Un aire ralo se colaba a través de las ventanas destrozadas y producía un silbido tenebroso.
Yacía tirado en un frío piso de madera; mi cuerpo se deterioraba con el paso del tiempo, la herida que me habia abierto la criatura en el abdomen supuraba sangre que se mimetizaba con el polvo del piso. Mis manos y mis piernas apenas se movían por lo que me era imposible moverme. La sangre corría a través del piso agrietado que daba a lo profundo de la cueva donde otrora dormía la bestia despierta ahora.
La batalla que había librado allí abajo, me había costado la pérdida de mucha sangre. Pero él no salio ileso, es más, salió ganador, con cada golpe que daba recuperaba su energía, por lo que ahora probablemente sea mas fuerte. Yo había sido herido y quizás mi muerte estaba asegurada en unos cuantos minutos, por la hemorragia. Tal hecho podría remediarlo si tan sólo usase una de las varas que me dio el mago de Bell, pero usarlas traía una gran responsabilidad.
Oía unos pasos desde lo más profundo. La escalera que daba al sótano, que pronto había tomado la forma de una cueva, estaba temblando por un horror primigenio que subía desde la tenue y misteriosa penumbra.
Mis vellos herizados denotaban la situación en que estaba, la ira me invadía, pero en esta ocasión como muchas otra, mi inmortalidad rechazaba toda muerte. Sí, las varas me concedían inmortalidad, pero cuando se acabarán, ellas tomarían mi vida. Aunque sabía que ya debería de haber muerto desde hace mucho.
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Las Varas De Bell
Fantasy[PAUSADA POR UNA SEMANA] Dann, un 'recolector', es reconocido en el mundo de Sterla como el hombre inmortal. Pronto su vida normal -aparentemente - se verá envuelta en un bucle de sucesos extraño al conocer a una chica, en uno de sus tantos trabajos...