Capítulo 16.

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Capítulo 16

– ¿A qué te refieres? –Preguntó.

Ellie tenía los ojos tan abiertos que casi se tragaban su rostro. –He dicho que puedo sentir tu mano. –Susurró.

Jared se quedó mirando a la chica frente a él, sintiendo un torbellino de emociones dentro de sí girando tan rápido que era imposible aferrarse a una sola, sin embargo, el miedo y la euforia eran las que más sobresalían de entre las demás. ¿Ellie podría sentir su mano? ¿pero cómo? Él no tenía un cuerpo, no era posible que pudiese sentirlo.

– ¿Qué..? ¿Qué es lo que sientes? –Preguntó el chico, titubeante.

La muchacha no dejó de mirar el sitio donde sus manos permanecían juntas, llena de asombro y con cuidado, movió la suya, apenas rozando sus dedos por el contorno de la de Jared. –Es muy extraño. Usualmente no puedo sentir más que un aire gélido cuando estoy cerca de un espíritu, pero no eres frío. Es sólo... –Susurró ella, parpadeando. –No es como tocar a una persona, no se siente sólido como la piel, pero... es... es la misma calidez que sientes cuando tocas a alguien de carne y hueso. –Entonces movió sus dedos hacia el interior de la muñeca de Jared, que permanecía inmóvil observándola. Ellie frunció el ceño durante un segundo y tomó una respiración inestable. –Y se siente una especie de zumbido, como cuando le tomas el pulso a alguien y sientes la sangre correr bajo tus dedos. –De pronto, ella lo miró. –¿Tú no me sientes?

Jared tragó saliva con dificultad. –Yo... sí... no. Es difícil de explicar, ustedes los vivos son cálidos, es normal, puesto que su corazón aún late, puedo sentir esa calidez también... A veces, solía pensar que era capaz de sentir. –Jared bajó la mirada hacia su mano y con cuidado, la arrastró por el antebrazo de Ellie, apenas tocándola, parpadeó cuando la piel del brazo de ella se erizó con escalofríos, pero no se detuvo, llegó a su hombro y volvió a bajar con lentitud. – Había una tienda de mascotas. Sabes que los animales pueden vernos, usualmente se asustan cuando son grandes, pero los cachorros... –Una pequeña sonrisa tocó sus labios mientras volvía a recorrer el brazo de la chica de forma ascendente. –Los cachorros no lo hacen. Creo que pensaban que era sólo otra persona que iba allí para adoptarlos, ¿quién sabe? El punto es, que a veces pasaba el día entero en esa tienda, acariciándolos, o al menos, intentándolo. Ellos parecían sentirme, aunque nunca estuve muy seguro. Puedo recordar cómo se sentía el pelaje debajo de mis dedos y por algunos momentos, si me concentraba lo suficiente, era como si pudiese sentirlos realmente. Eso sólo me hacía sentir un poco más... vivo. –Jared dejó entonces caer su mano y bajó la mirada. –Pero no es lo mismo. Se... se siente como si estuviese dentro de una capa de plástico, sintiendo todo y a la vez no. Es como existir y no hacerlo a la vez. Es...

Jared detuvo su perorata abruptamente cuando sintió los dedos de Ellie rozar sus labios, la miró a la cara, estupefacto, y se encontró con sus ojos tristes, llenos de entendimiento. –Comprendo. –Susurró, entonces retiró su mano con suavidad.

Jared parpadeó. Era irónico cómo a pesar de que no podía captar del todo las sensaciones físicamente, podía ser capaz de experimentar tantas emociones internamente. No había sentido el toque de Ellie, sólo su calor, pero ese calor parecía extenderse desde el lugar en que lo tocó hacia dentro. Era... agradable. Había sido capaz de sentir a los cachorros y quizás uno que otro humano que lo había tropezado por accidente –a quién engañaba, no había sido por accidente–, pero de todos modos, no había sentido algo así en muchísimo tiempo. Quizás, no desde que había muerto.

Cuando estuvieron mirándose a los ojos en silencio durante tanto tiempo para ser incómodo, Ellie se aclaró la garganta y se levantó rápidamente de la cama. Ella tomó su bata de baño. –Esto, yo iré a darme un baño... Es tarde.

Dead heartDonde viven las historias. Descúbrelo ahora