6.

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Jung Taekwoon

Corrí por toda la Universidad, los pulmones se negaban a darme más aire, aun así lo seguía buscando.

Apenas hace dos días que vino a hablar conmigo y lo ignore.

Pensé en solo ir a esa estúpida fiesta, el tiempo suficiente para convencerme de que allí no estaba mi amigo, una última oportunidad para que me demostrará que como siempre, yo estaba equivocado.

Pero, me encontré preguntando sobre qué se decía sobre esa reunión, quiero saber si vale la pena perder mi tiempo allá, me defendí.

Sólo buscaba una excusa para no ir.

—Yo no voy— me dijo un compañero de clases — Escuché que el chico Cha dará todo un espectáculo, van a grabarlo intimando con la novia.

No, Hakyeon no es así.

No.

¡NO!

Acababa de ir a su salón de clases y ya no estaba allí, tenía que correr toda la universidad para llegar a la parada de autobuses y dirigirme al lugar donde se estaba planeando el desastre.

¡Tengo que detenerlo!

Al pasar frente al gimnasio de artes marciales me detuve en seco,  música salía de su interior.

Y Hakyeon se hallaba molesto, no lo había visto aún pero la música puede expresar muchas cosas.

Las notas eran bruscas, estridentes y rápidas.

O tal vez, yo lo conocía lo suficiente para saber detalles así de él.

Cuatro meses parecían toda una vida a su lado, aun así sentía que faltaba mucho más por conocer.

Mi corazón latía acelerado, me faltaba la respiración por el esfuerzo físico, sin embargo, mis pies no se detenían. Debía asegurarme que estaba aquí donde podría disuadirlo, donde podía protegerlo.

Hakyeon es mio, mi cabeza no dejaba de gritar.

¿Has venido? — su voz se escuchó apenas cerré detrás de mí la puerta — Vine con la intención de esconderme de ti. Pensé que estabas camino a la fiesta.

Una sonrisa cínica se instaló en su rostro.

Sin darme oportunidad de hablar subió volumen al radio que había traído con él y bailó durante horas, conmigo de espectador.

Era la primera vez que lo veía bailar de esa forma, decidido, concentrado.

Me estaba dando una presentación privada.

Los celulares no dejaban de sonar pero ninguno de nosotros hizo algún esfuerzo para responderlos.

Estaba de camino, si, para hacer que entrarás en razón, creo que no fue necesaria mi preocupación — le dije una vez apagó la música y se sentó a mi lado.

Lo siento, sólo te causo problemas. Yo… — nuestros celulares volvieron a sonar y  pánico se reflejó en la mirada de Hakyeon. — Si te dijera que soy un mal chico y he vuelto a mentir, dejarás de hablarme, ¿cierto?.

Supongo, ya no hablamos mucho después de todo — suspiré y miré mi celular sonar. Moría de curiosidad por saber qué ocurría pero no quería que el tiempo con Hakyeon se acabara. —Siempre será mejor si me entero de tu boca que a través de un rumor. ¿Qué has hecho?.

Quise protegerte… y se me salió todo de control— me dijo Hakyeon para luego morderse los labios. — Querían soltar un rumor de que tu y yo estábamos juntos, por eso revele que tenía novia. Y ahora, cuando volvieron a amenazarme, para ir a la fiesta, les dije que tú no me hablabas así que no importaba lo que planearan, esa fue la mentira— me dijo subiendo su mirada a la mía— si me importa si te involucra.

— ¿Entonces…?

Tenía seca la boca por la impaciencia, Hakyeon no dejaba de dar vueltas a las cosas.

— ¡No fui con ellos! ¡Van a decir cosas que no son! ¡Incluso he roto con mi novia pues no salio como yo esperaba! — mi abrazo interrumpió todo el discurso que venía. — Me... Estás… abrazando… — me dijo Hakyeon con incredulidad.

Siempre me había apartado de sus muestras de afecto, no entendía esa necesidad de expresar felicidad, aparte de  un acercamiento de cuerpos y palmadas en la espalda.

En cambio justo ahora, quería estar tan cerca de su cuerpo que ni siquiera el aire fuera capaz de separarnos.

Él terminó con ella. Eso era lo único que mi cabeza repetía.

¿Estoy loco?, no podía parar de sonreír.

No necesitas protegerme, yo puedo hacerlo solo— le dije a Hakyeon contra su cuerpo —Además…  creo que fue mi culpa, no debí decir la otra vez “Hakyeon es mío” — me aferre más a  él mientras hablaba — tiendo a ser posesivo cuando quiero a alguien.

Cuando esas palabras salieron de mi boca, ya era tarde, solté su cuerpo y me alejé de él dándole la espalda.

— ¿Me quieres?

Yo…  solo… amigos…  lo dije como amigos…  

La cabeza me daba vueltas, ¿que clase de conversación era esta?.

Ah, supongo que tienes razón, debo irme ahora a casa — empezó a recoger sus cosas y pude observar que evitaba mi mirada. — Seguro vas a molestarte si te enteras después, así que diré algo ahora — tomó aire y volteó justo antes de salir, su mirada atrapando la mía aun en la distancia. — Me gustas. Y no sólo como “amigos”.

¿QUÉ?

Y alli me quedé, justo donde él me había dejado, mirando por donde se había ido y preguntándome, ¿que haría ahora?

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