Capítulo treinta y dos. Poco convencional.

28 5 1
                                    

Llegamos al viñedo y nos adentramos entre las siembras, caminamos una larga distancia sin ser capaces de encontrar la casa principal.

- Creí que venias aquí seguido. ¿Cómo es posible que estemos perdidos? ¿No podíamos entrar por el lado del negocio?

- Bueno, si he venido seguido... Pero mi tío me recibe en la entrada. Jamás había tenido que caminar solo. Lamento que nada este saliendo como lo planee.

De repente recordé que la verdadera razón por la que estábamos aquí era para pasar tiempo juntos, ese es el propósito de una cita. ¿No? Solo que ésta era una poco convencional.

- Bueno... Mientras encontramos una salida puedes contarme qué te hizo volverte tan obsesivo.

- Creeme,no quieres adentrarte allí.. No aún... Haz otra pregunta.

- Esta Bieeen. ¿Como es tu relación con tus hermanas?

- Todas son... Un poco superficiales. No me agrada estar con todas ellas a la vez. Es agobiante. Prefiero conversar con una y hacer que me dé su verdadera opinión sobre las cosas importantes. Entonces me resultan más agradables.

- Es lo mismo que hago con el resto de la humanidad.

- Lo sé, por eso se que te mueres por mí. Te encanta hablar de temas profundos. Sé que cuando lo haces entras en un tipo de trance. Te olvidas de todo y te concentras en un tema específico y lo desglosas.

- Tienes razón en cuanto a que me gustan los temas profundos... Pero en cuanto a morir por ti... Yo no estaría tan seguro.

- Claro, claro. Olvidé que eres demasiado orgullosa para admitirlo. Yo ya lo admiti. - se dio la vuelta para quedar justo frente a mi. Tomo mi barbilla y se inclinó un poco para quedar cara a cara. - ¿Por qué no lo haces tu también y sellamos el asunto?

Lo empujé rápidamente.

- Porque aún quiero asegurarme de que no eres un completo lunático. Y te diré algo importante. No hay besos en la primera cita, ni en la segunda. Tendrás suerte si te beso en la tercera.

- No recuerdo que hayas impuesto esa regla la última vez que salimos.

- No sabia lo psicópata que podías ponerte.

- Está bien. Ya veré si logras mantener tu palabra.

Seguimos caminando y cuando levantó una de las ramas de los arbustos pude ver por fin la casa.

- ¡Allí esta! Por fin, se ha sentido como una eternidad caminando.

- Lamento eso.

- Está bien. Fué divertido.

- Iré por nuestro pequeño picnic.

- ¿Qué? Pero si acabamos de comer.

- Lo sé, pero tienes que probar las uvas. Te encantará su sabor, son tan dulces.

- Ven conmigo, entra.

Era una cabaña sencilla de madera. Como para la persona que cuida los viñedos. Al rededor había un hermoso jardín. Me pareció extraño. Normalmente los dueños de los viñedos suelen vivir en grandes casas. Pero esta era la misma que se le daría a un trabajador.

- ¿Vive aquí tu tío?

- Claro que no, sólo viene aquí para escapar de su esposa. O eso dice él... ¿Pero quién crees que riega las plantas y limpia esta casa?

- ¿Y ella lo aprueba?

- Bueno, él es un hombre complicado. Siempre ha necesitado su espacio. Supongo que es lo que les funciona.

Insane ×Louis Tomlinson×Donde viven las historias. Descúbrelo ahora