Estaba tumbado en él pasto verde y humedo de un lugar apartado fuera de la ciudad, él aire era puro y limpio , él azul del cielo no se comparaba con ningún otro que aya visto, y él olor era único, un aroma de llerva humeda. Al levantarme vi un henorme árbol de un gran tronco y extensas ramas que no tenían fin , y sus hojas verdes tan naturales y hermosas que daban nostalgia. Él hermoso paisaje se intensificó al ver que aquel árbol estaba rodeado de pequeños árboles de cerezo que con él viento suave hacia que sus pétalos rosas danzaran en él aire. Él amanecer empezaba a dar comienzo y él prominente sol salia por atrás de él gran árbol, conforme avanzaba vi una silueta de una mujer de espaldas que estaba tocando suavemente la corteza del árbol con sus manos Él radiante sol la alumbró a ella y cuando se giro aquella mujer, descubrí de quien se trataba. Mi hermana vestida con su usual yukata verde a juego con aquel paisaje , al notar mi presencia me miro con una sonrisa,sonreía con una radiante expresión, yo me sorprendí y alegre por verla avance mas deprisa, pero me detuve al ver que él camino había llegado a su fin y no podía avanzar, aun ella me seguía sonriendo y fue cuando note que todos los pétalos habían ido cerca de ella flotando en él aire y que aquel sol que salio detrás del árbol intensifico él brillo, ella me dio la espalda con una sonrisa de las que ella siempre ponía como diciéndome hasta otra.
Los pétalos la envolvieron entera y yo solo me quede haciendo lo único que podía hacer que era intentar detenerla sin lograr nada y sin poderlo evitar mis ojos llenos de lágrimas caía en forma de agua cristalina, caían y caían como solo ella me había podido hacer que llore. Mis párpados se iban cerrando y lo único que pude llegar a ver fue él ultimo pétalo caer al suelo al lado de mi, como si fuera la herencia que me hubiera dejado.
Volví a abrir los ojos y vi a alguien de lejos, ¿era mi hermana? Esa persona que bajaba desde él cielo cada vez mas cerca mio, caía hacia mi y cuando se acerco mas pude reconocerla. No era mi hermana... Era la china... Era... Kagura. Los pétalos de cerezo como había pasado antes, ahora se reunían a su lado pero esta vez como una bienvenida en vez de una despedida, la ayudaban a bajar y ella con una sonrisa suya, no igual que la de Aneue si no de ella. Pero que realmente era hermosa. Que raro, jamas pensé que otra sonrisa que no fuese de Aneue seria tan hermosa. Pero ahí estaba ella sonriéndome, bajando hacia mi y sonriéndome y de golpe cayo hacia mi, abrazándome, atrayéndome hacia ella y ella hacia mi, dándome calor y una sensación de protección y alivio que solo había logrado darme mi hermana.
Me dio la suficiente confianza como para desahogarme y llorar, como si fuera una madre abrazando a su hijo mientras llora, correspondí a su abrazo y me deje llevar por mi corazón.
Todo se volvió oscuro hasta que una voz que me llamaba me hizo despertar. Había sido un sueño. Pense y después me levante mi mascara para verla a ella, a la persona con la que había soñado.
Entonces me acorde que después de muchas preguntas que nos hicimos, nos sentamos en la yerba y descansamos.
- ¿Sádico que te pasa? ¿estas bien?
No comprendía el porque de la pregunta ni de su cara preocupada por mi, entonces caí en cuenta que estaba llorando, sin saberlo había empezado a llorar mientras soñaba.
- Si, no pasa nada, solo era un sueño.
- ¿Que soñabas? Me pregunto.
- No te lo diré. Le dije enseñando mi lengua.
Ella frunció el ceño y me saco la lengua igual. Pero entonces bajo la vista y se percato de algo entonces me aparto haciendo que mi cabeza cayese dándose un golpe.
Y me di cuenta que todo el tiempo mi cabeza estuvo en su regazo, no se muy bien lo que paso para que acabáramos así, pero al levantarme vi que ella estaba otra vez sonrojada.
- ¿Te as aprovechado de mi mientras dormía? Le pregunte bromeando.
- Idiota, seguro que as sido tu que te pusiste tu asquerosa cabeza en mi regazo.
- Mi cabeza no esta sucia, pero tengo que admitir que tus piernas eran muy cómodas para dormir, para la próxima te usare de colchón.
-Idiota. Dijo aguantándose la risa, hasta que exploto literalmente, su boca me soltó un mar de babas a la cara empezando a reírse y al ver que mi cara estaba babosa por su culpa se rió aun mas, saliendole pequeñas lagrimillas. Intente mirarle frustrado y extrañado por su recién cambio de humor, pero me pego la risa y empece a reír como ella.
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Dias Tristes
Fanfiction¿Que hubiera pasado si Kagura hubiese podido conocer a Mitsuba?