El Tercer Tipo (YuWin + KunWin) • NCT

V

—Winwin, ¿puedes ir a ver si ya puso la marrana?

Yuta tomó gentilmente al de nacionalidad china por los hombros, guiándolo a la salida. Su pregunta se convirtió en una orden.

—¿Cuál marrana?

—Jaehyun —contestó Yuta antes de echar a Winwin y cerrar la puerta con seguro. Luego, volteó hacia sus compañeros que lo miraban con duda a excepción de Taeyong.

—Bien, ¡atención todos! —dijo el japonés animadamente mientras se subía a una mesa—. Recibí una iluminación divina ésta mañana y me dijo que debía declararme a Winwin.

Un silencio se instaló en el ambiente. Doyoung miró de reojo a Kun y notó su expresión incrédula.

No prestó atención a todo lo que Nakamoto estaba diciendo sobre un cumpleaños y un enorme pastel de cerezas, hasta que sintió una mano en su hombro.

—Doyoung, tú eres el más indicado para eso—. Yuta lo miró con sus enormes y brillantes ojos cafés, pidiéndole su ayuda sin palabras.

No alcanzó a responder algo cuando el mayor fue hacia Kun, repitiendo las acciones pero con palabras diferentes.

—Kun, tú eres su mejor amigo, ¿crees que le gustará?

—¿Mejor amigo? —susurró el chino, mirando a Yuta de una forma que Doyoung no sabe identificar.

—Sí, eres el que mejor lo conoce de todos nosotros y tu palabra vale mucho para él, eso es seguro—. La sonrisa en el rostro de Yuta no desapareció en ningún momento, como siempre que hablaba de Winwin. Estaba tan cegado de amor que no llegó a notar que sus palabras lastimaban al más bajo—. Necesito tu bendición, Kun.

—Yuta, que no le estás pidiendo matrimonio —gritó Taeyong a lo lejos. Mark soltó una de sus adorables risitas mientras regresaba con algo del almacén que Yuta le pidió.

Kun seguía estático, procesando lo que sucedía a su alrededor. Todos estaban dispuestos a ayudar a Yuta.

Doyoung se sintió en la necesidad de decir algo porque sabía de los sentimientos del chino hacia Winwin, pero no quería crear una pelea. Pensó que bastaría con sacar a Kun de ahí cuando éste mismo dijo algo que lo congeló en su puesto.

—Eres muy valiente y cariñoso, Yuta. Por supuesto que te dirá que sí.