Tick-tack, tick-tack, tick-tack. El sonido del reloj de la sala resonaba por todo el lugar, de alguna extraña manera me sentia inquieta, estaba sentada en el sofá de dos plazas, tenía una manta abrigandome, un buen café colocado en la mesita del centro y sólo tenia una lampara al lado del sofá alumbrando tan sólo una parte de la estancia; minutos antes habia terminado con la lectura del libro que habia tomado la otra vez que habia ido a la biblioteca, la vez que habia conocido a Kaneki.
Desconocía completamente el origen de mi inquietud, posiblemente se trataba porque el libro me había dejado con una gran intriga y queria continuar leyendo y empezar de una vez su secuela, sin embargo, una parte de mi sabia que se trataba nada mas de una tonta excusa para ocultar aquello que me inquietaba realmemte.
Decidida camine hasta la puerta de la entrada, tomé mi abrigo colgado en el perchero y las llaves situadas en una mesa cercana.
La noche ya se encontraba presente en la ciudad, pero la gente caminando aún alrededor me hizo saber que todavía era una hora bastante transitable y segura. Caminé hasta un parque y tomé asiento en una banca, el parque estaba mucho más desolado que las calles en las que había transitado minutos atrás, sin importarme mucho deje caer la cabeza hacia atras de la banca mientras el viento soplaba lentamente y revolvia mi cabello, por una vez de los últimos días me decidí a olvidar todo ese asunto de los ghoul y relajarme, por lo que metí las manos en los bolsillos del abrigo y respire profundamente disfrutando del momento.De pronto unas manos tapandome la vista hicieron que me sobresaltara y tratara de liberarme sin éxito alguno, para entonces mi respiracion ya estaba agitada mientras que en mi mente pasaba las multiples opciones de la manera en la que sucedería mi muerte. Una respiracion calmada se dirigió hasta uno de mis oídos y en ese momento pensé en que finalmente habia llegado a mi fin. Sin embargo, sólo fue un susurro lo que vinó.
-Akira...- murmuró mientras destapaba mis ojos y me permitia ver quien habia sido el causante de esta bromita pesada.
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Simplemente Un Asesino |Kaneki Ken|
Hayran KurguEl amor es la cosa más maravillosa que te puede suceder, Akira comprendió el significado cuando conoció a la persona que cautivo su corazón. Pero también descubrió que puede llegar a ser la cosa más terrorífica del mundo si te enamoras de la persona...