Capitulo 8

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            Entramos cada una a las habitaciones, Albert estaba listo para dormir y me dijo que me estaba esperando. Me pregunto qué ¿Dónde estaba? le dije que charlaba un poco con Denali, que me agradaba demasiado y que en poco tiempo se había ganado mi confianza y mi amistad. Él me sonrió y me dijo que Denali tenía ese espíritu de caerles bien a las personas, que le alegraba mucho que me llevara bien con ella. Apague la luz lista para dormir, entre a la cama acostándome en el costado de Albert, mientras entrelazábamos nuestras manos. Y le dije que en las noches cuando estaba en mi casa, me imaginaba a los dos recostados en la cama con los dedos entrelazadas. Nuestros labios juntos, nuestros corazones sitiándose.

Y pensaba que en ese momento sabría si habría valido la pena. Y ahora que lo estaba viviendo sabía rotundamente ¡Que si había valido la pena de esperar! El me abrazo demasiado y me dijo que no sabía cómo yo siempre tenía las palabras correctas para cada momento. Platicamos lo que restaba de la madrugada, perdimos la noción del tiempo hasta quedarnos dormidos. Al día siguiente el sol entraba por la ventana, abrí mis ojos y Albert ya no estaba no sabía dónde había ido. Me levante de la cama tome un baño, no quise ponerme el Zaragüelles que me había prestado Denali tenía demasiada calor. Así que solo me puse la camisa que me llegaba arriba de la rodia, peine mi cabello mojado tape mis ojeras con maquillaje y me puse un labial rosado al tono original de mis labios. Baje a la cocina Albert y Denali hablan en voz baja, estaban muy pegados en ese momento. Estaba sudando celos. Pero ellos solo eran buenos amigos casi como hermanos, tal vez hablaban del enamorado de Denali y no querían que Hupoir escuchara.

Me calme entre a la cocina, como si hasta en ese preciso momento hubiera llegado y dije ¡Buenos Días! ellos algo nerviosos dijeron ¡Buenos Días! Denali me dijo que me sentara a comer que ella había preparado el desayuno que a mí me gustaba. Denali se estaba portando conmigo tan bien, me senté y le dije que muchas gracias. Al terminar de comer Albert me llevo al jardín, era un hermoso día soleado, se podía oler el césped recién cortado. El me abrazo por detrás, mientras yo acariciaba sus brazos inclinándome hacia atrás para poder sentirlo. Mi vista era hacia el horizonte mientras él me decía al oído. <<Quiero agradecerte por formar por estos días que has estado conmigo, por hacer el esfuerzo de viajar solo para verme. Gracias por estar aquí a mi lado. >>Mi corazón iba a estallar de emoción cerré mis ojos mientras mis lágrimas salían de felicidad, porque sentía que él me amaba. Me di la vuelta y le dije que no tenía que agradecerme nada, que todo lo poco que había hecho era por amor y que él no sabía las más cosas que haría por él.

En ese preciso momento supe que las cosas iban de maravilla. Íbamos de vuelta a Delhi, regresábamos contentos jugando en el carro, comiendo golosinas, con música todo era perfecto. Estábamos en jueves a seis días de mi estadía en India, que esos días había estado lleno de subes y bajas pero que nunca me había arrepentido de haber ido. Habíamos llegado de noche al hotel decidimos quedarnos en el hotel comiendo golosinas, mirando películas, jugando con las almohadas hasta quedarnos dormidos. Al siguiente día salíamos a comer, nos quedamos en el jardín del hotel a ver las estrellas, correntiamos por todos lados íbamos al bar a molestar a Yampuir.

Sin sentir el tiempo ya había pasado siete maravillosos días. Estaba una tarde en la alberca cuando llego Albert y me dijo que en la noche, teníamos una cena especial. Que estaba nervioso, pero que todo lo hacía por mí. No sabía de qué me hablaba ¿Que cena especial? ¿Por qué estaba nervioso? no sabía que ocurría de igual manera me arregle muy sencilla. El paso a recogerme en todo el camino él iba muy nervioso, yo le preguntaba que a ¿Dónde íbamos? él no me contestaba, me estaba poniendo ¡nerviosa! en ese momento nos detuvimos, al salir del carro. Estábamos enfrente de la ¡Casa de sus padres! quede asombrada y le dije ¿Que hacemos aquí? él me dijo que era una sorpresa, que entráramos.

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