Profesor -Yoonseok

22: "La fantasía de NamJoon"

Jin respiró pesadamente al poner un pie en la escuela donde trabajaba YoonGi, sus manos temblando levemente y los tantos recuerdos que le traía el lugar invadiendo sus pensamientos.

No había vuelto a ver a Nemjion desde aquella vez, de hecho, no estaba al cien porciento seguro de que ese fuera su verdadero nombre o si su memoria lo estaba distorsionando un poco, este no le había pedido su número de teléfono, con suerte sí había dicho como se hacía llamar y tampoco habían hecho mucho para buscarse el uno al otro a excepción de ese día.

Cuando Jin le contó a YoonGi lo que había hecho en su escuela con el preceptor de primero su mejor amigo no hizo más que darle unas palmaditas en la espalda y decir con el tono de voz que alguien pondría cuando consuela a un ser querido: "Naciste zorra, vas a morir zorra, pero no importa, igual te quiero".

A veces se preguntaba porque le seguía hablando.

Dejando aquél tema en el pasado ambos simplemente decidieron ignorar la pequeña y desesperada aventura de Jin al menos hasta esa mañana, cuando un YoonGi apresurado salió de la casa sin recoger antes el almuerzo de todos los días y, conociendo la tendencia tacaña que tenía este por negarse a comprar en la cafetería su mejor amigo supo al instante que le tocaba hacer una nueva visita al lugar de trabajo del ogro con el que compartía hogar.

Pero jamas imaginó que solo ver el cartel de la oficina donde se había encontrado por primera vez a Namjoon lo pondría tan nervioso.

Porque podía negarlo todo lo que quisiera pero muy en su interior sabía que nadie podía generar una conexión tan increíble como lo había hecho el preceptor aquella tarde; había quedado tan afectado que, aún si intentaba ocultarlo, su cuerpo le pedía a gritos volver a sentir esas grandes manos presionando su cintura y esa enorme extensión golpeando su interior con fuerza y rapidez una y otra, y otra vez.

Tuvo que parar en medio del pasillo vacio y apoyarse en la pared más cercana para poder suspirar y tranquilizarse, obligandose a pensar en otra cosa antes de que una cruel erección lo atormentara el resto de la tarde.

Rebusco en su bolsillo trasero hasta dar con su teléfono celular y mirar la hora, era demasiado temprano para que algún alumno se presentara aún, por eso los pasillos llenos de casilleros se veían tan desiertos, por eso el silencio era tan supulcral que podía incluso oír su propio respirar, y por eso se asustó tanto al escuchar su nombre gritado en los labios de TaeHyung que corría a los lejos en su dirección con una sonrisa cuadrada y un sonrojo poco notable en sus mejillas, porque estaba tan distraído al punto de no oírlo llegar o estaba tan sorprendido por verlo siquiera allí a esa hora de la mañana, o tal ves estaba nervioso por las locas ideas que se inventa su cabeza con respecto a Nemjion, no importaba cual fuera el motivo sino que este provocó que el móvil en su mano saliera volando y que la pantalla se dé en un golpe duro contra el suelo, y que la pantalla se agrietara en miles de huecos.

Estaba en extremo tenso, podía sentirlo ya que todo parecía afectarlo, quiso llorar.

Pero no lo hizo porque TaeHyung se posicionó delante suya con una mueca extraña totalmente ajeno a la situación, y se acercó.

Y besó muy cerca de su boca con un "muack" que sonó casi atrevido.

— Hyung, que sorpresa verlo acá.

— S-si... —su celular quedó en segundo plano cuando se dispuso a mirar con atención al menor, su comisura derecha se elevaba con algo que no sabría describir, fue extraño, no podía entenderlo, era como si repentinamente se tratara de algún cazador observando a su presa, o algún vampiro viendo como una gota de sangre resbalaba lentamente por su cuello, tentativo; se sintió vagamente intimidado, pero se obligó a sacudir la cabeza y dejar sus pensamientos en un hueco alejado, concentrarse en la actual conversación—, vengo a tráerle el almuerzo a YoonGi, pero no recuerdo el número de su salón.