17.

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—Hakyeon—

Estas mini vacaciones me ponían nervioso, Taekwoon con su mirada risueña y de media luna cada vez que me atrapaba mirándolo, no me ayudaba a calmarme.

— ¿Confías en mí? — me preguntó mientras terminaba de quitar el cinturón de seguridad de mi asiento, una vez el avión aterrizó.

Él me miraba fijamente. Lentamente una de sus manos tomó la mía y la otra acarició mi mejilla.

— Lo hago — le dije con el corazón revoloteando y las mejillas sonrojadas, volviéndome más rojo con las miradas sonrientes que nos daban los pasajeros que pasaban por nuestro lado.

Taekwoon notó mi incomodidad y se acercó a mi oído, susurrando con voz dulce.

— Estamos en Japón. Puedo tocarte todo lo que quiera en público y nadie dirá nada.

Dí un gemido ahogado cuando aún con tanta gente presente, aunque cada quien en lo suyo, mordisqueó el lóbulo de mi oreja y paso su lengua por la piel de mi cuello.

Estábamos casi al fondo y nadie veía nada pero tampoco era para que me hiciera todo eso, para luego pararse en el pasillo  e instar a que le diera la mano.

Como si nada hubiera sucedido.

Pero, yo también podía jugar el mismo juego.

Una vez de pie, fingí que estaba mareado y caí encima de él un poco, mi mano rápida masajeando su entrepierna, una, dos, tres veces.

Tan rápido como me acerqué, me aparté.

— Creo que los aviones me marean un poco, — dije  en voz alta mientras me desperezaba y bloqueaba a Taekwoon detrás de mí de las vistas curiosas, atrayendo la atención para luego caminar rápido hacia la salida.

Su presencia era tan fuerte que no me dejaba pensar que lo había dejado atrás, al contrario me hacía pensar en su revancha.

Sin embargo, mi chico se comportó el resto del camino al hostal.

Una vez bajamos del taxi, sentí que la atmósfera a mi alrededor había cambiado.

Taekwoon era el nervioso, y su abrazo antes de entrar al edificio fue tal, que me dejó temblando.

—Te amo Hakyeon, y pase lo que pase desde este momento en adelante, no lo olvides.

— ¿Que clase de sorpresa es?— empecé a pasar mis manos por su espalda mientras hablaba, para luego separarme un poco y darle un suave beso en los labios. — ¿Me hará que te quiera menos?

— No es lo que planeo — me dijo nervioso, — espero todo lo contrario. Deberías quererme más al irnos a casa.

— Entonces, vamos — le dije tirando de él hacía el edificio. — Me muero de curiosidad.

Mientras Taekwoon confirmaba nuestra estadía, me di a la tarea de admirar embobado la decoración, todo el lugar estaba ambientado a una era antigua japonesa, los empleados hacían juego con el lugar.

— Bienvenido, — me dijo una señora mayor— yo lo acompañaré el resto del camino. Sígame por favor.

Enseguida, volteé a ver a Taekwoon que seguía firmando unos documentos en recepción.

— Lo siento, debo esperar a …

— Su novio, él me envió para que empezáramos con el itinerario, pronto estará a su lado. ¿Puede seguirme?

Volteé a ver a Taekwoon, desconcertado con la señora que insistía en que la acompañara hacia un ascensor.

— Ve con ella,— me vocalizó una vez sintió mi mirada. — Ya te sigo. Diviértete.

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⏰ Última actualización: Dec 06, 2017 ⏰

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