XI. El pasado siempre vuelve

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Laura

— Entonces... Tú y Ross... — dice Ellington mientras vamos a mi trabajo.

— Tuvimos una cita, pero no lo sé... Me gusta. Realmente me gusta. Lo he confirmado este viernes. — respondo. — Pero tal vez él no siente lo mismo. Tal vez ahora que me conoció mejor no quiera saber nada de mi.

— Laura, eres una mujer increíble. No hay hombre que se resista a ti. Créeme.

— Tú me ves como una amiga.

— Estuve enamorado de ti.

¿Qué?

— ¿En serio? — pregunto sorprendida.

— Claro. Durante años. Era el típico amor que tenían todos por ti, realmente todos. Estuve enamorado por años pero siempre me viste como amigos y me di cuenta de que lo nuestro jamás funcionaría. — me explica.

— Vaya... Lo siento.

— No me has herido. Descuida. El punto es que Ross no se resistirá mucho tiempo a ti, eres hermosa e inteligente. Tiene más para ofrecer que cualquier otra mujer. Además has follado con él todo el otro fin de semana. ¿Cómo te ha ido en tu cita con Justin?

— Fue totalmente aburrida. Todo era "yo, yo, yo". Quise estar con Ross toda la hora, hasta me asustó sentir eso. Sé que está mal salir con mi asistente, sé que es el jodido karma pero no puedo evitarlo. Es tan distinto y divertido, y atractivo...

Ellington suelta un bufido mientras rodea los ojos. — Ya vas a empezar otra vez...

Río levemente mientras niego con la cabeza. Estoy a punto de responderle pero llegamos a la empresa asi que le doy un beso en la mejilla y me bajo.

— Gracias por acompañarme al trabajo. Nos vemos a la noche.

— ¡Que tengas un buen día!

Le doy una última sonrisa y me bajo del auto para entrar a Marano Enterprises. Entraba como de costumbre: seria, tacones resonando, gafas de sol gracias al día soleado y sin saludar a nadie. No iba a cambiar mi apariencia de la noche a la mañana, prefería mi doble personalidad a que me trataran como una débil y estúpida chica.

— Buenos días, señorita Marano. — saludan mis empleados a medida que paso.

— ¿Y mi asistente? — pregunto buscando con la mirada a Ross. No estaba aquí.

— Está con un cliente suyo en su oficina, señorita.

¿Cliente mio? No tenía a nadie hasta el mediodía. Sin querer cuestionar, voy a mi oficina rápidamente para encontrarme con un Ross enojado cruzado de brazos y... Kyle.

— ¿Qué haces aquí? — le pregunto a Kyle confundida y me giro hacia Ross. — Buenos días.

— ¡¿Por qué has anulado la sociedad?! ¡Había un trato con tu padre! — me grita él.

Ohh... Así que había venido por eso... sonrío de lado y cierro la puerta de la oficina.

— Los tratos que hayas hecho con él han quedado anulados desde el momento en el que yo puse un pie en esta oficina. Vuelve a gritarme y llamaré a seguridad.

Kyle suelta un suspiro mientras niega con la cabeza. — Estás cambiada... Sigues siendo jodidamente hermosa pero no eres la dulce y buena Laura.

— Soy lo que tú has dicho que era. Una perra malcriada, egocéntrica y una puta. ¿Feliz?

— Te sigo amando... — murmura.

Suelto una risa fingida. — Púdrete, Kyle.  — contesto.

Forbidden | Raura TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora