29. Dean Winchester

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Dean Winchester aka Squirrel.

...

―Dios.― fue lo último que dije antes de tirar toda la cena por el retrete. Ya iban tres días en los cuales me sentía terrible. He tratado de disimularlo, para que ninguno de los Winchester lo noté, últimamente, los problemas nunca nos hacían falta. 

Hace un par de horas, había ido a la farmacia, a comprar una prueba de embarazo. No estaba cien por ciento segura, pero debía de descartar la idea.

― ¡Malia! ¿Estás ahí?― escuché la voz de Sam atraves de la puerta del baño, yo abrí mis ojos exageradamente.― ¿Estas bien?

Traté de limpiarme los más rápido posible, y me arreglé un poco para parecer normal. Me miré en el espejo, y salí. Lo primero con lo que me encontré fue a una Sam algo preocupado.

― Eh, Sam. Si, estoy bien.― dije tratando de disimular. Él me miró raro.

― ¿Segura? Por que Dean y yo escuchamos unos ruidos algo raros, y creimos que a lo mejor...― no lo dejé terminar.

― No, como crees. Estoy perfectamente bien.― hablé, mientras me apoyaba en uno de los muebles de mi habitación, o bueno, de lo que fue mi antigua habitación. Ahora ya la compartía con Dean.

― Okay, fingiré que te creo.― comenzó a mirar la habitación, con lentitud, yo lo unico que quería era que se fuera luego. Podía sentir como la comida comenzaba a moverse dentro de mi estomago. Le seguí la mirada, y pude notar que estaba mirando justo donde había dejado la bolsa de la farmacia. Mierda.

― Sammy, necesito cambiarme. ¿Puedes salir un momento?― al terminar de decir eso, comencé a guiarlo a la puerta, pero al parecer él también notó la bolsa ya que se acercó rápidamente a ella, y sacó justo lo que más me temía. La prueba de embarazo.

― ¿Qué es esto, Malia?― dijo mirándome algo sorprendido, con el test en sus manos, yo miré el piso.

― Demonios.― susurré. Él me miró expectante.― No es lo que tu crees. Eso es solo algo que todo las chicas tenemos, si, pero no quiere decir que estemos...

― ¿Es por eso que pasas en el baño? Debes hacerte la prueba.― dijo mirándome con su típica cara de cachorrito. Yo tragué en seco.

― No puedes decirle nada a Dean. Quizá esto sea un malentendido.― hablé, él me extendió la bolsa.― Espera aquí.

Dicho eso, volví a entrar al baño.

...

― ¿Y bien?― preguntó Sam, al verme salir. Yo miré el piso. Yo solo le extendí la prueba.― No puede ser... ¡Seré tío!

Exclamó feliz, se levantó de la cama y me abrazó. Yo reí.

― No puedes decirle ni una palabra a Dean, ¿está bien?― él me miró confundido. Yo suspiré.― Con todo lo que está pasando, no quiero ponerle otra carga más en sus hombros.

Él me miró compresivo, y asintió. Luego volvió a sonreír.

― Sea niño o niña, deberá llamarse Sam.― exclamó. Yo negué con mi cabeza.

― Claro que no. Luego veremos eso, Rapunzel.

Luego de que Sam haya descubierto sobre el embarazo, los días pasaban, y Dean al parecer, ni cuenta se daba. Luego de unas visitas al doctor, me enteré que en realidad, llevó dos meses embarazada. Según nos dijo el doctor, el bebé se demoró en dar señales, por eso nos esteramos tarde.

Sam estas semanas, ha sido muy comprensivo conmigo. Me ayuda en lo que puede, y trata que de no haga ni el más mínimo esfuerzo en absolutamente nada. De verdad, que se le agradece mucho.

― Vamos Malia. ¿No tomaras nada?― preguntó Dean, extendiéndome una cerveza, que yo hace unos segundos le había negado.

― No tengo ganas.― hice un puchero. Él negó divertido.

― Si tu dices...― volvió a sentarse en la mesa principal del búnker. Luego de eso, yo recargué mi cabeza en su hombro.

― Eh, Malia. Necesito un poco de ayuda aquí en la cocina.― me llamó Sam. Dean me miró con el ceño fruncido.

―¿Por que siempre necesita TU ayuda en la cocina?― exclamó Dean. Yo reí divertida. 

― Vamos cariño, es tu hermano. Por dios.

Dicho, me dirigí a la cocina, donde Sam se encontraba esperándome.

― ¿Cuando le diremos?― fue lo primero que preguntó Sam cuando cruzé la puerta, yo lo miré en modo de advertencia para que bajara la voz.― Lo siento.

― Aún no, Sam. Dame un poco más de tiempo.― le susurré, luego me puse a un lado de él.― Con todo este tema de Amara, es todo mucho más difícil.

― Pero Malia, no sabes lo feliz que él estaría con la noticia. Conozco a Dean.― habló Sam. Yo suspiré.

― Bueno Sammy, si me conocieras muy bien, sabrías que no me gustan que susurren en mi presencia.― Dean nos interrumpió. Con Sam nos giramos, y lo miramos con los ojos abiertos.― Quiero saber que es lo que me han ocultado todas estas semanas. Y si, hasta un tonto pudo haberse dado cuenta.

Yo me mordí el labio.

― Yo... Malia debe de decirte algo importante.― dijo Sam, yo lo miré mal. Traidor. Dean me miró expectante.

― Bueno, yo...― babuceé.― Estoy embarazada.

Miré el piso. Luego de eso silencio.

― Hablas...¿ h-hablas enserio?― habló un muy sorprendido Dean. Yo asentí lentamente. Luego de eso, él se acercó para luego tomarme en sus brazos, y comenzar a darme vueltas en el aire.― ¡NO PUEDO CREERLO! ¡SERÉ PAPÁ!

Yo reía.

― Lo sé, tendremos un mini Winchester.― exclamé, él me bajó y me miró enternecido. Luego me dio un tierno beso.

― No sabes lo feliz que me haces, Malia.― me dijo al oído. Yo reí.

― No quería decir esto, pero te lo dije.― habló Sam, yéndose para quién sabe donde.

― Oh, cállate. Déjanos disfrutar el momento.― hablé divertida. Luego miré a Dean, y le sonreí bastante feliz. No puedo esperar a vivir esta nueva etapa.


...

Bueno chicas, espero les haya gustado. Y Malia, espero que a ti también.

Sé que debo otros pedidos, y los publicaré. Denme tiempo.

Y eso, no tengo mucho que decir ahora so...

bai bai.

-Danna.




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