La última vez

Acto 1: No todo es lo que parece

 

           

Narra Pedro:

Tres días habían pasado sin saber de ti, sin llamadas, sin mensajes, estaba desesperado. Fui a buscarte a tu casa. ¿Por qué al tercer día? por qué no me dejaste entrar los primeros dos. Al entrar te vi dormido en el sofá, rodeado de botellas de whisky, y olía todo el lugar a alcohol.

Te desperté. Al parecer estabas molesto por algo, algo que no comprendía, creí verte decepcionado, que no había cumplido con algo.

Te pregunte que pasaba varias veces, no respondías, solo me mirabas ¿Traicionado?

La respuesta era tan obvia, pero no quería verla. Me negaba a pensar que el día en el que mis decisiones flaqueaban nuevamente por los besos de aquel país que creí haber superado, solo esperaba que hubieras visto como había rechazado aquel tacto que había anhelado tanto tiempo, que mis noches había confundido, aquel del cual me fortaleza había dependido. Con lágrimas en los ojos te pregunte que si lo habías visto.

Algo enojado respondiste -sí, y si querías estar con ese inútil desde un principio no tenías que jugar conmigo, sé que te es inevitable amarlo, pero te pido que dejes de darme algo que nunca tendré, tú amor- tu voz estaba quebrada, más de tu mirada solo salía fuego. Te dije de mil maneras que solo te amaba a ti, pero dudabas de mi palabra. -Los niños y los borrachos siempre dicen la verdad- Me tendiste una botella de tequila mientras lo decías, no sé de dónde la había sacado, pero me la diste.

Todos los demás son recuerdos borros, no recuerdo nada de lo qué pasó y ahora estoy en tu cama. Con recuerdos algo confusos de lo qué pasó anoche, recuerdos acerca de algo que nunca pensé volver a hacer con alguien. Ahora estás a mi lado, durmiendo, intento pararme, pero me tienes atrapado en tus brazos, renunciando a dejarme irme de tu lado, y al parecer aún no habías salido de mí.

Creo que por fin confirmaste que realmente te amo