XIII

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Ya estaba anocheciendo cuando comenzaron a repartir el pastel. Mark había cambiado sus ropas y se reveló que el regalo quemado habían sido unos dulces por parte de un invitado.

Entonces, los empleados, como una disculpa, le ofrecieron a Chenle unas cuantas galletas bastante costosas a cambio de sus dulces. El joven, por supuesto, aceptó encantado.

Incluso les invitó a formar parte de la fiesta, argumentando que eso les relajaría de la "fuerte emoción" que habían vivido ese día. Y vaya que tenía razón.

Winwin estaba apoyado en una pared, cruzado de brazos. Ansiaba ir a casa y preguntarle a Kun por qué se había ido antes, pero no podía abandonar el trabajo aún.

La otra parte, sin embargo, no dejaba de estar pendiente de un chico que hablaba con una señora mayor sobre las mejores cubiertas para pastel.

Una palmada en su hombro le trajo de vuelta a la realidad. Era Jaehyun, quien le miraba con una sonrisa.

—¿Por qué no le dices? —Dijo suavemente, su mirada era bastante calmante también. El chino de inmediato supo que podía hablarle de ello.

—No lo sé, nunca le he hablado mucho... —Susurró. Si ya era callado, entonces era un problema enorme socializar con las personas.

—¿Y es mejor no hacer nada? ¿Morirte con la culpa? —El rubio se dirigió a un lugar cercano por una rebanada de pastel que supuestamente había cortado para él y una taza de café. Se las dio sin dejar la alegre expresión en su rostro.— Ten, dale esto.

Winwin tomó todo con manos temblorosas, pero lo pensó y Jaehyun estaba en lo correcto. Se acercó a la mesa donde estaba el chico y le ofreció el pastel junto con el café, para después tomar asiento en una silla contigua a la de él.

Ambos comenzaron a platicar, haciendo click de inmediato, tanto que hasta el otro se había olvidado de la taza de café. Cuando por fin la tomó, notó la nota que estaba debajo de ella.

—Winwin... ¿esto es...? —Susurró el pelinegro sorprendido, mirando al chino con sus ojos bastante abiertos.

Él no sabía de lo que hablaba, pero miró la nota, la cuál tenía una pregunta muy simple.

—¿Quieres salir conmigo? —Leyó en voz baja, y unos brazos se enroscaron a su alrededor de repente.

—¡Sí quiero! —Dijo Mark feliz, a lo que todos los presentes, quienes secretamente estaban atentos a la escena, reaccionaron con un "awwww".

Winwin sonrió avergonzado y abrazó a Mark también.

Mientras tanto, en la bodega, dos chicos sentían su mundo desplomarse mientras escuchaban lo que sucedía, pegados a la puerta.

El Tercer Tipo (YuWin + KunWin) • NCTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora