23: "Real"

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Ese día tenían evaluación.

Hoseok lo había olvidado completamente pero tampoco estaba demasiado asustado por ello, se trataba de su materia favorita y tendía a prestarle más atención que a las del resto que cursaba, y no, no tenía absolutamente nada que ver con que YoonGi sea el que la dicte (en realidad sí, pero se negaba a admitirlo), sino que era por naturaleza un completo nerd que sí disfrutaba aprendiendo, su profe era solo un pequeño incentivo más.

Por eso, en vez de enloquecer sumergido en apuntes como solía hacer al estudiar historia u inglés, se encontraba disfrutando los cálidos y húmedos besos de su profesor favorito, las caricias en sus muslos y mejilla, y la sonrisa divertida que se le escapaba a YoonGi en medio del acto, generado por los pequeños jadeos que comenzaba a soltar su estudiante, y es que un simple roce del mayor ya lo tenía todo sumiso y necesitado, por eso a este le llovían las posibilidades de burlarse, por el gran control que tenía sobre él.

Y en un pasado Hoseok se hubiese sentido humillado o enojado consigo mismo por ceder tan rápido, pero en ese momento, demasiado ocupado succionando los labios de YoonGi, le daba completamente igual el mundo en general.

Cuando se hubieron separado el mayor miró su reloj de muñeca para verificar que solo le quedaba unos desgraciados cinco minutos para disfrutar de su alumno antes de que el resto de la jauría que tenía por curso cruzara la puerta de entrada; apoyó su frente con la contraria y se perdió por un momento en la suaves caricias que Hoseok comenzó a impartir a su cabello negro, aún arrodillado en el suelo, entre las piernas del menor, sintió como este lo tenía medio acorralado con las mismas, y siendo cuidadoso, porque era consciente del débil estado en que había dejado al peliplata, tomó sus caderas entre sus manos y lo arrastró por la silla a su cuerpo hasta pegarlos y quedar formalmente abrazados.

El corazón de Hoseok palpitaba con tanta fuerza que temía se saliese de su pecho, ¿Qué significaba todo eso?

YoonGi comportandose tan lindo.

Él dejándose llevar.

Hoseok (aún a su corta edad) no era el tipo de persona que lograba ilusionarse tan rápido, tenía los piés firmemente pegados a la tierra y sabía diferenciar entre una posible relación duradera y un simple amor imposible que terminaría en desgracia, y no había que ser un genio en relaciones amorosas para sospechar a qué lado de la balanza se inclinaba lo suyo con su profesor.

Ya no solo por el obvio hecho de sus posiciones como alumno/profesor lo cual dejaba un trecho considerable entre ambas edades, ni las críticas que seguramente recibirían si alguien llegara a enterarse, eso sin contar que trataban con un tema ilegal y solo pensarlo se le erizaba toda la piel, sino sus actitudes y ese incontrolable instinto de competitividad que les nacía de forma natural a los dos... Diablos, no, que desastre.

Pero estar con YoonGi entre sus brazos y sentir la respiración de este tranquila, acompasada y calmante, lo insitaba a querer arriesgarse, a pensar que tal vez la idea de un YoonGi y un Hoseok juntos no sonaba tan descabellada como pensaba, que estaba bien ilusionarse y que por una vez sería bueno dejar de ser tan correcto, salirse de su tediosa rutina y echarle un poco del profesor de mate a su vida, ignorar los comentarios de la gente y poder andar de la mano con un hombre mayor por la calle, y ser feliz.

Hoseok jamás se había enamorado y puede incluso que no lo esté en ese momento, pero mirar a YoonGi le hacía sentir que había encontrado a su adorado ogro gruñón con quien compartir un pantano lleno de amor.

— Santo cielo, si pudieras escuchar mis pensamientos ahora mismo... —susurró divertido, sobre los labios del mayor, aún con sus frentes pegadas y los ojos cerrados.

— ¿En qué estás pensando?

— Tonterías —dijo, y ojalá hubiera dicho la verdad.

— Me gustan tus tonterías, dime.

Hoseok se sonrojo, debatiéndose internamente si dar ese primer paso o no, cuando una hermosa imágen de ambos acostados en la cama, en completa tranquilidad y admirandose a los ojos como si lo suyo fuera lo más precioso e increíble del mundo apareció en su cabeza dándole ese pequeño empujoncito que necesitaba.

Por que sí, era menor, era un simple alumno pero tenía la madurez suficiente para querer intentarlo, después de todo, intentandolo no perdía absolutamente nada, y de no hacerlo, como dijo una vez su abuela, estaría toda su vida pensando en lo que pudo haber sido, y él no podría soportarlo.

— ¿Has visto Shrek? —comenzó algo tímido, recibiendo un asentimiento de cabeza como respuesta— Desde niño fue mi película animada preferida, siempre quise tener un romance como Fiona y Shrek, ya sabes, no perfecto ni tan bien visto pero... Real.

YoonGi río y besó castamente los labios del menor para evitar el sonrojo que revelaba sus mejillas al captar aquella indirecta.

Sí, diablos, YoonGi estaba sonrojado.

— Sé a dónde quieres llegar y... —apretó los muslos de su pequeño entre sus manos—, Sí.

Entonces Hoseok se separó algo confundido pero con un autentico brillo en sus ojos.

— ¿Sí? —no tenía muy claro porqué razón se sentía tan emocionado.

— Sí, Hoseok.

— P-pero, ¿Sí qué?

YoonGi chasqueo la lengua y rodó los ojos, pero el rojo en sus mejillas jamás lo abandonó.

— Que sí, que acepto ser complemente tuyo y que seas completamente mío, y bien... no puedo jurarte que en el reino real te traten de la mejor manera pero te prometo que en mi pequeño pantano serás atendido como un auténtico rey, mi rey —se quejó en voz alta porque, jodida mierda, ¿Ese había sido él, realmente un estudiante suyo le había pegado tan mal? Min YoonGi jamás había dicho una cursilería de ese calibre, Hoseok debía de ser muy especial para tenerlo de esa forma—, ahora bésame antes de que tus irritantes compañeros de curso arruinen el momento.

A pesar de sus palabras el que comenzó el beso fue YoonGi, estúpidamente rojo ante un pálido Hoseok en medio de un shock, fue un tanto brusco y torpe al momento de corresponder pero fue suficiente para dejar en vista lo increíblemente contento que se sintió.

El resto de la clase, del día y de la semana Hoseok no fue capaz de borrar esa sonrisa de felicidad, todo había sido tan malditamente precipitado y bonito que juró jamás se olvidaría de ese momento.

Porque estaba bien, eran estudiante y profesor pero se gustaban y talvez mucho más que eso, se entendían (talvez no siempre), se deseaban, se adoraban, y con el tiempo se fueron necesitando, cada vez más intensamente hasta el punto que finalmente, se enamoraron profundamente uno del otro.

Y fue tan jodido y difícil.

Porque tenían algo tan estúpidamente imperfecto y mal visto.

Pero ese algo a la vez era tan sincero y real que valía totalmente la pena arriesgarse.

Fín.

Luego de décadas lo terminé 😍
Gracias a todxs y cada unx de ustedes que me apoyaron y aguantaron mis desapariciones, no lo haré muy largo, solo diré que esta caca de novela se volvió una caca especial gracias al ánimo que me daban ustedes con cada comentario, lxs adoro❤

Pd: les daré un consejo de vida, no porque veas que en una china queda hermoso te quedará bien a ti, acabo de aprenderlo hoy...

Profesor -YoonseokDonde viven las historias. Descúbrelo ahora