Capitulo 7

149 20 6
                                    


         Cuando de pronto tocaron la puerta, algo me decía que era Albert. Me miraba en el espejo y me decía <<No le abras es un cobarde. >> Me acerque a la puerta sigilosamente, mire un sobre en el suelo. Lo levante me senté en la cama ¡Lo abrí! era una carta de él, de esa persona que me había dañado que me estaba haciendo sentir rota por dentro. Tenía miedo de abrirla, tenía miedo de volver a caer en sus garras. Pero tenía que ser valiente, tenía que afrentar las cosas como una guerrera. La carta decía:

"¡Eli! no te preguntare como estas, porque sé que no estás bien, sé que te estoy haciendo sufrir. Pero no sé qué pasa conmigo, no sé qué quiero. Lo único que sé, que eres lo mejor que me ha pasado todo lo que vivimos fue sincero, nunca quise jugar contigo y nunca jugué. Todas las cosas que te dije fueron ciertas porque verdaderamente ¡Te amo! no sé qué tienes tú, para venir y robarme la cordura tienes un poder inexplicable en mí, tienes una magia que me enloquece. Como te contó mi hermana, yo me enamore mucho de Rohana, le pedí que se casara conmigo, ella no acepto, fue muy difícil, ella desapareció de Delhi no la volví a ver. Hasta cuando estábamos en el restaurante ella se me acerco y me dijo que si podíamos hablar, no te mentiré sentí muchas cosas por ella sentí que aún había ese amor que yo daba por muerto. Pero volvió a resurgir, no lo digo para acerté sentir mal, solo que esta vez quiero hacer las cosas bien, pero yo estaba cenando contigo y me sentía a gusto. Le dije que no teníamos nada de qué hablar. Ella volvió a su a su lugar y saliste del baño. No la volví a ver hasta la noche de ese desastre y pues dije que la amo todavía porque, porque no sé, tal vez fue la emoción de verla en casa, tal vez porque eso era lo que quería escuchar mi familia. Pero jamás dudes de lo que siento por ti. Espero que te comuniques conmigo, no me gusta estar así. No lo olvides ¡Te amo!"

No sabía que pensar rompí en llanto, pase toda esa noche llenándome de valor. Al día siguiente me levante temprano, salí a desayunar y me fui en marcha a la Universidad donde estudia Albert para poder hablar con él en persona, aunque habían riesgos que me encontrara con la del vestidito azul. Pero no me importaba nunca había peleado por un hombre, pero simplemente a Albert no lo quería dejar ir. Llegue a la universidad subí hasta el piso donde estaba el salón de Albert, vi que la puerta estaba cerrada no podía interrumpir, me quede esperando cuando de pronto apareció Nabil el Ken hindú. Comenzamos hablar y hablar. El no paraba de coquetearme, pero yo solo quería que Albert saliera el me pregunto ¿Que era de Albert? yo le conteste que era su amiga, él se quedó en silencio, me pregunto si podíamos salir un día le dije que no podía ¡No podía salir con otro chico que no fuera Albert! el me llevo a un local donde vendían golosinas.

Al acércanos estaba Albert besándose con Rohana si ¡Besándose! no podía creerlo, me manda una carta diciéndome que me ama y ahora se estaba besando con ella ¿Que juego es este? Rohana se percató que estaba viéndolos, ella se puso nerviosa, no sabía qué hacer bajaba la cabeza se tapaba con el pelo para no reconocerla, ella le dijo algo en el oído a Albert y se fue rápido casi corriendo él se quedó algo desorientado sin saber qué pasaba. Se dio la vuelta y me miró fijamente a los ojos. Pero note algo extraño en él, no se le miraban el mismo brillo de sus ojos hermosos, tenía la barba más robusta. Y Albert si tenía barba pero recortada lo normal, pero tal vez le crecía rápido y no le había dado tiempo de afeitarse. Usaba una camiseta azul, nunca vi a Albert en camiseta él siempre se vestía formal, vestía un jean en color negro y unos tenis negros. Mientras mis lágrimas caían y Nabil me preguntaba si está bien. Albert me miraba como cualquier extraño, sin saber que pasaba pero era su jueguito de no conocerme en la universidad. Paso por el lado mío, sin decir ni una sola palabra ni si quiera mirarme me había humillado otra vez, otra vez había caído. Mientras Nabil me abrazo y me dijo que si estaba bien le dije que no, que por favor me llevara al hotel con el maquillaje desvanecido, con ojeras de no poder dormir y lágrimas que caían por alguien que no me valoraba. Al bajar las escaleras iba subiendo Albert de nuevo con diferente vestimenta y me dijo.

ELIGEMEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora