Desilusión total...

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Cuando estábamos de camino hacia mi casa, nos dimos cuenta que atrás de nosotros venía una patrulla al principio la ignoramos pero después prendió su sirena.

Policía:- Policía del estado, por favor detengan el vehículo y oríllense.-

John disminuyó la velocidad e hizo lo que el oficial indicaba, el policía estacionó su patrulla y se bajó de esta caminando hacia nosotros. 

John:- ¿Qué ocurre oficial?.-

Policía:- Iban a exceso de velocidad, me permite su licencia para conducir?-

A regañadientes John sacó su cartera y le dió su licencia.

Policía:- Tendré que ponerles una multa, es usted el duelo de la moto?-

John:- Efectivamente oficial.-

Policía:- Permítenme un momento.-

John estaba muy molesto, lo notaba por la forma agitada con la que respiraba.

John:- Oficial le pido que no me ponga una multa, podemos ver de otra forma lo podemos arreglar solo me pasé por poco.-

El policía lo ignoró y siguió llenando la multa, en eso camina hacia nosotros y se detiene justo enfrente de John. 

Policía:- No hay otra forma señor Evans, aquí tiene.-El policía le entrega su licencia y se retira nuevamente hacia la patrulla.

Miriam:- John como lo lamento, déjame ayudarte fue mi culpa en parte porque me estabas llevando a mi casa.-

John:- Miriam shh espera no hables.-

No entendía que pasaba hasta que John prendió la moto y de un acelerón nos fuimos donde estábamos. El oficial comenzó a gritarnos que frenáramos pero John hizo caso omiso y siguió manejando. Vi desde lo lejos como el policía se subió a la patrulla nuevamente y la arrancó. 

Miriam: -¡Jooooohnnnn! ¡que te pasa! ¿No te das cuenta que pueden detenernos por esto?-

John: -Nunca me han puesto una multa y esta no va a ser la excepción. Agárrate fuerte que no va a pasar nada. ¿Confías en mi? -

Miriam: -Pues siendo muy honesta no mucho, después de esto no creo que me vuelva a subir a tu moto en la vida. Además estás yendo muy rápido, si te quieres matar tú adelante pero a mí no me arrastres en esto. Bájame ya que yo no quiero acabar en la cárcel y mucho menos muerta-

Empezó a ir cada vez más rápido, hasta que dimos una vuelta haciendo que perdiéramos la patrulla.

John: -¿Te quieres bajar? está bien como ordene la señorita-

Frenó en seco haciendo que la moto derrapara y diera una vuelta. 

John:- Adelante puedes bajarte, ya no corres peligro de muerte..- 

Dudé por un momento para ver si era buena opción, no quería pero mi orgullo era mucho más grande así que me quité el casco, me bajé de la moto y puse el casco sobre el asiento.  Cuando tenía los pies en el suelo y me alejé un poco de la moto, John dió una vuelta rodeándome y empezó a alejarse. Yo sorprendida no podía creer lo que estaba pasando, jamás creí que fuera capaz de dejarme ahí sola y muerta de frío cuando era su culpa todo lo que había pasado pero me equivoqué. Esperé unos minutos a ver si regresaba pero nunca lo hizo. 

Cuando vi que no tenía de otra y que efectivamente no había rastros de él comencé a caminar un tanto desilusionada.  Yo que creía que John era un caballero pero después de esto me pude dar perfectamente cuenta que es un patán. Estaba metidísima en mis pensamientos cuando me acordé que no tenía mi celular, John me lo había quitado antes de aventarme al lago. ¿Acaso podía algo más pasarme?. Era mi fin, no tenía cómo comunicarme y mucho menos un vehículo para llegar a tiempo a mi casa para que mi papá no se diera cuenta que me había escapado y todo por culpa de John. De solo pensarlo me ponía fúrica nuevamente. 

La vida de Miriam WaneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora