Hoy me siento cansada, un poco frustrada y no sé que hacer, mi esposo se fue de viaje y nos acabamos de mudar a una casa enorme en Miami, Florida, con una alberca estupenda y unas recámaras gigantescas. Me llamo Miriam Wane y como toda joven de 30 años y con una hija de meses de nacida, el estrés de la mudanza me está matando y para colmo no he sabido nada del hombre que amo, ni una llamada ni un mensaje. Pero no tiene caso que me adelante ¿Qué les parece si comenzamos desde el principio?
14 años antes (Phoenix, Arizona)
En cierta ocasión un día de Agosto me encontraba en el supermercado, pues mi mamá estaba enferma y mi papá se quedó en casa para cuidarla así que tuve que ir a comprar la comida y lo que hacía falta para la semana. Iba caminando un tanto distraída por los pasillos tratando de seguir en orden la lista que había hecho para que no se me olvidara nada, cuando en eso voltee y por un momento lo vi. Un chico tomando unos plátanos verdes y metiéndolos en el carrito pero eso no fue lo que me llamó la atención, sino la hoja que tenía en las manos. Me pareció muy tierno y chistoso que un chico hubiera hecho una lista de súper, usualmente somos las mujeres quienes lo hacemos. En fin, como tenía prisa seguí con lo mío. Lo último que me faltaba eran las patatas, asi que apenas las agarré, las taché de la lista. Para mí es un método muy útil porque luego ya no se que me falta y qué no. Para que tengan una idea les dejo la foto de mi lista, como verán está un poco rota y sucia pero comprenderán que la hice a la carrera y tomé el primer pedazo de papel que vi....
Caminé hacia las cajas para pagar, realmente no había mucha gente hoy así que me formé en la caja más vacía que vi. Delante de mi había una señora que llevaba a su hijito de unos 7 años y el pequeño cada vez que la mamá ponía algo del super en la banda éste volvía a meterlo al carrito. Al principio se me hizo muy simpático pero después de 10 minutos de espera y que la mamá no podía pagar y la cajera cobrar empecé a desesperarme, gracias a dios el cajero le pidió que lo sacara de la fila y yo me dispuse a ayudarla. Una vez que logré pagar y me dieron el cambio comencé a caminar hacia la salida del súper y mi cabeza empezó a dar muchas vueltas tratando de entender como era posible que una persona podía estar sana y bien en un día y al siguiente estar enferma. Dejen les explico a qué me refiero, seguro estarán pensando qué loca es esta chica que de repente comienza a hablar de esto.
Pues bien, mi mama era una mujer de 35 años feliz y saludable como cualquier otra, pero a mediados de marzo estábamos comiendo muy felices mi papá, mi mamá y yo y de repente se mareó y se puso más blanca que la nieve. Esperamos unos minutos y no se le pasaba, mi papá pensó que era cansancio, pues ese día estuve ayudándola a lavar la ropa y a limpiar la casa así que la acompañamos a acostarse y pensamos que al día siguiente se iba a sentir mejor. Pasaron 5 días y todo se encontraba normal, mi papá y yo nos despedíamos de mi mamá antes de salir de casa, él me llevaba a la escuela y después se iba a trabajar. A las 2 de la tarde salía yo de la preparatoria, mi mamá me iba a buscar y nos veníamos nuevamente a casa, preparábamos la comida y esperábamos a que mi padre llegara para comer juntos. Dieron las 3 de la tarde y mi mamá se puso a barrer el comedor, de repente empecé a notar que se detuvo y apoyó una mano sobre su frente cerrando los ojos; yo estaba terminando de guardar los platos que estaban en la lavadora de trastes.
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La vida de Miriam Wane
Teen FictionMiriam es una joven que tras la muerte de su madre, su vida se vuelve muy dolorosa, sin embargo, todo cambia el día que conoce a John, un joven que salva su vida y le enseña lo que significa amar. Lamentablemente ella hace una apuesta con su mejor...