«Tazas de té y bocadillos»

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•Walkyria•

Soy una chica bruja de 18 años. Tengo habilidades en la manipulación e ilusiones, además de poder transformarme en lo que sea. Mi madre Oceánide, y mi hermana son la única familia que tengo, papá murió cuando Zahira y yo éramos pequeñas, desde entonces solo estamos nosotras tres.

Lo primero lo tenía claro, lo segundo hasta hace unas horas era cierto. Todo empezó cuando mi madre entró en mi habitación sin avisar:

-Hija, tengo algo que decirte -Dijo moviendo las manos nerviosamente- Es importante, así que necesito que me escuches con atención.

-¿Qué ocurre? Siéntate, por favor -Tome sus manos para calmarla. Se sentó en la cama y yo imite su movimiento.

-Hace 15 años, cuando la guerra inició... esa noche yo... corría por el bosque junto con tu hermana, para escondernos en el sótano de la casa y estar a salvo -No entendía a que venía todo esto, pero deje que continuara - Y fue cuando te encontré sola, escondida detrás de un árbol, tu ropa estaba manchada de sangre. Entonces, te llevé conmigo y... y te crié como mi hija, eres mi hija, siempre lo serás -Finalmente rompió en llanto. Estaba perpleja, no podía creerlo.

Me levanté de la cama para mirar por la ventana, todo debía ser parte de una mala broma, cierto?

Oceánide me miraba expectante, buscando alguna respuesta en mis ojos grisáceos.

-Walkyria, hay algo más -Habló finalmente. ¿Qué era?¿Otra mentira? -Hallé esto en el bolsillo de tu vestido esa noche.

Envuelto en un pequeño pañuelo se hallaba una especie de gema redonda traslúcida. ¿Qué? No entiendo, ¿Cómo puede esto tener algo conmigo?

No lo entiendo. ¿Por qué me ocultó algo así por tantos años?
¿Es qué acaso no merecía saber la verdad?
Oh Dios. ¿Qué pasará cuando Zahira se entere de que no somos hermanas? Eso le romperá el corazón.
Y lo más importante, ¿Dónde están mis verdaderos padres? y ¿Por qué cuando Oceánide me encontró llevaba conmigo una gema?
¿Qué significado tiene?
Son tantas preguntas, pero primero tengo que hablar con Zahira.

***

-¿Qué quieres decir con que no somos hermanas? ¿Acaso has estado bebiendo otra vez de tus brebajes?-Cuestionó incrédula Zahira. No sé como decirle la verdad.

-Escúchame -Me senté en el borde de la cama - No somos hermanas, al menos no de sangre, Oceánide me encontró escondida en el bosque la noche que inició la guerra y desde entonces me acojió como su hija -Por eso no hay fotos de mi cuando niña, pensé. Miré nuevamente a mi hermana, y pude notar por su expresión dolida que la noticia la tomó por sorpresa, aún cuando trata de camuflarla bajo esa aura de desinterés. Desde que tengo memoria siempre a actuado de esa manera, no muestra sus sentimientos con facilidad. Zahira no es como las demás hadas del bosque, es un tanto oscura y aterradora; además de ser muy bonita, sus ojos color miel son rasgos que destacan su rostro.

-Así que mamá estuvo mintiéndonos todos estos años... aún no puedo creerlo -Dijo mientras se sentaba a mi lado.

-Lo sé, tengo tantas preguntas -Agregué confundida - Pero estoy segura de algo, eres mi hermanita, sin importar lo que pase.

-No me trates como una niña pequeña, solamente eres mayor que yo por un año -recalcó con una sonrisita divertida - Además, si quieres puedes mudarte conmigo.

Porque si, Zahira vive sola, se mudo de casa al cumplir los 12 años. Le gusta ser independiente, o como yo digo, es una chica que no le gusta seguir las reglas y mamá tiene muchas.

-Esta bien, traeré mis cosas más tarde. Ahora me voy, si quiero saber sobre mi pasado tendré que ir con La musa, seguro me dará las respuestas que necesito.

-Ten cuidado Wal, ya sabes como es Selene, querrá algo a cambio de información -Me advirtió Zahira.

Selene, mejor conocida como La musa, es la adivina del bosque, sabe todo sobre el reino y sus habitantes.

Me despedí de ella y salí hacia la biblioteca, es ahí donde vive Selene. Al llegar a mi destino, estaba la susodicha en la entrada:

-Hasta que por fin llegas, estuve esperando tu visita desde hace 15 años -Dijo con una sonrisa en su rostro - Pasa querida, hace algo de frío aquí afuera.

Hice lo que me pidió. Me sorprendí al entrar pues la vista era fascinante, había centenares de libros, todos regados por doquier.

-Y bien, ¿Qué te trae por aquí? -Preguntó Selene - No sé, dígame usted, se supone que estuvo esperándome hace mucho -Me acomodé en la primer asiento que hallé, en una especie de sala.

-Por supuesto, tan desafiante como tu padre -Respondió mientras se sentaba en la silla que estaba al otro lado de la mesa. Estaba sorprendida - ¿Usted sabe quién es mi padre?¿Acaso lo conoce? -La miré expectante.

-Cariño, el reino entero sabe de él.

-¿Qué?¿Cómo? No entiendo, expliquese. Me miró satisfecha, como si disfrutara el hecho de crear más dudas en mi mente.

-¿Quieres una taza de té? -Preguntó seguidamente después de levantarse, seguramente para ir a la cocina. Empezaba a molestarme su actitud despreocupada. Si nadie la conociera, fácilmente podría hacerse pasar por alguien de unos 40 años, pero en realidad es tan vieja como el mismo reino.

-¿Te apetece algún bocadillo? -Su pregunta me sacó de mis pensamientos. Al detallar la pequeña mesa, me sentí algo asqueada, sobre ella se hallaban dedos, dedos humanos ensangrentados finamente ordenados en una bandeja de plata.

Se decía que La musa se alimentaba de restos humanos, pero pensé que no era más que rumores. Ignorando aquello, fijé la mirada en ella:

-Entonces, ¿Me dirá quién es mi padre? -Pregunté finalmente. Al cabo de unos minutos respondió con una sonrisita mientras ingería uno de sus bocadillos:

-Prometeo.

Hola, esta es la primera obra que escribo y espero sea de su agrado. Es una historia corta, por lo tanto los capítulos también serán cortos. ¿Qué les parece hasta ahora? Pueden votar y comentar, lo apreciaría mucho. Gracias por leer.

• Gemas del poder •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora