YoonGi rió con naturalidad, una creciente felicidad albergando todo su ser al ver lo que había provocado en Hoseok, y no solo hablaba de aquella graciosa expresión que había puesto ni bien vio el enorme diez en verde colocado en la hoja de SungYeol, aquella que denotaba todo su enfado, sorpresa e indignación que ya era incluso común en su persona, sino, aquél bonito sonrojo en sus mejillas, ese que solo te percatabas de que existía si ponías demasiada atención en él, ese que, lejos de ser provocado por la cólera, guardaba escondido una timidez y vergüenza que lo habían ver adorable y achuchable.
Cuando el sonido de la campana aturdio a todos indicando el fín del horario escolar, como venía siendo rutina, la mayoria de todos sus estudiantes se levantaron a toda prisa y corrieron hacia la salida como si estuvieran descalzos y el piso quemara, una cuarta parte de los demás chicos salieron a su libertad un poco más calmados, y Hoseok, uno con la cabeza gacha y apretujando un lapiz roto en sus manos, esperó paciente a que el aula quedara vacia y los pasillos de fuera se vieran desiertos.
E incluso cuando le envió una de sus tan reconocidas miradas malvadas el menor solo atinó a fulminarlo débilmente, porque se encontraba con demasiados sentimientos extraños en su interior como para comenzar una nueva rabieta, no podría, no cuando se sentía tan confundido y, debía admitirlo, tal vez un poco asustado... De algo que él mismo se había buscado desde el inicio.
Tal vez solo le quedaba como última esperanza que YoonGi fuera lo bastante cuerdo para detenerse en el momento justo, porque no podría asegurar que él sería capaz.
Llevaba deseando a su profesor hace tanto tiempo, pero aún así la idea de que sucediera algo serio parecía tan lejana.
Hoseok juró que casi moría cuando vió a su profesor acercarse como un depredador hasta la salida, pero la verdadera acción dió inicio cuando YoonGi cerró la puerta con llave y comenzó a caminar lentamente hacía su persona, haciendo que su lado racional se apagase totalmente por unos minutos y en cambio una desconocida necesidad lo embriagara por completo.
Se paro frente suyo, en ese espacio que había entre la mesa y la silla, dejando apropósito el bulto de su pantalón a unos pocos centímetros de su rostro, y Hoseok no quiso admitirlo pero estaba incluso impaciente por lo que iba a suceder, impaciente porque sucediera de verdad.
— Hobi —dijo en tono calmado y provocativo, al tiempo que alzaba una mano y comenzaba a acariciar el sedoso cabello de su estudiante, y este caía rendido ante el tacto a tal punto que no le importo abrir las pierna y acercarse hasta el cuerpo de su mayor, dejando a YoonGi entre las suyas y apoyando su frente en el vientre bajo de este—, estamos solos, ya puedes besarme ahí si quieres.
La boca de Hoseok estaba a escasos milímetros de la entrepierna aún cubierta de su profesor, su respiración caliente chocaba directamente allí y lejos de sentirse intimidado, gracias a las caricias en su cabeza, estaba experimentando una tranquilidad inigualable, esa clase de tranquilidad que te obligaba a cerrar los ojos y mantenerte calmo hasta caer dormido, y así lo quería, extrañamente, solo quería quedarse en esa posición, que YoonGi siguiera acariciandolo y dormir abrazado a las piernas de este con aquella erección rozando sus labios, para tenerla cerca suyo y censiorarse de que solo le pertenecía a él; Hoseok estaba completamente perdido, no podía reconocerse por más que quisiera y supo que esto comenzaba a impacientar al mayor.
Pero YoonGi tampoco hizo mucho esfuerzo por acelerar las cosas, aún si su miembro había crecido ante la cercanía del menor y estaba siendo incluso una tortura tenerlo a esa inexistente distancia y no sentir el contacto directo entre ambos, el contacto directo de sus labios; lo estaba deseando, lo estaba anhelando desde que vio aquél rostro lujurioso espiandolo por la ventana, desde que escuchó aquella insinuación en medio de la clase; su alumno lo estaba invitando a cruzar esa pequeña línea entre lo correcto y lo incorrecto, y él estaba más que ansioso por adentrarse a ese pecado.
— Bebé —se atrevió a llamarlo recibiendo un sonido de satisfacción por Hoseok, quien instantáneamente refrego su mejilla contra el bulto, como si fuera un gatito buscando una posición cómoda en la cuál descansar—, ¿Qué sucede? ¿Quieres dormir, tienes sueño? —el asentimiento de su cabeza mandaba nuevas descargas a su cuerpo, por lo que tuvo que morderse el labio para no gemir—, está bien, te dejaré descansar... —tomó las hebras de cabello que antes acariciaba y las jaló un poco para dejar el rostro de Hoseok a la vista—, pero primero debes tomar tu leche.
YoonGi no pudo siquiera explicar lo condenadamente provocativo que se veía su alumno despeinado, sonrojado y pegado a su erección, deseo poder sacarle una foto y guardarsela para si mismo e incluso imprimirla o hacer un mural para su habitación.
— ¿Mi... mi leche? ¿Cual leche?
— Esta... —comenzó a desabrocharse el cierre del pantalón despreocupadamente y solo en ese instante Hoseok pareció reaccionar.
— ¿Q-qué...? —mordió su labio sin intensiones de parecer insinuaste, fracasando; a los ojos de YoonGi en ese momento su alumno se había convertido en el hombre más deseable del planeta—, ¿De verdad haremos esto? Es decir, ¿De verdad, de verdad?
En un segundo YoonGi había dejado salir su falo duro chocando con la mejilla de Hoseok obligándolo a cayar sin remedio.
— No hables mi amor —acaricio el rechoncho cachete del menor y sonrió al verlo avergonzado—, haz algo mejor con esa boquita.
Tomo su miembro en una mano y pasó la punta de su pene por los rosados labios de Hoseok (que se mantenía en silencio, viéndolo y dejándose hacer), mojandolos con su presemen antes de adentrarse poco a poco en aquella humedad que le brindaba la boca de este, logrando que al menos la mitad de su miembro quedara perdido dentro, sabía que seguramente le cabía mucho más, pero no quería ser brusco, no quería espantarlo por satisfacerse a si mismo y mucho menos deseaba hacerle ningún daño por lo que se conformo con lo que consiguió.
Hoseok gimió y mandó una deliciosa vibración directo al pene de YoonGi, quien sin poder detenerse tomó con un poco más de fuerza aquellos cabellos que en ningún momento solto y comenzó un vaivén lento pero placentero, hasta ir poco a poco, aumentando la velocidad y convertir el acto en una verdadera mamada de video porno; al menos para él así se sentía, ¿pero como no? Si Hoseok tenía unos labios que deberían de estar censurados.
Se apoyó con su mano libre en la mesa detrás suyo y dejó caer su cabeza hacia atras, gimiendo de pura satisfacción y empujando sus caderas hacia delante y atrás como un poseído.
Ni hablar de lo que sintió cuando el menor comenzó a jugar con su lengua trazando la forma de su glande.
Cuando por fín acabó el espeso líquido que largó se corrió por las comisuras de los labios de su alumno y este con una mirada inocente paso su dedo hasta embarrarlo y probar de su esencia él mismo.
Hoseok puso un puchero cuando sintió un sabor que no le gustaba, pero que deseo poder probar más seguido.
YoonGi sintió que moría.
🤓🤓
San siwon que estás en el cielo, perdona mis pecados y el de mis lectoras (?
Weno no, a quién engaño, AGUANTE EL LEMON c:<
(igual mi lemon es un asco pero güeno, se hace lo que se puede)
Empezamos tranquilo, más adelante la cosa se pone jarcor, paciencia c:<
Estoy pinche enferma, el karma por poner a Tae todo resfriado jelp
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Profesor -Yoonseok
FanfictionMin YoonGi era el peor profesor que podría haber en una escuela y Jung Hoseok el mejor estudiante de la misma. Acostumbrado a replicar por todo lo que le parece injusto Hoseok automáticamente crea un ambiente de continua pelea entre docente y alum...