Oye, perdedora. (Joey Birlem)

Diez.

POV Joey.

Hoy es el día que tenemos que leer la carta frente al grupo, la termine el día que la profesora lo pidió, sinceramente se me hizo muy fácil el hacerla, tengo todo claro. Me tomo el tiempo para verme hoy, desayunar al terminar de eso salgo de mi casa para ir a la escuela, odio el recorrido, pero hoy lo vale, será un gran día así que pongo una gran canción "Something about us-Daft Punk" ciertamente no es mi estilo de música, nunca lo fue pero la letra es perfecta para hoy.
Al llegar al colegio me doy cuenta que llegue justo a tiempo, aunque no para lo profesora y ya que "llegue tarde" tengo que ser el primero en pasar al frente, así que comienzo.

"Me gusta, es muy tonta la pregunta del porque lo hago, cómo no gustarme. Me gusta por todo, es la persona más alegre, la más linda, esa parte es mi favorita, es linda sin siquiera darse cuenta, ella no se da cuenta de nada, no se da cuenta que es lo mejor que me pudo suceder. Me gusta discutir con ella, pero no dura mucho, pensamos igual.

Me gusta por decidida y firme ante sus decisiones, las cuales no siempre son las correctas, nadie es perfecto ante la sociedad, pero yo no abarcó toda la sociedad, así que ella es perfecta ante mis ojos.

La palabra "gustar" es una palabra que abarca grandes cosas, pero para mí solo la abarca a ella, con todas esa maravillas e imperfecciones que suele tener.

Lo que no me gusta es no estar con ella, ni que ella este conmigo, todo sería mejor si sus sonrisas, sus chistes, sus abrazos y sus besos fueran siempre para mi.

No, no me gusta, la amo y se que el amor es un grito al vacío, pero si tuviera que estar en el vacío con alguien sería sólo con ella."

Después de terminar mi carta hubo un silencio total en el y todos me miraban boquiabiertos, excepto Kat, ella no me miraba a mi, miraba su cuaderno, no le pude ver la cara ya que su cabello lo impedía. Después del silencio que abundaba en el salón todos siguieron mi mirada y la vieron a ella, la razón de mis sonrisas, claro que no se dio cuenta que la miraban, todos comenzaron a aplaudir y la profesora sólo se limitó a asentir.

Tome asiento junto a Kat, pero no dije nada.

-Vanessa es muy afortunada- me dice Kat sin aún voltear a verme.

-¿Vanessa? -le contesto saliendo de mis pensamientos.

-Si, es muy afortunada de que alguien la quiera tanto- al fin me mira y tiene un gesto triste, como de sufrimiento.

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