XII

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Todos salieron corriendo pero Winwin, siempre preparado para cualquier cosa que atacara a su amigo, ya tenía el extintor en mano y apagó el fuego en poco tiempo.

El resto de la gente aplaudió su heroico y afortunado acto, pero él estaba más concentrado en levantar a Kun del suelo quien estaba en una especie de shock.

—El disfraz... P-Pica... —Susurró sosteniéndose del menor.

—¿Pica? —Winwin no sabía lo que aquello significaba, pero entonces Taeyong llegó a su lado y tomó a su compañero para guiarlo a otro lado.

—Debe estar delirando, sabes. Iré a ayudarle con el disfraz.

Winwin asintió y se dispuso a ordenar lo que se había arruinado. No notó que Kun era rápidamente encerrado en la bodega por el coreano.

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El chino estaba gritando con desesperación, no podía desabrochar el traje, así que lo forzó, rompiéndolo un poco, pero descubriendo la parte superior de su cuerpo al fin y al cabo. Estaba totalmente roja.

—¿Qué demonios...? —Mientras trataba de entender lo que pasaba, saltó del susto al ver a Yuta amarrado con su cuerda para escalar, tirado en una esquina.

Lo había olvidado completamente.

—¿No me vas a preguntar qué hago aquí? —El japonés le miró con el ceño fruncido— ¿O tienes algo que ver en esto? —Interrogó al chino, atento a sus reacciones.

Kun, que retrocedió un par de pasos, pisó algo que llamó su atención. Una bolsa misteriosa.

—"Polvo pica pica hecho en Japón. Propiedad de Taeyong y Yuta." —Leyó la etiqueta y luego le miró igual de molesto—. ¿Y tú no tienes nada que ver con esto? ¿Eh?

Kun se acercó con rapidez a Yuta y se arrodilló para tenerlo frente a él. El castaño, a pesar de estar amarrado no parecía tenerle miedo. Sus rostros se acercaron con rivalidad y en ese momento la puerta se abrió.

Un chico que no conocían, de cabello platinado, les miraba totalmente congelado.

¿Qué se hace cuando miras a un chico semi-desnudo y otro amarrado, tan cerca y con mucha tensión en el ambiente?

Obviamente cierras la puerta y te retiras para dejarles en paz.

—¡NO LA CIERREEEEES! —Gritó Kun, regresando a la puerta y tirando de ella con desesperación. La golpeó varias veces por si alguien podría oírle, pero sólo escuchaba la música alta y la gente celebrando, lejos de ellos.

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—¿Encontraste algo, Jeno? —Preguntó Chenle a su amigo, el cual negó en silencio y pasó de largo.

La fiesta continuó un par de horas más, y todos creyeron que los empleados desaparecidos se habían retirado "por enfermedad".

El Tercer Tipo (YuWin + KunWin) • NCTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora