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Piscis

Cuando dejé atrás las gradas me sentí algo decepcionada y triste, si, ese es el problema de ser una Piscis, sientes demasiado y aunque Cancer decidió acompañarme sé que hubiese preferido quedarse allí donde estaban todos. Solo por ser su amiga decidió no dejarme sola, no tenía que sentir lástima por mí.

-Pececita no te sientas mal.-habló Cancer mientras miraba el mapa que tenía en mis manos y sentía mis lágrimas caer en él. Rayos, soy tan llorona.

-No estoy mal.-traté de hablar algo seca y fría. Aunque no me salió para nada y él es mi mejor amigo. ¿Qué le voy a ocultar?

-Sí, lo estás, o hubieses terminado aquella frase con mi nombre y no lo hiciste. Sonríe,si? Además ya llegamos a nuestro destino señorita y mira que este lugar es un poco tenebroso pero veamos que hay adentro...-estaba diciendo mientras abría una puerta ancha de color blanca en un pasillo demasiado estrecho y oscuro, en el cual se encontraba la oficina de la coordinadora.

-¿Qué?-susurré mientras veía a un Escorpio sentado frente a un escritorio, no pude ver más porque no se podía. ¿Que hacía Escorpio ahí? Traté de limpiar mis lágrimas lo más rápido posible.

Al parecer había sentido cuando abrieron la puerta ya que me miró sorprendido y con los ojos abiertos, para al final levantar una ceja en modo de pregunta y darme una mirada suave. No se porqué pasó eso, pero sentía mis mejillas arder.

Por lo visto me sonrojé.

-¿Qué pasa, rosita? ¿Tauro está ahí?-soltó una carcajada y luego entró su cabeza para ver quien había causado ese sonrojo, a lo que volvió su vista a mi y tragó duro.
Si, todos nos intimidábamos con la presencia de Escorpio.

-Pase.-se escuchó otra voz en ese lugar, una que jamás había oído hasta ahora. Era áspera pero suave a la vez.

Adentre mis pies a aquel lugar evitando la presencia del escorpión y viendo a la joven que se encontraba enfrente de mí, detrás del escritorio. Tenía el color de la piel como un azul pálido, usaba gafas, su cabello era un azul más oscuro que el de su piel y sus ojos eran verde como aquellas manzanas que papá me daba para las meriendas. Cancer intentó toser lo cual no le salió y le miré, estaba incómodo y al parecer no quería entrar, no estando Escorpio ahí. Le hice señas para decirle que se podía ir, no hacía falta, así que le sonreí.

-Te puedes sentar, niña.-me dijo aquella mujer o lo que fuera, con cara de pocos amigos y como si estuviera aburrida de mí, al parecer un recuerdo hizo que su emoción viniera a flote y yo me senté.

-¿Qué haces aquí?-pregunté algo bajo al mismo tiempo que Escorpio por accidente, no debí de hablar.

-Tú primero.-susurré, acercando mi silla un poco más a la de él.

En que estoy pensando, es Escorpio. Mi peor pesadilla.

-Así que ahora mandas.-comentó algo burlón, pero su vista estaba fija en aquella mujer, era mejor así, ojalá y ella no nos estuviera escuchando. Ya que estaba revisando unos papeles. Sin más, volvió hablar.-Está cosa me tiene encerrada aquí por haber estado fumando un cigarro en uno de los salones de clases, no se que tiene de malo, está loca.

-Pueda que esté loca, pero mi instituto lo respetas.-dijo algo molesta pero sin levantar la vista de esos papeles que me estaban comenzando a intrigar.

Escorpio soltó un bufido y yo traté de mantener mi boca cerrada aún con todas las ganas de reírme de él. Suele ser muy tonto, pero lo que me gusta de él es que no le importa nada. Quisiera ser así.

-¿Tú?-susurró y esta vez, si me miró y yo traté de sostener su mirada.

-Quiero apuntarme en astrología.

-¡Que divertido!-dijo con sarcasmo.

-Lo sé.-sonreí sin gracia y a punto de sacarle el dedo del medio, hasta que la mujer dejó caer sus papeles y habló. Lo odio.

-Así que tú eres Piscis, me imaginé que serías Géminis, pero tienes los mismos ojos de tu padre. ¿Te ha gustado el instituto? ¿Que necesitas? Soy la coordinadora. Al fin te llego a conocer, eres la que nos salvará a todos.-dijo algo alegre e ignorando la presencia de Escorpio.

Esto es raro, no la estoy entendiendo y me pregunto porqué tuvo que salir con aquella idea delante de Escorpio, luego se lo contara a los demás y ni siquiera sé de que está hablando esa mujer.

-Solo vi-ine por lo de astrología. Nada más señora, creo que me está confundiendo.-dije tartamudeando, la coordinadora le causa nervios a cualquiera.

-Toma, aquí está la carpeta, solo tienes que firmar tu nombre y listo. Después me entenderás, pequeña.-dijo riéndose mientras nos miraba. Ella estaba nerviosa. Me resultaba rara y sin duda me daba miedo.

-¿Sabe? Yo también me quiero apuntar.-menciono Escorpio llamando mi atención mientras escribía mi nombre. Lo ignoré, sabía que estaba bromeando y burlándose de mí. Agh, ahorita sacaría el tema y no estaba por hablar cosas que no entendía con él.

Deje la carpeta en la mesa y me paré del asiento, estaba a punto de salir de la oficina hasta que oí su voz.

-¿Me esperas?-pude escuchar antes de marcharme.

-Claro...que no.-dije burlona y salí, cerrando la puerta a mi espalda. ¿Quién se cree que es?

No se que estará tramando Escorpio, pero se que a él no le gusta la astrología y lo más seguro lo hace para ponerme de los nervios. Y tampoco se que se trae esa mujer conmigo, este instituto es de locos. ¿De verdad nuestros padres estudiaron aquí? No lo creo.

Al estar pensando no me di cuenta de que en este mismo pasillo había un Acuario sentado con la cabeza gacha en frente mío, al parecer estaba dudando de entrar o no hacerlo. Hasta que sintió mi presencia.

-¡Pi! No te sucedió nada ¿verdad?-se levantó preocupado y me miró con una cara de como alguien se siente cuando está avergonzado.

Ya sabía lo que sucedía, se sentía arrepentido por no haber venido antes, a él siempre le han fascinado estas cosas y al parecer se siente mal de haber causado aquel sentimiento de decepción en mí. Deberían de existir más como Acuario en el mundo.

-¿Tendría que haberme sucedido algo?-exclamé frunciendo el ceño.

-Gracias a los aliens. Así que astrología...¿aún hay una oportunidad para que pueda estar?

-Acuario.-me acerque un poco más a él para apoyar una de mis manos en su hombro-Claro que aún hay tiempo y descuida, no te sientas mal por no haber venido antes. Lo entiendo.-sonreí y estaba a punto de marcharme hasta que otra persona salió de aquella sala e inundó ese pequeño pasillo con su aroma y su presencia, Escorpio.

-¡Hey! Acuario, te inscribirás después, ahora nos tenemos que ir para poder cenar y alistarnos a tiempo. Vengan.-salió empujándonos un poco a mi y a Acuario como si fuera el líder y caminando un poco más rápido. Ahora era Virgo sin duda.

Tenía que ser Escorpio y su arrogancia.

-¿Y quien dijo que el manda en nosotros?-mencionó Acuario mientras íbamos caminando.

-No lo sé, Acuario. No lo sé.-susurré y seguí sus pasos.

...

Desde ese momento al ver a Escorpio caminar, desde el momento en que lo vi en el instituto, algo me dijo que entre ambos una cosa no iba a estar bien entre nuestra amistad. Y que corazones rotos iban a salir de ella. Pero no solo entre nosotros, todos los signos estaremos involucrados en algo que arruinará nuestras vidas, y el amor será la primera causa de esta.

Instituto zodiacal.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora