Mi trabajo es recolectar piezas de Mystril; un material completamente difícil de encontrar, y sí, me mandaron a mí, el inmortal, para hacerlo.
Pero ser inmortal no era uno de mis dotes más grandes, siempre fui tan torpe, quizás ese sea uno de mis grandes dotes, pero a la vez mi gran productor principal de tragedias, ya que por eso gaste demasiadas varas.
Ya habiendo pasado 1 año desde el encuentro con el mago, sólo me quedan tres varas, y al parecer después de ésto, lo sobrante sólo me serviría para salvarme dos veces más de la muerte.
La mañana llegaba a su fin, al parecer me la había pasado intentando conseguir el material desde altas horas.
Quizás pudiera haberme movido un poco más, de no ser por el agujero que dejaba al descubierto parte de mi estomago y otros órganos importantes, pero debía intentarlo. Mi espada estaba a la vista, así que, estaba dispuesto a clavarle una estocada a lo que me esperaba al terminarse el rugir de pisadas en las oscuras escaleras.
...
¿Qué cómo llegué aquí?, Pues es simple. La mañana del día anterior, el jefe - como es conocido mayormente Noif, mercader que comercia con el valioso material ya mencionado -me mandó a buscar una dotación de Mystril en una cabaña abandonada a las afueras de Sphraim. La cabaña en sí, era una taberna antigua, por lo que conservaba aún reliquias de su tardío pasado.
Al amanecer estuve a las puertas del gran lugar abandonado por el tiempo. Un sentimiento extraño recorría mi cuerpo, me hacía pensar haber vivido antes la misma situación.
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Las Varas De Bell
Fantasy[PAUSADA POR UNA SEMANA] Dann, un 'recolector', es reconocido en el mundo de Sterla como el hombre inmortal. Pronto su vida normal -aparentemente - se verá envuelta en un bucle de sucesos extraño al conocer a una chica, en uno de sus tantos trabajos...