Capítulo 19.

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Capítulo 19

– ¡¿Qué demonios?!

El iracundo grito de Jared fue lo primero que escuchó cuando abrió la puerta. Ellie suspiró con cansancio cuando él se acercó a ella con paso aireado–. ¿Quién coño te hizo eso? ¿fue el hippie? Mierda, ¿ésas son marcas de uñas? Juro por Dios...

Ellie alzó las manos a la altura de los hombros cuando él comenzó a abrir y cerrar las manos y una brisa un tanto fuerte se movió a través de la habitación a pesar de que todas las ventanas estaban cerradas–.Jesse no tuvo nada que ver. Te lo explicaré, pero necesito lavarme, me duele, estoy sucia y no puedo dejar que mi madre me vea así.

Por suerte, de camino a casa Helena le había enviado un mensaje diciendo que una vieja amiga había ido a la ciudad y se encontraría con ella para cenar. Ellie se alegró por el hecho de tener un poco más de tiempo para estar presentable y no tener que darle un infarto prematuro a su madre por su deplorable estado.

Una mirada preocupada apareció entonces en los ojos de Jared–. Lo siento, pero es que, demonios Ellie...

Ellie comenzó a caminar a su habitación y sacó la rosa de dentro de su mochila, dejándola cuidadosamente sobre su mesa de noche y sentándose en su cama. Estaba centrándose en el dolor para no volverse loca por lo ocurrido. Necesitaba estar presentable, sentirse limpia y con ropa cómoda la ayudaría a que el miedo frío que le helaba los huesos la abandonara de a poco. Jared entró detrás de ella y se acercó cuando la vio hacer una mueca al inclinarse para quitarse las botas.

–Ellie... Maldición –masculló, abriendo y cerrando las manos de nuevo, sintiéndose inútil sólo estando allí sin poder ayudarla.

La chica respiró profundo, alegrándose de que su vestido no tuviera cremallera en la espalda, eso sí que habría sido una tortura para sus magulladas costillas. Terminó de quitarse las botas, enderezándose poco a poco–. No te preocupes, sólo necesito... necesito un baño.

Ellie se puso de pie y tomó su toalla, se dirigió al baño, llenando la bañera mientras intentaba desvestirse. La peor parte fue el sujetador, sus costillas protestaron y evitó gemir de dolor. Algo le decía que Jared no dudaría en entrar al baño, y aunque la idea de que la viese en paños menores no le agradaba, le preocupara más que acabase con su casa a punta de furia fantasmal cuando viera los moretones que adornaban su costado izquierdo desde las costillas hasta el muslo. <Qué bueno que no es verano> pensó Ellie, un bikini estaría fuera de cuestión si así fuera.

Pasó una eternidad hasta que pudo sentarse en la bañera, sin dejar de hacer muecas de dolor hasta que logró poner su trasero dentro del agua, y luego pasó mucho más tiempo limpiando las heridas de sus manos y rodillas, estremeciéndose por el escozor cada tanto. Tenía un corte feo en su rodilla izquierda, quizás incluso necesitase puntos. Ellie suspiró y lo lavó con extremo cuidado, eso tendría que bastar, aunque la cicatriz no sería bonita.

Cuando finalmente estuvo lista se secó y puso un poco de pomada con mentol en los moratones, entonces se paró frente al espejo y procedió a estremecerse un poco más mientras limpiaba las heridas que la hermana de Jessica había dejado en su rostro. Luego, dándose cuenta de que no podría ponerse nada sin sufrir más dolor, optó por ponerse la bata de baño, no creyendo ser capaz de vestirse adecuadamente.

Jared la esperaba en su habitación, caminando de un lado al otro, luciendo igual de furioso que cuando entró a la casa. Ellie se dirigió a la cama, poniendo las almohadas contra la cabecera para apoyarse en ellas.

Cuando Ellie estuvo sentada en la posición más cómoda que encontró, Jared la miró, su rostro lívido–. ¿Qué sucedió?

Ellie se miró las manos–. Yo... estaba en una cafetería con Jesse, Shay y algunos de sus amigos. Ellos... fueron lindos conmigo –susurró, recordando la calidez que sintió, pero no tardó en evaporarse cuando pensó en lo que sucedió después–. Cuando la banda comenzó a tocar creí... creí ver a alguien en la multitud.

Dead heartDonde viven las historias. Descúbrelo ahora