ONE SHOTS ; SUPERNATURAL

24. Sam Winchester

Sam Winchester aka Moose.

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-¡Ve! Antes que alguien te lo quite.- habló mi amiga a mi lado. Nos encontrabamos en un bar, celebrando nuestra ultima caza exitosa de un hombre lobo. Pero mi amiga le estaba echando el ojo de dos hombres de unas mesas más lejanas donde nos encontrabamos ella y yo.

- No iré, Kath. Son muy atractivos como para decirle que si a dos simples cazadoras.- hablé, ella solo rió.

- Marianné, eres una de las cazadoras más jovenes, y con más experiencia haciendo esto, que he conocido. No te puedes acobardar ahora.- habló divertida.- Ademas, si no te apuras, te lo ganaran.

Dijo mirando como una camarera del bar se acercaba a ellos con una sonrisa picara.

-Creo que ya te los ganaron.- dije viendo como uno de ellos se iba con la camarera a quién sabe donde.

- Rayos, ese me había gustado.- dijo mientras tomaba de su cerveza.- ¡Queda el otro! Ve, lo dejo para ti.

Yo negué divertida. Ella se levantó de su silla, y comenzó a tironearme para que yo hiciera lo mismo.

-¿Que mierda haces, Kath?- le pregunté, al ver que que me empujaba hacia donde el hombre se encontraba.

-Hoy hemos echo un buen trabajo, te mereces esto.- habló, ya cuando llegamos a un lado de él, ella carraspeó y salió corriendo. Traidora.

El hombre al escuchar el sonido de mi amiga, su mirada se centró en mi. Luego me miró como si esperara que dijiese algo.

- Um...-balbuceé, por favor, no es la primera vez que haces esto, Marianné. Me dije.- Hola.

¿Enserio? Tonta, me dije otra vez a mi misma.

Él me miró un poco confundido, pero luego sonrío.

-Hola.-respondió con una linda voz. Yo reí nerviosa.

- Sabes, mi amiga me obligó venir aquí a saludar...- respondí, él asintió.

-Bueno, mi hermano me iba a obligar a hacer lo mismo. No pudo ya que tuve que irse.- rió.- Soy Sam.

Me estendió su mano. Yo se la acepté mientras sonreia.

-Es bueno no ser la única.- respondí, él me hizo una seña indicandome que me sentara. Yo le hice caso, miré hacia mi amiga, y ella me hacía una cara picara, mientras levantaba sus pulgares. Reí hacía mis adentros.

- Y... ¿A qué te dedicas?- preguntó, yo me tomé un tiempo ara responder. Por más que él tuviera aspecto de cazador, no podía decirle la verdad.

- Bueno, soy guardabosques.- mentí. Él sonrió.- ¿Y tú?

- Me dedico a lo que son casos, crímenes. Cosas policiales.- respondió, yo fruncí el ceño.

- ¿Eres del FBI?- pregunté, él asintió.

- Algo así.- yo asentí.

- ¿Y vives por aquí, o...?- pregunté, ojalá sea de aquí, por favor.

- Solo andamos de paso.- demonios. Él al parecer se le acabó su cerveza ya que pidió otra.