Capitulo XVII

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Kendall rompió el beso mordisqueándole el labio inferior. Sus ojos eran calidos y tiernos en cuanto la miró.

- Me gustas tanto, _____.

El corazón de _____ se encogió ante esas palabras que la hacían emocionar cada vez más.

- ¿Me amas?- preguntó ella con la voz a punto de quebrarse.

 Kendall acarició su labio inferior con el pulgar. Sonrió.

- Si, te amo. Muchísimo.

Y ella ya no aguantó. ____ lloró sobre su pecho. Kendall se preocupó.

- _____....- la llamó, pero ella no respondió.- _____, mírame.- dijo y ella negó con la cabeza, aun escondida en su pecho. Kendall le levantó el mentón con una mano y como tenía más fuerza la obligó a que lo mirara a los ojos. Sollozaba.- ¿Por qué lloras?

- Es que… tu has dado tanto por mí, que estoy empezando a creer que eres demasiado para una chica como yo.

- Pagaría cualquier cosa por verte feliz.- besó sus mejillas, quitando cualquier rastro de sus lágrimas. Luego dirigió sus labios hasta su boca y la besó. Ella sonrió, débil.- por favor, vente a vivir conmigo.

_____ no podía ignorar la súplica que había en su tono de voz. Su mirada le pedía que dijiera que sí.

- Pero, mi hermana….- susurró ella con la voz entrecortada.

- Johanna puede vivir con nosotros.

- No puedo. Es demasiado.

- Joder, _____. Claro que puedes. Si es por el dinero, entiende que yo puedo pagar todo sin ningún problema. ¿Sabes porque doné el dinero a la escuela Whistle? Por ti. Porque te quería conocer. Siempre me gustaste desde la primera vez que te vi.- suspiró y se pasó una mano por el pelo.- te amo, _____. Y quiero que sepas que lo único que quiero es mantenerte junto a mí.

_____ no paraba de llorar. ¿Era cierto lo que acababa de oír?

- ¿Cómo puedes ser tan bueno conmigo?- dijo ella, con los ojos inundados de lágrimas.- ¿Nunca te vas a cansar de mí?

- Imposible.- dijo, acariciando su mejilla con los nudillos.- eres todo lo que quiero, _____.

_ Oh, Kendall.- sollozó.- ¿Qué te puedo dar yo a cambio?

- Tu amor.

- Ya lo tienes. Siempre lo has tenido.

  Kendall le sonrió y luego la besó. Con las manos temblorosas, _____ enterró sus dedos en su cabello y lo acercó más a ella. Kendall gruñó en forma de respuesta y la siguió besando con la misma desesperación de siempre, demostrándole lo mucho que la deseaba.

- No sabes las inmensas ganas que me dan hacerte el amor.- dijo Kendall con la voz ronca.

- Nada te impide hacerlo.

  Kendall la tomó entre sus brazos, sujetándola firmemente de los muslos y la llevó fuera de la habitación. _____ reía mientras Kendall trataba de abrir una puerta con el hombro. Una vez que entró, cerró la puerta de una patada y la dejó sobre la suavidad de una cama, preocupándose que estuviera cómoda y en una posición de modo que no se dañase el tobillo. El olor a rosas llegó a la nariz de _____ y sólo entonces se dio cuenta que sobre las sabanas habían pétalos de rosas. La habitación estaba levemente iluminada por unas simples velas a los costados de la cama, lo suficientemente fuerte como para verse las caras.

- ¿Tú preparaste esto?- preguntó ella sonriendo.

- Mmh….- ronroneó él, hundiendo su nariz en su cuello y respirando ese aroma que tanto le enloquecía.- si. ¿Te gusta?

- Me encanta.- la voz se le quebró. Sus ojos se humedecieron.- gracias, Kendall.

- Hey.- secó sus lágrimas con los dedos.- no quiero que llores, por favor.

- Es que tú haces que me ponga así. Solo tú puedes hacer que llore tantas veces en tan solo un día.

- Déjate llevar, _____.- murmuró, hipnotizándola con esa dulce y peligrosa mirada.- deja que te ame.

- Si. Ámame.- sonrió y pestañó. Lagrimas de felicidad cayeron de sus ojos.- porque te amo, Kendall.

El pulso de Kendall se aceleró al oír esas palabras que llenaban su corazón de alegría.

- Y yo a ti, _____. Mucho.

_____ lloraba de alegría. Kendall se inclinó y sopló las velas, dándole la bienvenida a la oscuridad. Un hilo de luz llegaba directo a la cara de _____ desde la ventana del yate, y él pudo notar el brillo en sus ojos. Las manos le temblaron cuando la tomó del rostro y la besó.

Y fue ahí, en ese preciso instante… cuando ella supo que al fin era feliz.

La Bailarina- (Kendall Schmidt & Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora