Insane ×Louis Tomlinson×

Capítulo treinta y seis. Celos.

Me acerqué pronto a la puerta para ver de cerca a la tal Kim, pero antes...

Tenía que ver lo que contenía esa misteriosa carpeta. La abrí y alcance a ver mi nombre dentro de ella.

¿Qué demonios?

Me pareció extraño, pero decidí aplazar la investigación. En ese momento tenía que averiguar quién era la mentada Kim.

Tomé la copa de vino que Louis había servido, alboroté un poco mi cabello y abrí un botón de mi blusa con el propósito de parecer despreocupada y no tener esa imagen de tensa estudiante que no espanta a las zorras. Me asomé a la puerta tomando un sorbo de vino. Sólo para dejar las cosas muy en claro.

- ¿Louis, no vienes? - me tomé un segundo para verla de arriba a abajo con cierto desprecio. - ¿Quién es?

Él volteó a verme y su mirada se perdió por un momento en el escote de mi blusa, lo cual ignoré y me acerqué caminando coqueta hasta él.

Me puse de puntillas para alcanzar su mejilla y lo bese.

El me veía casi boquiabierto.

Con esa misma expresión me introdujo a la chica de piernas largas que estaba en la puerta.

- Kim, ella es Stephanie.

Sacudió un poco su cabeza volviendo a la normalidad y me sonrió con malicia una vez más.

- Ella es... Sólo somos amigos.

Una bofetada.

Fue como si hubieran quebrado vidrio de una ventana emocional que encerraba mis celos para mantenerme inmutable. Ahora sí que me las pagaría. Me sentía humillada por el pequeño show inservible que acababa de montar. En seguida me aparté de él lanzándose miradas asesinas y me presente formalmente con la relativamente bonita Kim.

Ellos continuaron conversando y creí escuchar que quedaban para salir. Por lo que sin dudar dije que seguramente no les molestaría que yo los acompañara.

Kim no se veía muy convencida, pero Louis estaba contento de que yo me hubiera ofrecido. Como si lo hubiera estado planeando todo.

Maldito cerdo manipulador. Siempre iba un paso adelante.

Ella se fue y en cuanto Louis volvió a la sala conmigo le exigí que me llevara a casa.

- Estas celosa.

- ¿Y como quieres que me ponga? Si me presentas como si fuera tu amiga estúpida que viene a meterse a tu  casa para lanzarme sobre ti.

- ¡Pero si fuiste tú la que quiso dar esa impresión y la que no quiere aceptar ser llamada "mi novia" así que no comprendo qué ostras quieres!

-¡Oh dios! De sólo imaginar la impresión que debe haberse llevado de mí. - cubrí mi rostro con ambas manos.

- Tranquila, ven. - Trató de abrazarme, pero yo lo empujé lejos de mi.

- ¡Louis, eres un idiota! Tal vez no seas mi novio pero somos más que un par de estúpidos amigos. ¿O no? ¿O acaso es esto lo que haces con todos tus estudiantes y solo soy otra más del montón?

- ¿Qué? ¡PERO SI TE HE OFRECIDO QUE SEAS MI DUEÑA, QUE TE VUELVAS MI NOVIA!

Respiré profundo. El tenía razón. Solo estaba siendo irracional.

- No eres mi amigo, Louis. Eres mucho más que eso. Tal vez puedas ser un cerdo manipulador, pero eres MI cerdo manipulador. Así funcionamos. A mi me gusta jugar un poco contigo, tu correspondes y nos divertimos. Me dices cosas tontas y después dices algo lindo que me llena de ilusión y me hace querer verte de nuevo. Haces que te quiera para mi, pero también también me haces temer por tu salud mental. A veces hasta por la mía.