ELIGEME

Capitulo 12

                  Pasó otro mes sin Albert, otro mes que hacia lo posible para que Denali me diera su número, pero no lo conseguía. Cuando recordé que tenía el número de Anjali y ella me había dicho que podía confiar en ella siempre, la llame y le dije que por accidente había perdido el número de Albert y que si por favor me lo podía dar. Ella no estaba al tanto de que Albert no quería hablar conmigo y sin ningún problema, ella me lo dio. Me sentía feliz, emocionada, sabía que la música rock me estaba haciendo sentir mejor y que gracias a escuchar a Ozzy Osbourne sentía diferente vibra, una vibra que la sentía conmigo todos los días desde que me levantaba. Sentía que tenía que estar identificada, cambie toda mi apariencia, siempre andaba con delineador negro en todo el circulo de los ojos, siempre me vestía gótica. Sentía que esa era mi forma de agradecer a Ozzy por hacerme sentir bien con su música.

Llame a Albert, estaba nerviosa no sabía que le diría. El contesto, yo le dije que porque me había bloqueado de las redes sociales, que porque no me llamaba, que yo estaba súper mal sin él, que lo extrañaba demasiado y que no podía pasar ningún momento sin hablar con él. El me contesto molesto y me dijo que si la carta no había sido suficientemente clara para que entendiera que él no quería nada conmigo ¡Que lo dejara de llamar! y me colgó. Me sentía desgarrada, lloraba mientras mi delineador caía. Intente gritar, golpear la pared incluso volverme a lastimar, pero el peor daño que me hice fue sentarme a llorar en silencio.

Me sentía terrible y al escuchar la canción Suicide Soluctión toda la situación empeoró sentía que un ser que me hablaba por medio de esta canción y me instaba a que acabara con este dolor. Con toda la música a todo volumen escuchaba claramente que la "única solución era el suicidio". Tenía la intención de hacerlo pero me ponía a pensar que el la biblia dice: "Que solo Dios da la vida y solo en la quita" y que cualquiera que lo haga va derechito al infierno. Me quite los audífonos me senté en la cama, seque mis lágrimas y le pedía a Dios que me quitara esos malos pensamientos. En ese momento sentí una mala vibra que invadía mi cuerpo, sintiendo una pesadez junto con un escalofríos. Sentía que había algo que no le había agradado que le pidiera ayuda a Dios.

Tenía mucho miedo, me volví a costar a la cama a esperar, que esa sensación pasará. Al día siguiente, iba en camino a la universidad y sentía esa mala vibra, sentía que alguien caminaba detrás de mí. Pensaba que el diablo se creía dueño mío porque yo misma le había abierto la puerta para entrar dentro de mí. Cada vez que yo escuchaba ese tipo de música lo liberaba, tenía mucho miedo, porque el único dueño mío era Dios aunque había pensado cosas malas de él, dentro de mi pensaba que era el ser más maravilloso. Pero sabía que le había dejado puerta abierta al diablo, para que pudiera controlar mi cerebro, para engañarme diciéndome que la única solución era el suicidio, cuando la única solución es Jesús. No podía seguir así regrese a mi casa, me encerré a mi habitación y comencé a orar y a reprender todo mal espíritu.

Le pedí perdón a Dios por todas las cosas malas que había pensado y me volví a entregar a él, y mientras oraba sentía que toda la mala vibra me resbalaba, sentía que me estaba liberando de todo en lo que me había metido. Borre todo ese tipo de música de mi celular, me pare enfrente del espejo a desmaquillarme, y pensaba que cuando uno escucha música Rock se está exponiendo a que se le introduzcan elementos negativos que al final puede acabar con uno. El rock tenía el poder debilitarse en los momentos de vulnerabilidad. Me hizo estar más rebeldes con mis padres, tenía que saber muy bien qué tipo de música escuchaba y quienes eran mis ídolos musicales. Porque mis cantantes favoritos venían a ser parte de mi ejemplo, quería hablar como ellos, vestir como ellos, pensar como ellos. Tenía que tener mucho cuidado con la música que dejaba que escuchara mi subconsciente el tipo de música puede causar que sueñe despierto y que escape de la realidad. Si escuchaba música que me impulsara a ser mejor, iba a tener la valentía de realizar lo que me había puesto de meta, pero si escuchaba heavy metal perdía el contacto con los principios morales y al final le daba paso a su mensaje diabólico.