2: "Comenzando pésimo"

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Hoseok estaba totalmente rojo debido a la furia, mordiendo su labio hasta hacerlo sangrar para evitar soltar un grito de frustración, Jimin temía que en cualquier momento largara humo por las orejas tal como en las caricaturas que daban a las seis en sus canales de cable, las mejillas de su mejor amigo se inflaban con cada bufido que daba y sus manos se tomaban ambos lados de la cabeza, con cada estirón de cabello maldecía al aire con insultos que no sabía siquiera que existían.

— Hey hola —desde la otra punta del comedor TaeHyung comenzó a acercarse con su habitual sonrisa cuadrada, todo alegre como siempre.

— Iré a su casa y quemaré su título universitario para que nunca más ejerza un profesorado de ninguna clase maldito hijo de...

La sonrisa de su amigo se fue desvaneciendo poco a poco a la vez que se alejaba lentamente simulando nunca haber saludado en primer lugar, exagerando una expresión de trauma a la vez que miraba con los ojos muy abiertos al mayor; Jimin no pudo evitar reír, primero despacio pero al ver la mueca molesta de Hoseok y lo gracioso que se veía insultando a la vez que observaba el panorama para evitar ser escuchado, como si se tratara de un niño haciendo alguna travesura, esa tierna y delicada risa se volvió una carcajada ruidosa algo más parecido al sonido de una vaca asmática pariendo.

— Deja de reírte, pareces retrasado —observo como la gran mayoría en la cafetería los observaban curiosos—, ya, Jimin, que vergüenza, para.

— ¡Es que ni siquiera eres capaz de putear al profesor de mate sin  ponerte paranoico! —se le escapó un sonido de puerquito en medio de su carcajada, lo cual hizo que se riera aún más fuerte.

— Ugh, no te conozco —el mayor decidió abandonar la sala con su frente en alto intentando ignorar a su mejor amigo que lo perseguía muy de cerca, casi pegado a su brazo tal garrapata.

— ¿A dónde vas?

— Lejos de ti.

— Ya, está bien, ya me calme.

Hoseok suspiro cansado mientras se adentraba por el pasillo de los casilleros, tenía que pensar en mil cosas que debía hacer esa semana: llevar los boletines de su curso a la secretaría de la escuela, imprimir los permisos del viaje escolar que tendrían ese año, organizar el club de audiovisuales por el que tanto había reclamado, terminar el informe de geografía, estudiar para la lección oral de inglés... Tantas tareas asignadas en su agenda mental y lo único que se le venía a la mente era asesinar a Min YoonGi de la manera más tortuosa y sensual que podía imaginarse.

Negó con la cabeza a la vez que su sonrojo aumentaba de volúmen, no quería pensar de esa manera, no con un profesor pero, ¿Qué culpa tenía él de que aquél ser tan despreciable estuviera tan bueno que fuera casi irreal? Con su piel pálida, sus labios rosados, su mirada de superioridad y aquellas manos...

— Pero me ha amenazado con desaprobarme y... —la ira lo hizo gruñir como un perro rabioso—, lo odio —golpeo las taquillas a su lado logrando que Jimin saltara del susto.

— Te vas a lastimar, calmate, eres Jung Hoseok, no dejes que esto te afecte.

— Sí dejaré que me afecte —dijo con molestia—, es injusto como nos trata y no dejaré que se salga con la suya.

Ignoró la sonrisa traviesa que le brindó Jimin y como pareciera que su aura estuviera repleta de fuego como aquél meme de Elmo que había visto varías veces por internet; sabía de ante mano como su mejor amigo disfrutaba del drama, los conflictos y todas las peleas que no lo involucraran a él, era como una especie de entretenimiento para su disfrute, como aquella vez que el capitán del equipo de fútbol, Wonho, había difundido el rumor de que habían tenido sexo en la oscuridad de un cine cercano, Hoseok se había molestado tanto que incluso averiguó sus más oscuros secretos (como el que fuera virgen y todas sus historias resultaran ser un fiasco) y los reveló por medio del megáfono donde el director anunciaba las noticias de último momento; Jimin lo había acompañado en todo el proceso e incluso se compró palomitas cuando Wonho lo enfrentó en el campus a la hora de la salida. Ese día había recibido su primera y única sanción, pero había valido totalmente la pena, porque nadie se metía con Jung Hoseok sin pagar las consecuencias, y eso había quedado más que claro.

Profesor -YoonseokDonde viven las historias. Descúbrelo ahora