XIX. El por qué

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Ross

When I was young
I never needed anyone
And makin' love was just for fun
Those days are gone

Le doy otro trago a mi botella de whisky mientras miro a la nada. Llevo una semana sin Laura, o creo que más.

All by myself
Don't want to be, all by myself anymore
All by myself
Don't want to live, all by myself anymore

Joder, ¿qué hacía escuchando esta deprimente canción? Rydel no se estaba quedando en casa por estos días, dice que el ambiente es demasiado depresivo y apestoso para ella.

Quiero a Laura devuelta. Extraño nuestras noches de risas y películas juntos, extraño su dulce sonrisa, extraño el poder que ella solía tener para todo y lo capaz que era. Cada parte de mi extraña a Laura Marano. Yo soy un imbecil... Pero hice lo correcto.

Ahora mismo me siento vacío. No tengo trabajo, no me muevo de mi sillón y me alimento de mi reserva de pizzas. Nada tiene sentido sin Laura.

¿Quién diría que la misma mujer a la que odiaba hace unos meses atrás ahora sería la causa de mi desamor? La vida llega a ser tan irónica.

La puerta se abre y las voces de Rydel y Ellington se escuchan.

— ¿No has intentado convencerla? Tal vez no lo haga... — dice ella y sé que está angustiada. ¿De quién hablaban? Me levantaría pero el alcohol ya hizo su efecto.

— ¿Qué es ese olor? Ya veo por qué te has quedado en la casa de Laura, bueno... Ahora mi casa.

Finalmente entran a la sala y se quedan callados. Me han visto. Si, el hombre que está recostado en el sillón con botellas alrededor y sin nada que perder soy yo. Gracias, Laura Marie Marano. Jodida castaña.

No se cuanto tiempo pasa hasta que Ellington se abalanza hacia mi y comienza a descargar puños en mi cara. Rydel lanza un chillido pero yo simplemente gimo del dolor. Mierda, sabía pegar. Me defendería pero primero lo tenía merecido y segundo, el alcohol estaba haciendo su efecto en mi.

— ¡Ellington, basta ya! Llamaré a Laura. — grita Rydel y Ellington se levanta.

— Eres un jodido imbecil. Mereces estar así, ella no te hizo ninguna mierda y tú la has arruinado. Por tu culpa perderé a mi mejor amiga, al igual que Rydel, y tú perderás a la única mujer que dejaría todo por ti. ¿Perra que se victimiza? ¿Puta? ¿Nunca la amaste? ¿No lo vale? Estás muy equivocado, Ross. — dice enojado.

— No pienso eso de ella... — murmuro con la mano en el lugar donde me golpeó. Joder, dolía.

— ¿Y por qué se lo has dicho? La has destrozado.

— Su padre... Se acercó a mi cuando Laura se fue... Y... Tiene razón, no soy para ella.

— Esa es la estupidez más grande que he escuchado. — dice y se sienta a mi lado. — ¿Qué te ha dicho?

Intento hacer memoria y le cuento todo lo que me dijo textualmente. Todavía dolía la verdad.

Damiano espera a que Ellen y Laura se vayan al baño para sentarse en el lugar de mi novia.

— Aléjate de Laura. — dice y yo ruedo los ojos.

— No la voy a dejar.

— Deja de aprovecharte de mi hija, ¿qué tienes para ofrecerle? Nada. Mira el resto de los hombres en esta habitación, mira a Kyle... No eres nadie comparado con él. Ahora tal vez puedas gustarle a Laura y quiera estar contigo, pero ¿cuándo se canse de estar en casa y quiera ir a fiestas pero tenga que ir sin citas o contigo? Otros hombres pueden regalarle cosas que tú jamás podrías pagar, llevarla a lugares que ni siquiera conoces... Te aprovechas de que ella no es como el resto, nada mejor que una única y hermosa mujer. ¿Verdad? Ni siquiera te interesa lo que digan de ella, lo que piensen ni lo que opinen. Eres egoísta al hacerle eso, ahora le da igual pero el día de mañana cuando la subestimen y la menosprecien por la rídiculez que comete al salir contigo le dolerá. Ahorrale el dolor y la vergüenza, los malos comentarios y estar contigo por lástima.

Mentiría si dijera que eso no me hizo cambiar toda mi perspectiva. Joder, tenía razón. Laura debía dejarme.

— ¿Y qué debo hacer? No quiero eso para ella... — digo negando con la cabeza. Laura me odiará en unos años por lo que le provoqué y yo no tenía nada para ofrecerle.

— Debes romper con ella, aléjala de ti... La lastimarás pero te lo agradecerá.

— Creo que ya sé como... — murmuro.

Esa noche lastimaría a Laura, esa noche probablemente sería la última vez que Laura me dirigiría la palabra. Debí haber aprovechado mejor mi tiempo con ella, debí usar todos esos meses de desprecio para conocerla y ama rla. Solo teníamos tres meses... Y hoy se irían.

— Otra vez lo hizo. ¿Qué quiere lograr? Le dijo a Laura que te aceptaba en la familia. Jodido mentiroso. Laura se irá a Italia mañana. No te lo iba a decir porque no mereces saberlo pero tengo la leve esperanza de que te escuche al menos a ti. No quiero perderla. Eres un idiota.

— ¿Dónde está ahora? — le pregunto haciendo puchero. — Extraño a mi novia.

— Mierda, estás borracho... Espero que mañana lo recuerdes idiota. Debo irme, pero mañana intenta detenerla... Es nuestra última oportunidad.

Asiento y cierro los ojos. Mañana la perdería para siempre. Mañana perdería a Laura y ella haría su vida sin mi en ella. Fue un error lo que hice, Damiano estaba equivocado. Debo detenerla. Debo pelear por ella. Que se joda Damiano y toda su familia, estaban equivocados.



Forbidden | Raura TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora