Sexual Desire. [NamKook]

Competir »Parte 6«

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—¿Qué tal me veo? —modele frente al espejo de mi habitación y después me dirigí al tocador para tomar mi nueva loción. Mi vestuario consistía en unos tenis negros, pantalón azul ajustado con tirantes en lugar de un cinturón, y pendientes plateados. —¡JungKook! Sal de una vez de ese baño. —acomode mi cabello.

—M-mejor me pongo otra cosa. —lo escuché susurrar.

—¿¡Que!? Estuviste casi dos horas escogiendo la ropa, sin contar que es mi ropa. —toqué la puerta del baño. —Sal de ahí Kook.

—En serio, só-sólo tomaré algo más discreto y... ¡NamJoon, toca antes de entrar!

Mi corazón se descontroló; un suéter a rayas negras y rojas, un pantalón roto entallado, botas negras, una cinta larga en su cuello, su cabello incluso estaba acomodado de manera diferente. Sus labios tenía un color levemente más rojo al cotidiano.*

Entonces recordé que toda esa ropa era mía, aun con ello, se ve totalmente diferente al ser usada por él.

—Es mejor que me cambie, esto no va conmigo. ~ —dijo JungKook algo melancólico.

—JungKook. —me acerqué lentamente a él.

—¿N-NamJoon...?

Abracé fuertemente al pelinegro, entonces restregué mi rostro en su mejilla y cabello. —Ah~ Jungkookie se ve tan lindo. ~

—Khg... ¡Nam, suéltame!

—¿Por qué no mejor nos quedamos aquí? Podemos ver series.

—Pero... ¡Es el cumpleaños de tu novia! —solté a JungKook para comenzar asear aunque sea un poco mi habitación, pues habíamos hecho un desastre con sólo escoger atuendo.

—JiSoo puede verme otro día. —me dirigí a la televisión y la encendí.

—NamJoon, ni siquiera va en nuestra escuela, apenas y la puedes ver.

Sonreí mientras el me miraba extrañado. —Es cierto, pero, aun así, hoy prefiero quedarme contigo.

—¿Lo dices en serio?

—Totalmente.~ ¡Por cierto! Aún no te quites esa ropa.
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(POV NamJoon)

La noche me pasó en un pequeño parpadeó, dicen que cuando eso sucede es porque tu cuerpo se relaja a tal grado que dejas de sentir que el tiempo pasa, pero ¿les digo la verdad? No siento haber descansado una mierda. Dormí en la que era mi habitación, y apenas me hundí en la cama el estúpido despertador sonó. Lo golpee fuertemente con la palma de mi mano, escuché como si algo se hubiese quebrado, comprobé que había sido, y vi que la pantalla del reloj se había agrietado, irónico, ¿no es así?

—Será un buen día. —susurre sobre mi almohada.

Me levanté lentamente y froté mis ojos con el dorso de mis manos, debatiendo sobre qué tan importante era ir a trabajar. Reí bajo y me encaminé al baño. Me eché una ojeada en el espejo antes de darme una ducha, y, tal como sospeche, tenía bolsas bajo los ojos que podría decir que eran de un color purpura leve, un rastro de saliva estaba sobre mi mejilla derecha y mi cabello estaba completamente desordenado. Sonreí al cristal para comprobar que se rompía cuando alguien feo se reflejaba sobre él, no paso. Sí, me veo mal, pero en absoluto soy feo, gracias espejo.