Capítulo 10.

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Capítulo 10

Cuando Ellie regresó a su dormitorio, Jared estaba sentado en la cama con los brazos cruzados y el ceño fruncido. El chico levantó la cabeza cuando oyó la puerta abrirse y la fulminó con la mirada mientras se levantaba e inclinaba el cuerpo hacia delante, poniendo las manos en jarras como una madre enfadada. – ¿Dónde estabas, señorita?

Ellie parpadeó extrañada y empujó la puerta suavemente con los dedos hasta cerrarla. –Uh, ¿sacando la basura?

Jared se cruzó de brazos. –Debes ser la única persona a la que le toma una hora sacar la basura. –Su voz goteaba sarcasmo.

Ellie frunció el ceño. –Oye, el sarcasmo sobra. ¿Por qué rayos estás tan enfadado?

Jared hizo un mohín y entrecerró los ojos. –Porque una señorita no debería hablar con chicos sin camisa cuando solamente trae una sudadera que apenas le cubre el trasero. Lo juro por Dios, un día de estos encontraré a ese hippie de al lado tratando de meterte a una orgía.

Era oficial, el taciturno Jared se había ido y había vuelto el capullo irritante.

Ellie rodó los ojos y se dispuso a buscar su neceser de baño, tenía que arreglarse o llegaría tarde, cuando pasó por la cocina su madre ya estaba tatareando mientras preparaba el desayuno. –Así que estuviste espiando. Y no seas ridículo, Jesse es un buen tipo. Además, traigo unos shorts debajo de la sudadera.

El espíritu se sentó de nuevo en la cama, enfurruñado como un niño. –De todos modos, no deberías estar a solas con él, estaba semidesnudo, Ellie. Eres demasiado inexperta, los chicos sólo buscan una cosa.

–Ay por favor, no me vengas con la charla ahora. Fue sólo una coincidencia que no trajera camisa, él no sabía que yo estaba en la terraza. –Ellie tomó la toalla de la silla frente su escritorio y se giró para mirar a Jared con las cejas levantadas. –Ahora, deja de hacer el tonto y ve a la sala, necesito arreglarme rápido para poder preguntarle a mi madre por mi abuela y tú sólo me retrasas.

El chico abrió la boca, indignado. – ¿Así que sólo te retraso?

Ellie rodó los ojos y lo miró fijamente hasta que él frunció el ceño y se levantó. – ¡Bien! –Gritó dramáticamente mientras atravesaba la puerta del dormitorio.

Ignorando la inmadura escena de Jared, Ellie se metió al baño rápidamente y se dio una ducha rápida, seguidamente se puso crema hidratante y luego la ropa interior. Después de ver las nubes en la terraza, decidió estar preparada para las precipitaciones que posiblemente tendrían lugar en algún momento del día. Se puso un par de botas, jeans, una camiseta básica blanca y su fiel abrigo negro con una fantástica tela que repelía el agua, y que además era adorable, con el forro a rayas rojas y rosa claro. Puso su pelo en una coleta y se colocó un poco de maquillaje, luego corrió hasta su escritorio para tomar su laptop y la metió junto con sus cosas en la mochila. Quería ver si lograba investigar un poco más sobre su don con la ayuda de algunos libros de la biblioteca, y la laptop podría ayudar un poco en su tarea.

Cuando llegó la cocina, encontró a su madre comiendo un plato de waflles con sirope de arce y huevos revueltos. Jared se inclinaba sobre su hombro para leer con el ceño fruncido el periódico que Helena tenía entre las manos.

–Buenos días. –Saludó Ellie, y le dio un beso al rostro sonriente de su madre de camino a la deliciosa comida que la esperaba en la encimera.

–Buenos días, cariño. –Dijo Helena, llevándose un bocado de huevos a la boca. –Hice salchichas también, están en aquel plato. –Señaló con su tenedor.

Dead heartDonde viven las historias. Descúbrelo ahora