Otabek

613 46 3
                                    


En algún periodo de su vida pasada, que se le antojo de hace mil años, Yuuri se hubiera devastado, y le hubiera mostrado una cara infinitamente triste a Minako o su hermana, pero no, el era otro, en unos meses Victor lo había transformado con su amor, así que pudo despedir a unas despreocupadas japonesas rumbo a su país de origen, el alego que se quedaría otro día mas para ultimar unos detalles con Victor.

Mentira.

Pero hasta el mismo quiso creerla.

Y sin más que hacer, sin ganas de quedarse encerrado, se dirigió a la pista donde obtuvo el oro, y comenzó a patinar despreocupadamente, el hielo con su blancura le quito un poco la tristeza, aunque tambien le recordaba con demasiada insistencia a Víctor, espanto esos pensamientos, mientras hacia un flip cuádruple, tan perfecto como en la competencia, sin saber que estaba siendo observado, hasta que en un giro sencillo casi se tropieza, pero unas manos hábiles lo detuvieron de la cintura.

–Seria una lástima que el actual campeón se lastimara en algo tan sencillo, o mas bien una vergüenza.

–¡Otabek!

El kazajo lo soltó tan repentinamente como llego a la pista, Yuuri trastabillo un poco para no caer de bruces.

–No pareces ser una persona que acaba de ganar el oro.

Yuuri hizo una delgada línea con sus labios, y evito la intensa mirada.

–Es curioso que seamos los únicos por aquí– continuo Otabek– hace una hora despedi a Yuri en el aeropuerto, hablo del ruso claro, pero antes decidi que deseaba probarme nuevamente en esta pista, donde no obtuve nada...

–¡Pero tu actuación fue maravillosa, no tienes porque estar tris..!

–¡No estoy triste, idiota!

Ambos se quedaron callados, como tratando de ocultar lo que realmente los tenia mal, a Yuuri por supuesto le dio vergüenza decirle algo de su mal de amores al kazajo, el otro, simplemente no pensaba que Yuuri tuviera la entereza adecuada de un soldado, no como el otro Yuri, mas bien lo veía, como una persona delicada, que se podia romper con un golpe fácil.

–¿Qué piensas hacer?– pregunto Otabek comenzando a patinar, Yuuri se le unio– supongo que defenderás tu titulo.

–Es en lo que menos pienso ahora.

–¿Por qué?

–Bueno– Yuuri avanzo un poco mas para que no le viera la tristeza al decir lo que diría– no tengo entrenador.

–Eso no me sorprende, no conozco para nada a Victor, pero Yuri, el otro, caray que difícil es hablar asi contigo, el ruso me dijo que Victor seguramente se había cansado de jugar al entrenador.

–¿Lo sabe?

–Si.

Yuuri se sintió mas decepcionado, fue el último en enterarse.

–¿Por qué no entrenas en Kazakistán?

Yuuri abrió los ojos como platos.

–No seria difícil que mi entrenador te aceptará, después de todo, eres el actual campeón, puedes pensarlo claro...

–¡Si quiero, definitivamente lo hare!

No supo como le salieron esas palabras, seria tanto dolor en el corazón, ¿su estupidez de no planear las cosas?, pero simplemente quería cambiar de aires, no sabia si eso le ayudaría, pero se juró a si mismo que lo intentaría, y ese brillo en los ojos, fue lo que capturo por completo a Otabek.

Yuri On FireDonde viven las historias. Descúbrelo ahora