Capítulo 7.

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Capítulo 7

Paz.

Una palabra de tres letras, que aunque corta, tenía un gran significado. En sentido positivo, se definía como un estado a nivel social o personal, en el cual se encuentran en equilibrio y estabilidad todas las partes de una unidad, también se define como "la ausencia de guerra". En un sentido similar, cuando una persona muere, se pide que su alma descanse en paz.

Paz.

Allí está esa pequeña palabra otra vez. Los vivos piden paz para muertos, en el caso de Ellie, la situación era al revés.

Había pasado la última semana sin poder dormir y ahora mismo se encontraba en su clase de español, tratando con todas sus fuerzas de mantenerse despierta. Se pellizcó en la parte inferior de la muñeca cuando sus ojos amenazaron con cerrarse e hizo una mueca cuando vio que tenía la piel al rojo vivo. Había estado dándose pellizcos en el mismo sitio desde hacía cuatro días. Iba a necesitar otro lugar en el cual hacer eso.

Oyó un golpeteo a su lado y fulminó con la mirada el lápiz de Shay, que daba pequeños toques a la cubierta de su libreta. La falta de sueño también la hacía irritable, y aunque trataba de que no se notara hablando lo menos posible, incluso su amiga que hablaba por los codos se había dado cuenta de que no estaba muy comunicativa últimamente.

Podía sentir la mirada de Jared sobre ella. Estaba sentado a su lado en el alfeizar de la ventana. Si fuera por Ellie ella hubiese tomado asiento en la parte de en medio, pero Jared la amenazó con hacer una escena muy del tipo paranormal y no le había quedado más remedio que sentarse junto a la ventana en todas sus clases, alegando que le gustaba mirar al exterior.

Una semana antes Ellie había ideado un plan, el cual en general, consistía en ignorar a Jared. Esperaba que luego de unos días el espíritu se aburriera de que no le prestase atención y se fuera; se había dado cuenta que no le gustaba que lo ignorase, así que le pareció un plan sólido. Sin embargo, luego de unos días se dio cuenta de que su plan no era muy brillante que se dijera. Tal vez le hubiese funcionado con los demás espíritus, pero no con Jared.

Oh, por supuesto que no.

El chico sabía cómo pulsar sus botones, sin lugar a dudas.

El viernes luego de la escuela, mientras su madre se encontraba fuera, Ellie había comenzado con su plan y logró ignorarlo la mayor parte de la tarde. Había sido una batalla por supuesto, cuando Jared se dio cuenta de que ella lo ignoraba, comenzó con su cántico, llamándola. Ellie preparada para eso, hizo como si no hubiese oído nada y se conectó a internet para hacer su tarea. Luego él se paró detrás de ella, respirándole en la nuca, pero eso tampoco funcionó.

Cuando Jared se dio cuenta de que Ellie en realidad iba en serio, comenzó a enfadarse. Protestó y gritó, pero Ellie simplemente se puso sus audífonos y la música ahogó su escándalo.

Aún podía oír sin embargo cuando gritó. –: ¡Deja de hacer esto, Ellie! ¡Se que lo haces por esos chicos! ¡Quieres parecer normal y no lo eres! ¡Tienes que aceptarlo! ¡Jamás serás como ellos!

Eso le había sentado como un puñetazo, pero logró parecer indiferente. Aunque eso no importó mucho. La cosa se puso fea cuando Jared, enfurecido, tomó su cuaderno de matemáticas y amenazó con tirarlo al excusado.

Ahí acabó el plan. Las notas que Ellie había copiado minuciosamente en los márgenes, cada dato que el profesor había dado para facilitar la comprensión del tema se iba a ir por la cañería y Ellie no podía permitir eso, sobretodo porque no era un genio de las matemáticas, apenas y podía pasar la materia con un aprobado con sus obsesivas notitas.

Dead heartDonde viven las historias. Descúbrelo ahora