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Escorpio

-¿Puedes dejar de quejarte? Vas hacer que mi cabeza estalle.-le grite a Capricornio quien solo se dedicó a darme una mala mirada y de nuevo abrir la boca para protestar.

-Pues que estalle, tal vez te mereces esto ya que es por tu culpa que no encontremos el laboratorio.-gritó. Mierda, odio a la gente tan...tan...agh!

-Ya te he dicho que Géminis no me dio la copia del mapa.-la agarre por los hombros y solo la removí varias veces hasta que me quito bruscamente de un codazo. Aunque a decir verdad si tenía la copia y sabía dónde se encontraba nuestro querido laboratorio.
Solo que no quiero reunirme con los chicos después y prefiero conocer las cosas solo.

-Si hubieras preguntado por él esto jamás habría sucedido, sabes cómo es ella.

-Y tú sabes cómo soy yo, por qué no fuiste tú por el mapa?-volví a gritar histérico, Capricornio debes de dar gracias que soy un caballero y aún no te he dado una paliza.

-Es hora de que tomes responsabilidades, así que ve, encuentra a Géminis y me traes el puto mapa ahora mismo, mientras yo estaré en las gradas de fútbol para estar con Tauro y tu segunda copia, lastimosamente.-dijo dándome una sonrisa falsa y agarrando su puño de la mano izquierda con la mando derecha para que no saliera disparado a darme. Solo pensé en cómo iría a las gradas si ni siquiera sabe dónde queda el laboratorio.

-Debes de tener cuidado con mi hermana, no es de fiar, cuando quiere algo lo tiene y debo de admitir que está utilizando el color rojo para conseguir al toro, lo hará y él no se opondrá.-di una sonrisa pensando en cómo es mi hermana y lo idéntica que es a mí.

-¿A qué te refieres?-dijo con una cara de desentendida para no perder su orgullo. Tú sabes mucho, Cabra. No juegues con fuego.

-No lo sé, Cabra. Averígualo. Espero y no te pierdas camino hacia las gradas.-le saque la lengua y seguí mi camino hacia cualquier lugar en el que me encontrara cómodo. Sabía que las gradas sería uno, pero todos los signos nos íbamos a reunir ahí para cuando termináramos, y ahora mismo debo de admitir que no quería estar con personas.

Los demás me toman como el antisocial del grupo, aunque no me considero así. Más bien soy muy fiestero, pasando el rato y sin importarme nada. Nada excepto mi hermana. Vine a este instituto por ella, he ahorrado con todos mis esfuerzos por esa chica, solamente le dedico mi tiempo a Escorpio-mujer. Nuestros padres murieron en la batalla de los elementos y digamos que no fue mucho el tiempo que pasó con ellos, ya que mi abuela nos ha criado a ambos. Escorpio-mujer es una de las chicas que más fuertes he considerado en esta vida, es más fuerte que yo y no sé qué haría si la viera destrozada entre mis brazos.

Al estar pensando en eso, no me había dado cuenta que acabe parado en frente de la biblioteca, el lugar donde todas las personas van para escaparse de la realidad, no sentirse del tan miserable, y disfrutar de las letras. Esta biblioteca era tan inmensa que no sabrías cual libro escoger tan solo estando allí con todos esos estantes.

En mi otra escuela no solía ir a las bibliotecas, sentía hasta pena por las personas que iban. No porque leían, siendo sincero también he leído varias cosas y es lo mejor que se podría hacer. Pero pena porque se ocultaban detrás de un libro, mientras también querían desahogarse al lado de alguien y no querer defraudar a nadie.

Cabellera rosa. Genial.

Avancé con más pasos hasta llegar hacia la chica de la cabellera rosa y poder sorprenderla con mis encantos.

-Chica pez, ¿qué hace alguien como tú en la biblioteca?-toco el hombro de Piscis mientras espero que voltee para enseñarle mi sonrisa pícara.

-Oh discúlpame hermano, n-no quise interrumpir.-un chico se había volteado con una cara algo rara de marisco. Parece un pulpo y eso fue asqueroso. Nota: no todas las personas que tengan el cabello rosa son Piscis, recuerda eso Escorpio.

Escuche una risa detrás de mí, era como de foca retrasada, pero supe de quién se trataba.

-No jodas hermano, ¿confundiste a Piscis con eso?-siguió riéndose- Es que no puedo, no puedo contigo.

-Muy gracioso Aries. Además no se supone que Piscis anda contigo?

-Sí, Escor, se supone que debe de estar conmigo, pero tampoco me entrare al baño de chicas a verla hacer cualquier cosa que este haciendo allá.-frunció el ceño por unos segundos.

-¿Les tocó este lugar o por qué están aquí? Digamos que no eres de los que leen y Piscis ya sabes que cambia uno cuando no ha terminado el otro.

-No, no nos toco la biblioteca fue que Piscis se antojo de entrar, ya sabes que me saca de quicio el que ponga cara de adorable y comience a botar lágrimas sin razón. Es una dramática, siempre lo diré.

-Estás mal. El problema es que eres muy tonto y te dejas manipular. ¿Crees que Piscis hace eso porque le gusta? Es obvio que así consigue lo que quiere. Me excusas, pero ella no ha cambiado, solo les hace ver lo que no es.

Al terminar de decir esto veo que Aries me mira con cierto desagrado, pero me daba igual, Aries siempre se creía uno de los mejores, demasiado competitivo y para el colmo se creía que todo era como él decía.

-Nos vemos, perdedor.-no pude evitar soltar una mini carcajada y darle una palmada en el hombro antes de salir. Sí, suelo ser algo cruel. Ahí mismo, cuando ya estaba por salir de aquel pasillo y salir por la puerta de la biblioteca, vi a Piscis, mirándome con cierto asombro y algo de vergüenza.

-Perdón.-se acercó hacia mí y lo susurro otra vez, dejándome confundido y siguiendo su camino hacia Aries.

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En ese entonces no entendí el porqué del perdón, pero me hubiese encantado que alguien me dijera, te lo advirtieron y sabiéndolo aún así, quisiste tratar.

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