era tan alegre e inocente. Le transmitía un aire familiar, extraña a su sobrina a más no poder. La niña miro a la joven y sonrió. Luego miro a su acompañante y sonrió aun más.
—Hola. —Su voz chillona, pero suave a la vez. Le daba tanta ternura.
—Hola. —Respondió Arizza.
—Eres muy bonita.
—Oh... —Antes de poder decir algo. Jeremy tomo la palabra.  
—Si que lo es. Igual que tu linda.
—¡Gracias! Hacen muy bonita pareja, ¿son esposos?
—¿Qué? —Pregunte sonriendo. —No, nada de eso.
—¿En serio? Ustedes dos son muy lindos, yo digo que debería casarse y tener cien bebes bonitos.
  —¿Eso crees? —Hablo el  rubio.  
—¡Si!
—Entonces lo tendré en cuenta. —Asintió hacía la niña, la cual  se despidió agitando su manita.       
Las mejillas de Arizza se ruborizaron y entonces, ya eran los siguientes. No hablo, Jeremy fue quien pidió los boletos y los pago.
—¿Quieres algo de comer? —Pregunto el hombre tomando su mano.
—Si, claro, yo lo pago, tu pagaste las entradas, así que no hay problema.
—No te preocupes.
—Bueno, vamos.
Luego de comprar un combo, unas palomitas, dos refrescos y un par de dulces, fueron a formarse para entregar sus boletos.
Ambos se encontraba en la sala, esperando la película. luego de dos largas horas, en las que ambos compartían opinión sobre la película  o incluso el decía una broma tras otra en cada escena. Arizza nunca se había divertido tanto. Al terminar la película salieron por la puerta que se les indicó.
Ambos se subieron al auto, el pensaba llevarla al hotel efectivamente, pero tampoco quería que esta noche se terminara. Y Arizza tampoco, disfrutaba de la compañía de el.
—¿Te gustaría ir a caminar al parque? —Pregunto al rubio.
—Si, me gustaría.
Jermey condujo unas cuadras más adelante,  el parqué se encontraba ahí, era grande y estaba bien cuidado, lleno de arboles y flores. Se transmitía tranquilidad. Había una cuanta gente en el parque, los niños corriendo de aquí y haya. Los adultos que caminaba o estaban en las bancas. Parejas que tenía una cita, como Arizza y Jeremy.  

—Entonces, cuéntame, solo se que te gustan las películas, eres agente de la CSI, que tu nombre es tan bonito como tú. —Yo también solo se lo básico de ti...
—Entonces hablemos. Primero las damas.

WITHOUT A TRACE|Matthew Daddario|FIC #1|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora